Redacción Canal Abierto | Juan Evo Morales Ayma asumió la presidencia en enero de 2006, al compás del ascenso de fuerzas populares en varios países de Latinoamérica. El 21 de ese mes, y antes de tomar posesión en la sede de gobierno en La Paz, compareció en el Tiwanako -en el Templete de Kalasaya, a unos 70 kilómetros de la capital- ante miles de los suyos y los sacerdotes aymaras en una ceremonia con trajes rituales, cargada de símbolos y emociones.
Sin embargo, aquella impronta cultural no sería el único rasgo que diferenciaría al gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) de sus predecesores. El denominado Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP) -y que muchos llegaron a calificar como “milagro económico boliviano”– implicó 14 años con un crecimiento promedio del PIB del 5%, estabilidad fiscal, distribución de la riqueza, reducción de la pobreza y crecimiento sostenido.
En 2005, la brecha entre los bolivianos más ricos y los más pobres era de 129 veces. En 2019, la cifra bajó a 39 veces. En el mismo sentido, la pobreza extrema se redujo del 38,2% al 15,2%, mientras que la moderada disminuyó de 60,6% a 34,6%. Antes de asumir, el PBI nominal era de 9.574 millones de dólares en 2005. A finales del año pasado, se ubicaba en los 43.687 millones de dólares
“Fue precisamente este modelo lo que no pudo tolerar Washington”, afirma en diálogo con Canal Abierto la especialista en política internacional, Stella Calloni, a pocas horas de la presentación de “Golpe en Bolivia: Washington ordenó, OEA ejecutó”, publicado por Acercándonos Ediciones.
El libro reconstruye de forma cronológica y pormenorizada los pasos y procesos detrás del golpe de Estado contra Evo Morales, la participación norteamericana y del secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) -Luis Almagro- y la complicidad de distintos gobiernos de la región.
“En conjunto con el Comando Sur, fue muy fuerte el apoyo regional que tuvo el golpe, sobre todo de Chile, Argentina y Brasil. El Gobierno de Macri está comprometido hasta las orejas, con una fuerte participación del gobernador Gerardo Morales y el ex ministro Oscar Aguad”, lanza la autora de libros como “Los años del lobo: la Operación Cóndor”, “Mujeres de fuego: historias de amor, arte y militancia” o “Evo en la mira”, entre otros.
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Sobre el panorama general o contexto en que tuvo lugar el movimiento golpista, Calloni explica: “Hace décadas venimos atravesando un proyecto de recolonización de Latinoamérica por parte de un Estados Unidos que ya no se contenta con promover y sostener presidentes amigos. Con el nuevo mapa y escenario global, tras el surgimiento de China como potencia económica, la Casa Blanca necesita tener el control absoluto en la región. Cuando se observan las políticas de Piñera en Chile, Duque en Colombia, Bolsonaro en Brasil y antes Macri en Argentina, no caben dudas de que no es que son sus mayordomos sino las figuras coyunturales a disposición de ese intento de control”.
El binomio presidencial del Movimiento Al Socialismo (MAS) -que integran Luis Arce y David Choquehuanca- para las elecciones presidenciales del próximo domingo cerró su campaña este miércoles con un acto multitudinario en la ciudad de Cochabamba. El acto se celebró en el estadio municipal de Sacaba -Cochabamaba-, ciudad donde en noviembre pasado se registró una masacre perpetrada por el Gobierno de facto de Jeanine Añez, y que se cobró la vida de 12 personas y una centena de heridos.
Según la última encuesta difundida por el colectivo Tu Voto Cuenta, Arce -con un 42,9%, frente a un 34,2% de Carlos Mesa y un 17,8% de Luis Fernando Camacho- estaría a apenas un punto de ganar en primera vuelta.
Si bien reconoce al MAS como “una mayoría evidente” de cara a los comicios de este 18 de octubre, la autora de “Golpe en Bolivia: Washington ordenó, OEA ejecutó” sugiere: “veo difícil que Estados Unidos prepare y lleve adelante un golpe tan burdo como el de 2019 para después entregar fácilmente el Gobierno”.
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Ante la consulta sobre una posible resistencia a la entrega del poder por parte de los sectores golpistas, advierte: “el paramilitarismo en Bolivia vive su momento de gloria, están armados hasta los dientes”.
Un fantasma atraviesa el continente
“Hay una corriente de derecha y filo fascista que acecha a varios países de Latinoamérica, con movilizaciones que son reducidas en su número pero con consignas que agitan la desestabilización y horadación de las democracias”, señala Calloni en relación a las movilizaciones que se vienen dando en el marzo de la pandemia.
En este sentido, la intelectual llama a “usar la inteligencia y la imaginación, no para frenar a los mamarrachos de cada uno de los países, sino para un enfrentar a un desafío mayor que habita en Washington”.