Redacción Canal Abierto | El 2 de septiembre de 2020 el presidente de Paraguay Mario Abdo Benítez se fotografió con un escuadrón de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) en el lugar en el que los uniformados habían realizado un aparente operativo exitoso contra un supuesto campamento del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). La información oficial indicaba que dos líderes guerrilleras habían sido abatidas. Sin embargo, algunas horas después se supo que las dos fusiladas eran en realidad dos niñas, argentinas.
El grupo familiar estaba compuesto por seis mujeres. Lilian Mariana y María Carmen, ambas de 11 años, fueron capturadas vivas y luego asesinadas. El 30 de noviembre, las cuatro que habían sobrevivido al primer ataque fueron emboscadas nuevamente. Carmen Elizabeth, “Lichita”, de 14 años, herida de bala, desapareció. Laura, madre de una de las niñas, fue capturada mientras buscaba a su sobrina. Las otras dos primas adolescentes, Tamara de 14 y Tania de 19 años, lograron cruzar la frontera y regresar a Argentina el 23 de diciembre.
Laura, enfermera que estudió y se recibió en Misiones y trabajaba en una clínica privada, está detenida en un cuartel de máxima seguridad acusada por terrorismo en una causa armada.
Todas eran integrantes no beligerantes de la familia de Carmen Villalba y Alcides Oviedo, fundadores y líderes del grupo guerrillero, presos en su país hace 17 años. De hecho, Lichita, que permanece desaparecida, es hija de ambos. Laura, ahora detenida, es hermana de Carmen. Habían viajado a Paraguay para que las niñas pudieran conocer a sus padres, que viven en la clandestinidad. Pero ninguna pertenece a la organización y vivían en Argentina desde 2010.
En esta entrevista, Myrian Villalba, madre de una de las niñas ejecutadas y hermana de Carmen y Laura, denuncia que “el presidente paraguayo es un infanticida, un terrorista, ellos sabían que tenían a dos nenas de 11 años, evidentemente pensaron que nadie iba a reclamar, por eso en el correr de las horas ordenaron que se entierre a las niñas sin saber siquiera la identidad de forma certera”.
“La capturan viva, la torturan y la ejecutan a mi hija Lilian Mariana así como a mi sobrina María Carmen, el presidente posó sobre los cuerpos de mis niñas calificando al operativo como uno de los más exitosos realizados por los militares”, agrega.
Por su parte, Laura Taffetani, integrante de la Gremial de Abogados de Argentina que está representando a la familia, resalta que “ellos admiten a través de los medios de comunicación que con tareas de inteligencia detectan a los chicos cuando ingresan a Paraguay, o sea que sabían que había menores de edad, se utiliza el mecanismo del falso positivo y permanentemente plantean que esas niñas estaban reclutadas por el EPP y acusan a la familia Villalba en la Argentina de funcionar como una guardería de futuros guerrilleros, lo cual es desmentido por la propia vida que han llevado en Argentina”.
Además, la abogada advierte que sistemáticamente el gobierno paraguayo rechazó la posibilidad de que el Equipo Argentino de Antropología Forense realice las autopsias. “Cancillería se movió inmediatamente y propuso una autopsia independiente porque estaba claro que la que se hizo luego en Asunción no recogió lo que realmente sucedió”, explica y cuenta que “las otras dos instancias que se activaron inmediatamente fueron la Relatoría Especial de Ejecuciones Extrajudiciales y el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, que también actuaron en forma diligente y en este momento se encuentra por empezar la investigación que se ordenó desde el Comité, que puede incluir la ida de una misión al país”.
Sobre la insistente y feroz persecución a la parte civil de la familia Villalba-Oviedo que sostienen los sucesivos gobiernos de Paraguay, Myrian explica: “Eso sucede porque mi hermana Carmen, que está actualmente privada de la libertad aunque ya ha purgado una condena de 18 años, ella decide en el 2004 militar en un movimiento de izquierda, después del desmembramiento del partido Patria Libre se funda el Ejercito del Pueblo Paraguayo que es un grupo insurgente del cual también tengo hermanos que forman parte. La persecución política que sufrimos fue lo que nos obligó a abandonar nuestro país y hace 11 años que estamos en Argentina. En principio estuvimos en Clorinda, Formosa, donde la fuerza policial de Paraguay asesina a mi sobrino Néstor de 12 años, hijo de Carmen, en circunstancias realmente muy dudosas, envenenado, porque era un niño muy sano y al día siguiente estaba muerto”.
