Redacción Canal Abierto | “El problema de la fuga de capitales, y sobre todo asociado a los procesos de deuda, es casi un modus operandi del poder económico en la Argentina”, sostiene Roberto Feletti, ex viceministro de Economía y actual secretario administrativo del Senado bonaerense.
Y es que Feletti supo presidir la comisión bicameral encargada de la investigación del Caso HSBC, en 2015, por evasión fiscal y asociación ilícita a través de cuentas abiertas en Suiza.
Ahora, con el descubrimiento por parte de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de más de 2.600 millones de dólares en 950 cuentas radicadas fuera del país y no declaradas por un pequeño grupo de contribuyentes, el mecanismo de la evasión fiscal vuelve al ojo de la tormenta. Todas ellas tienen, por lo menos, 1 millón de dólares y algunas llegan a los 20 millones.
“Mientras el país tomó 105.000 millones de dólares frescos de deuda, por esa misma vía se fueron 97.000 millones de dólares a través de la fuga. Hay un calce directo entre deuda y fuga de capitales”, analiza Feletti en diálogo con Canal Abierto.
Y agrega: “Estamos ante un conglomerado de agentes económicos poderosos que tiene como norma acumular excedentes, hacer buenos negocios en la Argentina, y luego evadir impuestos y sacar esos capitales del país con la inestimable ayuda de bancos de inversión que operan en la Argentina cómodamente, casi todos asociados a la banca extranjera”.
En efecto, aunque todavía no se conocen los nombres de los titulares de estas cuentas celosamente escondidas al fisco, fuentes oficiales aseguraron a BAE Negocios que en la lista «está todo el establishment«.
Los sospechosos de siempre
La evasión fiscal, a menudo, no es percibida como un crimen por parte de la ciudadanía, alejada de la temática porque el delito financiero rara vez es noticia. Pero, aclara Feletti, “para el ciudadano común que un gran contribuyente no pague impuestos implica menos hospitales, menos escuelas, menos cultura. Porque hay bienes en la economía que no pueden ser decididos por el mercado”.
La información que llevó a estas cuentas estuvo disponible desde 2017, durante el gobierno de Mauricio Macri, provista por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pero éste decidió no proceder a investigación alguna. Así, aquellos capitales que no se declararon durante el blanqueo permanecieron en el exterior sin ser objeto de ningún gravamen.
“Hay un sector económico egoísta, que no está dispuesto a ceder un ápice en sus privilegios, que tiene fortunas depositadas en el exterior que han sacado de este país y que la respuesta frente a esta crisis es más ajuste sobre el pueblo a través de decisiones de mercado”, sostiene Feletti.
Y concluye: “La crisis de 2008 fue una gran crisis del capital financiero que se resolvió con más capital financiero, ese fue el problema. Volvieron a armar otra burbuja financiera que vuelve a estallar con el virus, y ahora se ha sincerado que este esquema de funcionamiento en el cual lo único que tiene el capitalismo para ofrecerle al mundo es activos financieros y especulación, empieza a ser puesto en discusión”.
Imagen: Infobae