Canal Abierto Radio | Lo primero que llamó la atención fue la disposición de no difundir los resultados preliminares, y las demoras en la publicación de los resultados oficiales por el Tribunal Supremo Electoral más allá de que la presidenta de facto Jeanine Añez reconociera públicamente el triunfo de la fórmula sucesora del presidente depuesto Evo Morales.
Rauber instó a “reafirmar por todos los medios el triunfo del MAS” ya que la participación de la Organización de Estados Americanos liderada por Luis Almagro y la falta de resultados oficiales “llama a la desconfianza, por tratarse de quien se trata, porque dio un golpe con un resultado parecido y ahora tiene que decir que de verdad ganaron”. Sin embargo, al haber más de 20 puntos de diferencia, el propio Carlos Mesa reconoció la derrota en las urnas.
“Con todos los problemas que hay en América Latina, las masacres de Chile, de Colombia, la OEA no dice una palabra, están metidos ahí donde les interesa que el pueblo no pueda ejercer su soberanía, donde están matando a trabajadores, a luchadores sociales, a dirigentes estudiantiles, no está ni (Michelle) Bachelet con su Comisión de Derechos Humanos de la ONU, ni Almagro de la OEA aplicando su Carta Democrática”
Es una hazaña, una epopeya política completa
El 20 de octubre del año pasado había ganado Evo Morales, en primera vuelta se impuso con el 45,8 por ciento de los votos contra el 38 del opositor Carlos Mesa. En esas elecciones, como en todas las que atraviesa Bolivia, las urnas con los votos del campo (donde el MAS tiene mayoría) tardaron en llegar y fue la excusa perfecta para que la oposición y sus aliados a nivel internacional con la OEA a la cabeza denunciaran fraude. El 10 de noviembre se concretó el golpe de Estado, incluso cuando el propio Morales propuso repetir los comicios, y antes de una segunda vuelta electoral.
Luis Arce, el presidente electo había sido agredido por manifestantes el año pasado, y este año quedó al frente del Poder Ejecutivo boliviano. “Tiene que ver con la conciencia del pueblo organizado, las bases del MAS, y la necesidad de movilizarse sí o sí para que no quede ningún margen de duda” sobre el triunfo, explicó Rauber y remarcó: “Aunque la ley dice 10 puntos, ellos querían más y fueron y lograron más de 20”.
“Hay que tener presente que fue constantemente amedrentado, insultado, incluso ayer mismo hubo represión en algunas carpas donde estaban los militantes del MAS esperando el resultado. La policía, con una saña que no se puede explicar tal vez esperaban que iban a seguir ganando y con los atropellos. Estas mismas fuerzas van a tener que estar cuando asuma el próximo gobierno y están los mismos sectores”
La filósofa remarcó que este triunfo tiene que ver con “un pueblo valiente que se ha arrojado a luchar por sus derechos, pero eso no quiere decir que está todo solucionado”. Y llamó a estar alerta y no caer en provocaciones, porque “no está escrito que los señores golpistas entreguen el gobierno” y pueden inventar “cualquier artimaña” para dar un golpe incluso con la propia Añez que reconoció las elecciones.