“Esta división –amplía Laura Taffetani-, entre la familia no beligerante y la que tiene un compromiso mayor, el Estado de Paraguay no la hace, como tampoco la hace con las organizaciones campesinas”.
“Esta represión es la punta del iceberg de lo que está sucediendo en Paraguay, lo que está en el fondo es el conflicto por la tierra, como en muchos lugares de América Latina pero en Paraguay ha sido profunda la concentración de la tierra y la expulsión de los campesinos y hay distintas formas de resistencias a esta situación. El Estado paraguayo le responde a esa oligarquía terrateniente, la propia ONU cuando hemos ido presentando los expedientes se ha asombrado de que ni siquiera se guarden las formas. La fiscal general de Paraguay ha dicho en una audiencia pública en el Senado que la FTC y la policía son sus compañeros, hablando de las causas en las que debería estar investigando”.
En esta conversación, ambas mujeres describen las causas judiciales abiertas, las gestiones realizadas y la situación represiva que se vive en Paraguay y reclaman justicia por las niñas y aparición con vida de la joven. Además, anticipan la movilización que se realizará a la embajada de Paraguay en Buenos Aires el próximo jueves 2 de septiembre, al cumplirse un año de los asesinatos.
“Hay que denunciar y organizarse porque las organizaciones son las que nos están apoyando para tener fuerza, solas no íbamos a poder hacer nada, si nos quedábamos en Misiones obviamente Paraguay iba a solicitar la extradición nuestra y nos iba a tener en una penitenciaria, si teníamos suerte de seguir con vida, y nuestros niños en un orfanato, el Estado actúa reprimiendo a su pueblo. Entonces no hay otra opción que hacer las denuncias”, concluye Myrian
“El presidente paraguayo es un infanticida, un terrorista, ellos sabían que tenían a dos nenas de 11 años, pensaron que nadie iba a reclamar”
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— Canal Abierto (@canalabiertoar) August 11, 2021
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Otros testimonios
“Desde que sucedió esto en septiembre del año pasado el acoso de personas extrañas hacia nuestra vivienda era prácticamente todos los días, estamos a 150 metros del río Paraná, sabemos cómo funciona la frontera y ya no estábamos seguras en ese lugar”, dice Villalba sobre su situación familiar actual.
“Tenemos muchísimas personas desaparecidas en la época de Alfredo Stroessner y estamos en la misma línea política actualmente, nuestro presidente actual es nada más y nada menos que hijo del que fue secretario privado de Stroessner, y todos los hombres que actualmente copan las funciones públicas son hijos, nietos o parientes de los que estuvieron al frente de una dictadura tan cruel y súper larga, la misma clase gobernante y el mismo partido político”, señala.
Taffetani detalla los movimientos judiciales y diplomáticos en curso en Argentina, Paraguay y en los organismos internacionales.: “Ya hubo un pronunciamiento del Alto Comisionado de Naciones Unidas, a los pocos meses que sucedió lo de las niñas, no es común que salgan tan pronto, en este momento se encuentran elaborando el informe final de lo que son las gestiones, excepto la situación del Comité de los Derechos del Niño que tiene mayores potestades que una relatoría e inicia una investigación y están armando la logística para poder llevarla adelante. El Comité va atrabajar sobre el asesinato de las dos niñas y la desaparición de Lichita. Y el Comité de Derechos Humanos está más abocado a la situación de Laura, que tiene cuatro niños menores de edad que están en Argentina. El Comité de Derechos Humanos dictó una medida cautelar, que ha hecho efecto, porque logramos que la jueza ordene el traspaso a una penitenciaria común, pero todavía no lo han ejecutado”.
“El Gobierno Nacional por medio de Cancillería va a seguir insistiendo para que el EAAF pueda trabajar sobre los cuerpos. El Gobierno argentino le ha otorgado refugio a la familia Villalba. La Cancillería ha respondido, también está interviniendo la Secretaria de Derechos Humanos”, concluye.
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A fines de junio, el gobierno de Paraguay expulsó del país a una misión internacional compuesta por integrantes de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH-La Matanza), el Movimiento Popular Nuestramérica y la Secretaría de Trabajadores Migrantes y Refugiados de la UTEP. Era el segundo grupo que viajaba desde Argentina a la zona en la que desapareció Lichita para intentar recabar información. La familia también cuenta con el acompañamiento de Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.
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Entrevista: Leo Vázquez (@LeoVaz2020)