Canal Abierto Radio | Las desigualdades técnicas y económicas que ya existían, y que se incrementaron con la pandemia de coronavirus, se hacen sentir más fuerte en la industria farmacéutica y la distribución de insumos.
El físico y dirigente nacional de ATE en la Comisión Nacional de Energía Atómica Rodolfo Kempf abordó qué pasa con el desarrollo y el reparto de vacunas en el mundo, donde por ejemplo “Canadá ha batido récord y ha acaparado vacunas que triplican o cuadruplican su propia población”.
“Hay un debate en relación a una forma de abordaje, que es la ciencia y la tecnología asociada a la producción de manufacturas y la producción en general, en este caso la pandemia lo puso al descubierto”, agregó en relación a los países que flexibilizan la fabricación y los derechos de propiedad intelectual de los insumos.
El ingrediente principal de la vacuna de la Universidad de Oxford, que luego tomó la empresa AstraZeneca es un adenovirus causante del resfriado en chimpancés, modificado genéticamente para que no pueda desarrollarse y reproducirse en nuestro cuerpo. Con solo cinco litros del concentrado se pueden preparar 6 millones de dosis. El acuerdo de la Universidad, con AstraZeneca y el el empresario Hugo Sigman del grupo Insud de Argentina permite que se pueda fabricar en distintos lugares del mundo, pero no se puede hacer en cualquier lado.
“Con la producción en cuestiones biológicas, como es esta vacuna que además es fundamental en la pandemia, cada detalle es un gran paso, y no lo podemos resolver nacionalmente porque las capacidades en Argentina han sido devastadas desde la dictadura en adelante” indicó Kempf. “El envasado tiene excipientes y es estéril, tiene rigurosidad y pasa por nuevos filtros”, agregó en base al acuerdo con México.
Además, especialista asegura que por más que se promueva tomar la planta de Insud y se traiga el preparado para producir las vacunas de manera nacional “no seríamos capaces de envasarlo”.
“El envasado no es un detalle, no hay una chopera de vacunas, y cada uno puede tener más de una dosis porque la Sputnik tiene cinco dosis y por eso se dan por cada frasquito de a cinco” subrayó el físico, y por lo tanto, más allá de que se realicen inversiones, “no necesariamente se traduce en capacidad de alta tecnología”.
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Ilustración: Marcelo Spotti