Redacción Canal Abierto | Se cumple un mes de que 120 trabajadores y trabajadoras de la fábrica textil Sport Tech S.A de Villa Lynch se encuentren en asamblea permanente y ocupando la fábrica. La empresa les adeuda salarios, aguinaldos y bonos de fin de año.
Uno de los sectores más azotados por la crisis y el ajuste fue la industria textil. La caída del consumo, los elevados costos de producción y la falta de competitividad arrojaron en 2018 números negativos para el sector. A esto, se le sumó la flexibilización laboral que intenta imponer el Gobierno en el sector a través del “Acuerdo por el Empleo en la Indumentaria”.
“Somos una figura sindical de años dentro del rubro textil, tenemos una posición negativa frente a la flexibilización laboral, es vergonzoso que entre otras cosas tengamos que pagar nuestra propia indemnización. Este sindicalismo que se la da de combativo ahora, estuvo en contra de toda huelga y asamblea y por eso nos organizamos dentro de un nuevo sindicato”, señaló, en diálogo con Canal Abierto, Fernando Castillo, secretario general del Sindicato Unido de Costureros y Empleados del Vestido (SUCEV), en la CTA-Autónoma.
Sin embargo, Sport Tech trabaja para multinacionales como Nike, Puma y Adidas. Los trabajadores indicaron cuando comenzó el conflicto que desde la empresa rechazaban los pedidos de las marcas para justificar que existía una crisis generalizada en el sector. Además, denuncian que sus compañeros inmigrantes no están en las mismas condiciones que el resto de los trabajadores ni pueden formar listas de oposición. Señalan, por otro lado, que las fábricas argentinas quieren ser transformadas en maquilas -plantas con trabajadores explotados- y que “los compañeros extranjeros que siguen ocupando Sport Tech encuentran que está viniendo la ola latinoamericana para acá. Los amenazan con expulsarlos del país”.
La lucha y organización de los empleados que se mantuvo con asambleas, paros y la permanencia dentro de la fábrica tuvo resultados.
“La medida de fuerza nació porque nos tienen que pagar las deudas. Cuando se estaba regularizando y las marcas Puma y Nike hicieron los depósitos correspondientes, se levantó la feria judicial en la parte comercial y declararon la quiebra. Por una cuestión legal se formó un limbo. El juzgado dijo que deben pagarnos, que se nos reconoce como una representación genuina, como depositarios judiciales, y con permanencia dentro de la fábrica. En los próximos días vamos a ver como se ejecuta el pago”, indicó Castillo.