Canal Abierto Radio | “Las medidas sanitarias al enfatizar la prevención y el no contagio modifican las formas habituales en esa última despedida íntima. Y al suspender el mecanismo fúnebre tradicional emerge hacia la superficie aquello que en tiempos normales preferimos no ver: la inquietante burocracia que rodea a la muerte” dice Ximena Tordini en su ensayo “El tiempo de la necroética”, publicado a los 100 días de la cuarentena en el libro La vida en Suspenso (Siglo XXI y Revista Crisis).
Frente a la aparición de distintos testimonios sobre las dificultades para acompañar a un ser querido que está por fallecer, o la soledad en velorios, entierros y crematorios, la periodista enfatizó que “morir es un proceso y lo que hacemos las personas que sobrevivimos con las personas que mueren es parte de la cultura y de la vida social”, pero “pocas veces se habla de eso y pocas veces es materia de políticas públicas”. Por lo tanto, requiere una sensibilidad especial por parte de las autoridades.
Y subrayó: “Sin dudas hay una cuestión sanitaria que se privilegia. Sin embargo, si vemos como se han ido dando las aperturas de las actividades, podríamos ver que muchas se abrieron y se empezaron a flexibilizar antes que la cuestión que los rituales de despedidas de las personas muertas, porque se las consideró importantes”.
Es una situación que se atraviesa a nivel mundial. En muchos países los sistemas fúnebres no estaban preparados para la masividad de las muertes ni de los contagios. La aparición de protocolos del Conicet y del Equipo Argentino de Antropologia Forense para velar a una persona o para gestionar el cadáver, respectivamente, hablan de la necesidad de difundir información sobre esta problemática.
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“No había imaginación colectiva para encontrarle una solución al problema” afirmó Tordoni, y por eso propone con su ensayo construir soluciones “que tengan en cuenta la cuestión sanitaria y epidemiológica sin por eso arrasar con todas las otras necesidades de la vida individual y comunitaria”.