Redacción Canal Abierto | Los municipios de Quilmes y Avellaneda se encuentran en alerta por la aceleración de contagios de COVID-19 en las villas Azul e Itatí. Ya son más de 90 los infectados en asentamientos que concentran alrededor de 70.000 habitantes.
Ante esta situación, y con fuerte presión por parte del Gobierno nacional, en las últimas horas quedó conformado un Comité de crisis entre la Nación, la provincia de Buenos Aires, los intendentes del conurbano y los movimientos sociales. “Es un paso importante y hay que recuperar el tiempo en el que no nos escucharon en la conformación de este tipo de comités”, señaló en diálogo con Canal Abierto el diputado nacional y líder de la Corriente Clasista y Combativa, Juan Carlos Alderete.
El objetivo de esta alianza de trabajo es desplegar y potenciar un amplio operativo de detección de contagios en los barrios más carenciados. “Nosotros veníamos planteando que las organizaciones tienen que jugar un rol importantísimo en esta lucha contra la pandemia. Ese comité de crisis va a funcionar todos los días, como debe ser. No será uno que se reúna una vez por semana para hacer charlamento político. Esto es concreto, con objetivos claros. Todos los días se reunirán a las 19 en el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia para analizar lo que se hizo en el día, lo que falta hacer, y las tareas del día siguiente”, informó el diputado.
La combinación de trabajo entre los operativos Detectar y El Barrio cuida al Barrio servirá para un despliegue más amplio en las villas que permita controlar casa por casa casos sospechosos de coronavirus. Según trascendió de la reunión entre las organizaciones y las autoridades gubernamentales, se estima que hay 1.800 barrios populares en todo el conurbano y la idea es llegar a todos ellos.
En este sentido, el líder de la CCC, resaltó: “El jueves pasado tuvimos una reunión con las autoridades. Justamente ese día llegó el operativo DetectAr a Villa Itatí, Quilmes, donde nosotros tenemos una fuerte presencia. En el muestreo que presentamos a las autoridades nacionales, señalamos que de los cuatro casos con coronavirus, dos son compañeros de nuestra organización. Les dijimos que no podíamos seguir esperando y que era muy lenta la presencia del Estado en los barrios vulnerables, al igual que en las villas de la capital, donde nosotros estamos hace 40 años”.
Durante el fin de semana, al detectarse los primeros 50 casos de contagio, el protocolo de actuación por parte de las autoridades fue aislar el barrio, por lo cual colocó policías y gendarmes en los accesos a las villas, prohibiendo la salida y el ingreso de sus habitantes.
Sobre este punto, Alderete sostuvo: “No acordamos con el aislamiento tipo gheto que se ha hecho en Villa Azul. Tiene que hacerse con las propias organizaciones del lugar”. Y señaló que la presencia del Estado debe ir por otro camino. “Estos barrios han sido olvidados por muchos años y no hay infraestructura. No hay agua. En Itatí hay una canilla comunitaria y la gente tiene que caminar tres cuadras para poder tener agua potable. Son esos abandonos que el Estado viene haciendo hace muchos años, por eso la importancia que tiene la presencia de las organizaciones que están en el territorio”.
En esta misma línea, los vecinos de Villa Azul expresaron: “No es con estas medidas que se enfrenta la pandemia. Los habitantes venimos denunciando y reclamando la falta de agua potable, los kits de higiene, alcohol en gel, lavandina, jabón. Somos cientos de trabajadores formales e informales que hemos perdido nuestras fuentes de ingreso; hemos tenido que cerrar en estos días nuestro comedor popular “Los Cebollitas”, como otros que funcionaban en el barrio, por la falta de entrega de alimentos y donde las familias obtenían su único plato de comida”.
Según informan desde adentro, hay personal haciendo testeos en la salita pero sólo a gente con síntomas. También hay personas infectadas dentro de la villa que no se quieren ir y se rehúsan a hacer el aislamiento en los hospitales.
“Estamos esperando que se lleven a los infectados a un aislamiento apropiado, que hagan un testeo casa por casa como al principio nos dijeron. Además, nuestro gran problema es el agua. La que tomamos nosotros no es potable. Los caños corren por las zanjas y nos llega contaminada. Por otra parte, tenemos epidemia de dengue”, comentó Juana Orellana, vecina de Villa Azul.