Por Violeta Moraga | Sentarse a escribir, todos los días. Compartir la pesca del día con el equipo. Llegar, quizás, con un texto a la final. Ganar o no. Tal vez algo más: tal vez hacer girar ese engranaje empastado y que la cosa fluya, volver a la observación de uno, del mundo, de la más nimia rutina, encontrar las palabras, escribir textos buenos, escribir textos olvidables. Escribir.
Debe haber tantas razones para participar del Mundial de Escritura que comienza este 26 de octubre –y para el que todavía están abiertas las inscripciones- como personas que se inscriben. Pero lo cierto es que cada vez son más los que se embarcan en la aventura de esta competencia nacida en la intimidad de los talleres que realiza hace muchos años el escritor Santiago Llach, y que luego se fue convirtiendo en algo más grande: una tercera edición a nivel mundial para la que se esperan al menos 8 mil inscriptos.
“Hace algunos años en un grupo apareció esto del bloqueo del escritor, del miedo a la página en blanco”, dice Santiago Llach, creador y organizador de este certamen, y recuerda que por ese tiempo alguien había leído que si haces algo durante 45 días, todos los días, se convierte en un hábito. “Dijimos: escribamos todos los días”.
Y así arrancó, primero cada uno por su cuenta, después formando equipos. Hubo finales, hubo premios. Funcionó muy bien. La competencia te hace escribir sí o sí, si no es por uno, para no fallarle al equipo y mantener la efectividad. Pero también por el desafío personal: finalmente, de lo que se trata, es de sostener la acción durante 15 días en los cuales se escribe un mínimo de 3 mil caracteres –siguiendo la consigna del día o no- y se suben a una “plataforma” donde se comparten con el equipo. Más tarde el mismo grupo seleccionará uno de todos esos textos que competirá con las selecciones de los otros grupos.
Para esta edición, el jurado que evaluará los textos finalistas estará integrado por Beatriz Sarlo, el escocés Irvine Welsh y la española Milena Busquets. En tanto para los menores de 12 años, al jurado lo integran Antonio Santa Ana, Isol y Laura Wittner. El Mundial de Poesía, tendrá por su parte a Fabián Casas, la chilena Elvira Hernández, la española Elena Medel y el brasileño Joca Reiners Terron.
“Uno no tiene que escribir la gran novela –ya llegará algún día- quizás la clave es lo contrario, escribir algo chiquito”, continúa Llach y valora esta instancia colectiva para un labor que generalmente tiene “un aspecto muy solitario”.
Algo que el recorrido por la experiencia permite observar es que el escribir también es sentarse y trabajar, digo, más allá de la inspiración o no, del momento “perfecto”, hay un entrenamiento creativo.
-Creo que ningún escritor de los que publican te dicen que la experiencia de escribir es una experiencia de puro placer. Como toda otra actividad, hay que sentarse y trabajar mucho. Más allá de la competencia, lo mejor es que un montón de gente escribe. El mundial está focalizado, al menos en esta primera etapa, en esto de “me siento y escribo”. Y podes estar cuatro horas o veinte minutos.
Entre las novedades hay una nueva categoría para menores de 12 años y una tercera semana dedicada a la poesía.
-En la segunda edición en la categoría menores de 18 años hubo como 700 adolescentes que participaron, y esto es parecido. Pensamos que puede ser una herramienta útil, incluso a futuro en el marco de la escuela, porque entusiasma. Sobre la poesía, a veces espanta mucho, la gente no sabe qué hacer, pero creo que es algo que es crucial para cualquiera que escriba.
Será cuestión entonces de permitirse la experiencia y encontrarse “con esa actividad tan básica del ser humano que es escribir. No con un sentido utilitario, sino creativo – literario”.
Más información en: mundialdeescritura.com