Redacción Canal Abierto | El nuevo marco de producción de biocombustibles comienza a debatirse en la Cámara de Senadores de la Nación. El mismo estará a cargo de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Minería, Energía y Combustibles. También participará el secretario de Energía, Darío Martínez, quien defenderá la iniciativa oficialista.
El proyecto establece un nuevo marco regulatorio y propone un corte del 5% para el gasoil y el biodiesel y del 12% entre las naftas y bioetanol. Tiene por objetivo reemplazar a la ley que estableció el Régimen de Promoción de Biocombustibles, que luego de 15 años de implementación, fue prorrogada hasta el 12 de julio.
La nueva regulación, que tendría vigencia hasta el 31 de diciembre de 2030, reduce del 10% al 5% el corte obligatorio entre gasoil y biodiesel, a diferencia del combustible elaborado a base de caña de azúcar, en que los volúmenes deberán ser del 6% de la mezcla obligatoria.
A diferencia de los combustibles líquidos derivados del petróleo (nafta, kerosén, gasoil, fueloil), los biocombustibles provienen de la biomasa. Bioetanol, biodiesel y biooil (o bioaceite) son biocombustibles líquidos. Los dos primeros se utilizan como combustible automotor, en motores ciclo Otto y Diesel, mezclados con nafta (ciclo Otto) y gasoil (ciclo Diesel) respectivamente, mientras que el biooil generalmente se puede usar como combustible en calderas, hornos y turbinas, mezclado con fuel oil. En Argentina hay legislación desde 2006, para el corte obligatorio en todo el país, de petrocombustibles líquidos con biocombustibles líquidos.
El proyecto aprobado hace una semana en Diputados contó con el respaldo del Frente de Todos y bloques aliados, y fue rechazado por Juntos por el Cambio -aunque algunos de sus miembros de provincias azucareras votaron a favor-, Consenso Federal, el socialismo y la izquierda.
Entre los puntos que generaron resquemores se encuentra el que habilita a la Secretaría de Energía a “elevar el referido porcentaje obligatorio cuando lo considere conveniente en función del abastecimiento de la demanda, la balanza comercial, la promoción de inversiones en economías regionales y/o razones ambientales o técnicas”.
Así, el corte podría reducirse hasta el 3% cuando el incremento en los precios de los insumos básicos para la elaboración del biodiésel pudiera distorsionar el precio del combustible fósil en el surtidor, o ante situaciones de escasez de biodiésel por parte de las empresas elaboradoras.
De esta manera, lo que la iniciativa implica es un incremento de la demanda de combustibles fósiles. Por ello, las provincias petroleras junto a las empresas de ese sector apoyan la iniciativa. También hay acompañamiento de parte del complejo azucarero, que queda mejor parado que el maíz y la soja.
Argentina es el principal exportador de biodiesel y cuenta con 36 firmas que lo producen, y otras 19 que se encargan del bioetanol, generando así unos 4.500 empleos directos entre grandes y medianas empresas.
El impacto ambiental
Cabe destacar que los biocombustibles son sustancias derivadas de biomasa o materia orgánica. A diferencia de los combustibles como el petróleo, carbón o gas natural que provienen de energía almacenada durante largos períodos en los restos fósiles, los biocombustibles se obtienen de una fuente de energía renovable y su producción es mucho más rápida. Pueden sustituir parcial o totalmente a los compuestos de origen fósil en motores u otros tipos de generación de energía.
En Argentina, según una investigación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en último año, se logró reducir un 78% de emisiones de Gases de Efecto Invernadero gracias al uso de biocombustibles y la producción de nafta con corte de bioetanol de maíz.
El uso de estos combustibles es altamente beneficioso para el medioambiente. El bioetanol, por ejemplo, es considerado uno de los mecanismos principales en la búsqueda de reducción de Gases de Efecto Invernadero. El uso del biodiésel, en comparación con el diésel de petróleo, tiene grandes ventajas para todo el planeta: su quema puede emitir 48% menos monóxido de carbono; 47% menos material particulado (que penetra en los pulmones) y 67% menos hidrocarburos. El biogás colabora con la reducción de la tala de árboles y permite reutilizar los residuos constituyendo una real alternativa de energía renovable.