Redacción Canal Abierto | Venezuela, Irán, Zimbabwe, Nicaragua, Guinea Ecuatorial, Turquía y Sudán son los siete países que anteceden a la Argentina en el ranking de economías que mayor recesión tendrán este año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las proyecciones del organismo de crédito prevén que nuestro país sufra en 2019 una contracción en torno al 1,2% del PBI. Y si bien representa una mejora del 0,5% respecto a la estimación publicada en abril, en ningún caso alcanzará para que nuestro país no sea uno de los 12 países con resultados negativos.
En este marco salieron a la luz declaraciones de Christine Lagarde, en las que reconoció que el FMI “subestimó” la “situación increíblemente complicada” de la economía argentina. En particular, la titular del Fondo alertó sobre las dificultades del Gobierno de Mauricio Macri para controlar la inflación.
De todas maneras, en línea con anteriores muestras de respaldo a la gestión Cambiemos, la mandamás del organismo se encargó de aclarar el “compromiso” de Macri para con el programa.
Hace poco menos de un mes se cumplió un año del acuerdo entre la Argentina y el FMI que devendría en un préstamo de 57.000 millones de dólares, el más grande de nuestra historia. Hoy, estima un informe reciente del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), esa deuda representa el 61% de los créditos actuales del organismo.
En paralelo, la profunda recesión y el delicado nivel de endeudamiento sólo se pueden explicar por el proceso de fuga de capitales característico de la gestión macrista. De hecho, los índices de 2018 en esta materia no tienen antecedentes, y la tendencia sólo es comparable con los peores momentos de la historia económica argentina. Según el balance cambiario del Banco Central, durante los primeros seis meses del año pasado –incluso antes del agosto fatídico en cuanto a corrida cambiaria- se fueron del circuito financiero local unos US$ 16.676 millones, más de dos mil millones más de divisas que en todo el 2001 (US$ 14.977 millones).