Canal Abierto Radio | La necesidad de reemplazar la comunicación en persona durante la cuarentena popularizó el uso de plataformas y aplicaciones de video-llamadas, que permiten reuniones en distintos ámbitos. Sin embargo, no se ha problematizado sobre el funcionamiento de las mismas ni como protegen los datos que nosotros mismos subimos.
Esteban Magnani, periodista especializado en tecnología y docente universitario, director de la carrera de Medios Digitales y Audiovisuales de la Universidad Nacional de Rafaela, profundizó en las dos plataformas Zoom y Jitsi, que al ser utilizadas masivamente pueden convertirse en un blanco interesante para hackers.
La primera empresa, Zoom, tiene instalaciones en EEUU y en China, un país que le exige a las compañías de comunicación los datos de sus usuarios. “Si bien es muy práctico y funciona, más allá de que se te corte si no pagás en un determinado tiempo, tiene tres niveles de problemas” relacionados a la seguridad, que pueden exponer información sensible que circule dentro. Además, otorga control de empleadores o proveedores a las computadoras de quienes lo usen. Y por último, se basan en la recolección de bigdata para publicidad.
“Para cuestiones sobre todo del Estado, estar manejando información sensible, es grave. En todo lo que sea software privativo, nunca tendremos la garantía acerca de qué es lo que está haciendo con la información que nosotros le metemos adentro. Si usamos algunos servicios en la nube estamos entregando datos, como es el modelo de negocios de Google, de Facebook, de Twitter, etc… ”
Como alternativa, el autor de «La Jaula del Confort» recomienda el software libre donde las aplicaciones tienen un código que puede usarse de base para modificar o mejorar los programas y adecuarlos a las necesidades de cada persona. Por ejemplo, Jitsi, la plataforma de telecomunicaciones fue adaptada para el funcionamiento apoyado en el Arsat y “garantiza que el Ministerio de Salud, que maneja información sensible y tiene que asegurarse una buena comunicación, puede tener conversaciones realmente privadas”.
Por otro lado se puede integrar a otras herramientas de software libre, y mejorar la circulación de información e investigación sobre su uso.
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Ilustración: Marcelo Spotti