Canal Abierto Radio | Sabrina Calandrón es socióloga y doctora en antropología, y actualmente trabaja en el Ministerio de Seguridad como subsecretaria de Derechos, Bienestar y Género. Sus temas de estudio abordan las cuestiones de género dentro de las fuerzas armadas y de seguridad, lo que dio lugar a una investigación que le tomó 10 años y se terminó plasmando en “Mujeres armadas en las Policías y las FF.AA. argentinas”.
“Lo que siempre me pasó y me pasa cuando hablo con las mujeres de las fuerzas es que encontramos esos relatos de superación de ellas: lo pudieron esquivar y eludir para hacerse fuertes e imponerse, porque son las que se quedaron en las fuerzas”.
Entre las estrategias estaba pedirle a los compañeros de trabajo que “hagan guardias” mientras se bañaban; o llevar a los hijos a la comisaría para “que las vean como madres”; o remarcar que encontraron formas de eludir comentarios o actitudes y así fortalecerse frente a los varones y superiores. “Hay muchas mujeres que no lo lograron, que se hartaron, que pidieron la baja, y de esas mujeres no tenemos registros, no los tengo yo como investigadora ni tampoco hay registros oficiales”, subrayó.
La doctora en antropología comentó que sus compañeros de carrera señalaban que había una masculinización de las mujeres de género. Sin embargo, ella encontró que “ellas buscan potenciarse a partir de desmarcarse de algunos registros de género. Una me comentaba: `a mi me dicen la loca, porque yo grito, me impongo, les digo las cosas como son y si no grito me pasan por encima´, pero ella tenía plena conciencia de que ese era el rol que jugaba y como lo jugaba y que se maneja de otra forma en otros espacios como la familia”.
Desde que se creó en 2010, el Ministerio de Seguridad fue conducido por mujeres, con excepción de Arturo Puricelli entre junio y diciembre del 2013. A partir de allí se comenzaron a estructurar cuestiones vinculadas al género, como por ejemplo las denuncias por violencia.
“La Policía Bonaerense, que tiene una historia más larga de mujeres sobre todo en la oficialidad, cambia bastante la institución y la distribución del poder. Esto es muy importante porque cuando aparecen las mujeres oficiales aparece la idea de que pueden haber mujeres jefas y eso cambia un poco el juego del ingreso anterior, asistemático, de mujeres que iban a limpiar o ayudar”.
A partir del ingreso de mujeres en las fuerzas de seguridad comenzó una historia de organización. Calandrón destacó el encuentro de mujeres policías que realizaron en al Escuela Vucetich de La Plata donde entre las demandas, pidieron la creación de las Comisarías de las Mujeres; el cambio en el uniforme, “que las obligaban a usar polleras, zapatitos y una cartera, que ellas dicen que no hay nada más incómodo que llevar el arma en la cartera”.
“Hay algunas instancias que empieza a cambiar algo de la normativa, de la institucionalidad de la forma de trabajo. Lo que ocurre con el Ministerio de Seguridad es que genera otro tipo de espacios y hoy las cuatro fuerzas federales tienen Centros Integrales de Género y en este tiempo se está avanzando en que las provincias tengan áreas especiales de género”, remarcó la doctora.