Redacción Canal Abierto| A partir del rechazo de la Cámara de Casación a los recursos extraordinarios de apelación de los acusados por la masacre de Once, éstos comenzaron a entregarse a la justicia para su detención.
Así es como, a partir de hoy, el ex secretario de Transporte al momento del suceso Juan Pablo Schiavi, el empresario Claudio Cirigliano, operador de TBA y el maquinista MArcos Córdoba acudieron a los tribunales de COmodoro Py para hacer efectiva su detención. El otro condenado, el predecesor de Schiavi, Ricardo Jaime ya se encuentra detenido. Por último, el miércoles se conocerá el veredicto que pesa sobre el ex ministro de Planificación Julio De Vido.
«Se cumple lo que nosotros dijimos desde el primer día, que los empresarios empresariales y políticos de la tragedia iban a terminar tras las rejas. Alcanza con escuchar o leer cualquiera de nuestras documentos, para saber que desde el primer día dijimos lo mismo que decimos hoy. Nosotros teníamos la convicción de que esto iba a llegar. Se hizo largo, no fue fácil, tuvimos que enfrentar muchísimas dificultades, pero finalmente la justicia termina reafirmando el fallo de 2015, que en dos instancias, que permite que hoy estén presos o se vayan entregando todos los condenados por la masacre del 22 de febrero. Mi evaluación es que el trabajo enorme de las familias, todo lo que hemos hecho con el apoyo de la sociedad impulsó esta causa, la sostuvo y hoy hace que Argentina sea un poco mejor que ayer» dijo Paolo, padre de Lucas Menghini Rey, una de las víctimas fatales del accidente.
Consultado por el alto rango de jerarquías, que abarcan desde la más alta autoridad ministerial hasta el operario de la formación, Menghini sostuvo que «el desastre empieza cuando desde el poder político se decide no controlar al poder empresarial y eso tiene que ver con una estructura de poder jerárquica que empiece en el Ministro de Planificación Julio De Vido, porque era la autoridad de aplicación de los contratos ferroviarios. Desciende a sus Secretarios de Transporte, mano ejecutora de sus decisiones, Jaime y Schiavi, desciende a quien debía controlar y renegociar los contratos ferroviarios que es Gustavo Simonoff, que va a recibir la sentencia junto a De Vido el miércoles próximo. Ellos son los que arman el entramado que le permite a los empresarios absorber los subsidios del estado, desviarlos a las empresas de su grupo y dejar a la deriva al tren Sarmiento, aún cuando las denuncias de los usuarios y los trabajadores eran constantes que prevenían e desastre si no modifican la política si no le aplican las multas y el tren no es puesto en condiciones. Finalmente la masacre sucede porque un tren condenado al desguace por los propios explotadores de la línea, según consta en mails internos de la empresa, es puesto sobre la vía una mañana de febrero con dos compresores menos, con pérdidas de aire en la compresión de frenado, con las cañerías absolutamente podridas y desencajadas en su interior, sin ningún sistema de frenado automático, sin velocímetros, con el freno largo y carcomido por el óxido. Eso hace que junto a la desatención de MArcos Córdoba de los avisos que le da el tren que no estaba en correcto funcionamiento hacen que al momento de tener que accionar los frenos a una distancia prudencial de la estación no reaccionen y terminen en la masacre.»