Canal Abierto Radio | El 20 de septiembre de 1904, durante la presidencia de Julio Argentino Roca se sancionó la Ley 4.349 que establecía una Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones como beneficio previsional para los empleados públicos del Estado nacional. A 117 años de esa conquista, la calidad y la expectativa de vida han crecido considerablemente, y hoy los jubilados y jubiladas tienen otro rol en la sociedad.
“Nosotros nos jubilamos, si, pero después tenemos muchos años más por delante. Y consideramos que no están dadas totalmente las condiciones para vivir plenamente, ya dejando de lado lo económico”, afirma Alicia Zubiría, ingeniera agrónoma, política e integrante de La Revolución de las Viejas.
“Yo me jubilé a los sesenta, soy docente universitaria jubilada. Parece que el día anterior a jubilarme estaba activa, lúcida, podía dar clase, podía investigar, podía hacer cosas. El día que me jubilé para ser de la tercera edad, de las viejas, de las que dejamos tirados en un tacho de basura, y a lo sumo les recomendamos que vayan en un centro de los jubilados a hacer algún tipo de actividad. Pero no estamos de acuerdo con eso. Es una cuestión que así como las mujeres han plantado bandera y hemos empezado a luchar por nuestros derechos, creo que también las, les, los viejes tenemos que hacer lo mismo”
La propia Organización Mundial de la Salud reconoce la lucha contra el edadismo, la forma de discriminación a los y las adultas mayores por excelencia, luego de la jubilación. Zubiría subraya que “la lucha no solo corresponde a quienes atravesaron ese umbral de edad, sino a la sociedad entera”.
Al mismo tiempo, denuncia las representaciones de los y las jubiladas en los medios de comunicación: “No somos los abuelitos, no somos los sexagenarios, como hablan en los medios de difusión sobre nosotros, refiriéndose como si fuéramos ancianos que no podemos ni pensar, ni articular, ni trabajar. Intelectualmente podemos y mucho”.
“Las arrugas son parte nuestra, y las vivimos, no critico a quienes se las quieren sacar, es su decisión, pero deberían dejar de estigmatizarnos en los medios de comunicación para que los niños, sobre todo, nos vayan viendo de otra forma y no piensen que solamente somos las viejas las que los podemos llegar a cuidar un rato al día”.
A su vez, agregó: “Hay cuestiones que tenemos que replantearnos como sociedad, y que abarcan, no solamente políticas públicas acordes, sino educación, para que les niñes no nos vean como algo que se desecha, como algo que ya no sirve más, o que somos meros cuidadores de nietes”.
También enfatizó en que las y los adultos tienen el deseo de “ser parte activa de esta sociedad y parte activa de todas las actividades de la sociedad”.
La Ley 27.360 sancionada en 2017 adhiere a nuestro país a la Convención sobre la Protección de los Derechos Humanos de las personas mayores, adoptada por la Organización de Estados Americanos en 2015. Esto obliga al país a implementar políticas públicas que garantice el derecho a una vida digna de las y los jubilados.
Por otro lado, la ingeniera subrayó que en los pueblos originarios, los y las ancianas “eran y siguen siendo referentes de sus comunidades, pero en la cultura occidental hay una discriminación, que la vemos no solamente con la gente de nuestra edad, sino que ustedes mismos lo verán cuando salen los avisos convocando para algún trabajo. Todos tenemos experiencias para aportar, que van a ser útiles y que deben ser tenidas en cuenta”, remarcó.
En cuanto a las reformas previsionales, opinó: “Si partimos de la base que hay una necesidad importante de laburo, no podemos decir vamos a elevar la edad de jubilación. Al contrario. Tenemos que hacer que quienes llegamos a la edad de jubilarnos lo hagamos para dejarle el lugar a otros. Eso es una actividad política, netamente política, no política partidaria. Aquí lo tienen que entender, va a ser una lucha larga pero estamos dispuestos a darla”.