Por Inés Hayes | Es tiempo de encierro y soledad. La urgencia del encuentro en un mundo que no puede abrazarse. Una mujer y un hombre, adultos mayores, se buscan -y se esconden- en su primer encuentro por Zoom. El amor ronda sus pantallas; el miedo a ser descubiertos, también.
La Cita de Ana fue escrita por Amancay Espíndola en 1978, en el marco de los talleres de escritura que por aquel años coordinaba Julio Ordano. A lo largo de los años fue interpretada por artistas tales como Osvaldo Santoro, Lidia Catalano, Anna D’Anna y Ernesto Mallo.
Cuarenta años después, en otro tiempo de soledades, su autora decidió adaptarla al nuevo contexto social. El resultado es este breve poema teatral, casi un haikú dramatúrgico. Desde lo formal, encuadre, dramaturgia y dirección Espíndola-Ordano, hacen de La Cita de Ana una pieza insólita, en su mejor sentido.
El encuadre cinematográfico del primerísimo primer plano fue clave en los criterios tanto dramáticos como estéticos. Lo virtual y lo digital, desde el guion y la dirección de actores, se ha adaptado armónicamente con la finalidad de entregarle al público un espectáculo conmovedor, entretenido y de calidad. Ambos personajes fueron trabajados hasta el mínimo detalle con la búsqueda de acercar la magia teatral a diversos espectadores desde las nuevas posibilidades tecnológicas.
Amancay Espíndola y Ezequiel Varela les ponen el cuerpo a Ana y su cita. Las funciones son el 5,6 y 7 de noviembre y con tu entrada virtual, podrás ver la obra durante tres días. Dura 22 minutos y las entradas están a la venta en Alternativa Teatral.