Redacción Canal Abierto |

22 de agosto

El fiscal Diego Luciani pidió una pena de 12 años de prisión efectiva y la inhabilitación perpetua para el ejercicio de cargos públicos contra Cristina Fernández durante el juicio por corrupción en la obra pública de Santa Cruz, mas conocido como Causa Vialidad.

«Cristina Fernández ostentaba la máxima jerarquía y usó sus competencias y poder para alcanzar el lucro final de esta maniobra», aseguró en su alegato, que cerró con estas palabras: «Señores jueces, es corrupción o justicia. De ustedes depende».

La primera reacción de la vicepresidenta fue denunciar que el Tribunal Oral Federal 2 había rechazado su pedido de ampliar la declaración indagatoria: «Si algo faltaba para confirmar que no estoy ante un tribunal de la Constitución, sino ante un pelotón de fusilamiento mediático-judicial, es impedir el ejercicio del derecho de defensa ante cuestiones».

Esa misma noche comenzó la vigilia de cientos de militantes en la esquina de Juncal y Uruguay, frente a la casa de CFK.

El diputado nacional del PRO por la provincia de Neuquén, Francisco Sánchez, sumó uno de los capítulos más explícitos de una escalada de violencia verbal que no cesaría en las próximas jornadas y pidió la pena de muerte para los delitos de corrupción, en clara alusión a la vicepresidenta.

23 de agosto 

«Ya tengo la condena escrita», apuntó Cristina Fernández durante una encendida defensa pública que duró hora y media.

Durante su alocución, la vicepresidenta argumentó que no existen pruebas en su contra y que ninguno de los citados a declarar durante el juicio apoyó con su testimonio la versión de los fiscales, a quienes culpó de adoptar el «guion» de los medios de comunicación afines a la oposición.

Entre otras cosas, hizo públicos algunos mensajes de teléfono entre empresarios investigados por corrupción y funcionarios afines al expresidente Mauricio Macri.

Tras el discurso, la vicepresidenta salió al balcón de su residencia para saludar a la militancia que se acercó para expresar su apoyo.

24 de agosto

El senador, Oscar Parrilli rechazó la posibilidad de un indulto y amnistía para la vicepresidenta Cristina Fernández, como habían reclamado algunos sectores del Frente de Todos después del pedido de la fiscalía de una pena de 12 años de prisión en la causa de Vialidad. “Para CFK ni indulto ni amnistía: justicia”, reclamó el legislador nacional.

En su primera entrevista tras el pedido de condena, Alberto Fernández habló en A Dos Voces, por TN, con Marcelo Bonelli y Edgardo Alfano: “La que no quiere pensar en un indulto es Cristina. Yo siempre he dicho lo mismo, el indulto es una rémora de la monarquía”.

A esta altura, referentes políticos de América Latina y Europa manifestaron su respaldo a la vicepresidenta denunciando la “persecución política” en su contra, que enmarcaron en las prácticas de “lawfare”. El Grupo de Puebla también advirtió que “a través de fiscales y jueces la derecha busca proscribirla”.

25 de agosto

«Esta no es de Netflix eh! La nota que estás viendo es del FBI. Brinda información a los Fiscales y Tribunales Orales de Comodoro Py en el caso conocido como ‘los bolsos de López’, donde se incautaron 9 millones de dólares. ¿Información sobre qué?…», tuiteó la vicepresidenta para dejar entrever que ni Luciani ni Mola tuvieron en cuenta esta prueba para investigar los vínculos entre su ex secretario de Obras Públicas, José López, y empresarios macristas.

El Consejo Nacional del Partido Justicialista expresó su «solidaridad» con Cristina Fernández y convocó a la militancia a «mantenerse unidos, organizados, movilizados y en alerta permanente».

En el mismo sentido se pronunciaron las ramas porteña y bonaerense del PJ, y desde esta última convocaron incluso a un congreso partidario para el 3 de septiembre en el que estaba prevista la participación de la propia CFK.

26 de agosto

Por cuarta jornada consecutiva, cientos de militantes kirchneristas realizaron una vigilia en apoyo a la vicepresidenta Cristina Kirchner en su departamento en el barrio porteño de Recoleta. La expresidenta saludó a la gente y hasta se puso una gorra con la consigna «CFK 2023».

27 de agosto 

«Desde el martes se produjeron a lo largo y a lo ancho del país manifestaciones, pero solo hubo escenas de violencia en la Ciudad de Buenos Aires y en la puerta de mi casa, provocadas por lo que yo llamo el odio a la alegría y al amor peronista», enfatizó la vicepresidente.

Ese día, quienes se movilizaron en apoyo a Cristina se encontraron con las calles de Recoleta cercadas, un enorme dispositivo policial y agentes filmando desde los balcones lindantes. Al intentar mover las vallas, los militantes enfrentaron gases y camiones hidrantes de la Policía de la Ciudad.

La represión terminó con más de diez detenidos, entre ellos a la ministra de Gobierno bonaerense, Cristina Alvarez Rodríguez; la diputada nacional Natalia Zaracho, el diputado nacional Federico Fagioli y el actual jefe del bloque oficialista de diputados bonaerenses, Facundo Tignanelli, quienes fueron liberados al poco tiempo.

Una de las escenas más salientes de la jornada fue la de un grupo de policías de la Ciudad impidiendo que el diputado Máximo Kirchner ingrese al domicilio de su madre en medio de golpes e insultos.

«He sufrido el permanente hostigamiento de gente que viene a insultar, agraviar y hasta amenazarme de muerte. Nunca vi a la policía de la Ciudad de Buenos Aires intervenir», dijo aquella noche la ex presidenta en un improvisado acto frente a su domicilio.

A las pocas horas, distintos referentes opositores cargaron contra CFK. «Se victimiza para promover el caos», consideró Mauricio Macri, al tiempo que expresó: «Envío mi apoyo a las fuerzas de seguridad y al Gobierno de la Ciudad y mi solidaridad con los vecinos».

El diputado nacional por Juntos por el Cambio, Ricardo Lopez Murphy tuiteó: «Son ellos o nosotros».

28 de agosto

La actuación de la Policía de la Ciudad el sábado generó rispideces dentro de Juntos por el Cambio que profundizaron tensiones previas, principalmente entre la exministra de Seguridad Patricia Bullrich y los sectores «duros», por un lado, y los funcionarios del Gobierno porteño, que la acusan de «ser funcional al kirchnerismo».

«Cuando vos tomás la decisión de poner la valla, la mantenés. Y no te corrés de ahí. Lo que te están poniendo en duda no es la valla, eso es simbólico. Ponen en duda tu Gobierno. El Gobierno está en el que mantiene el orden. Y vos no podés entregar ese orden», manifestó Bullrich.

Luego de una jornada caliente que incluyó violencia policial y acusaciones cruzadas, se dio a conocer un curioso encuentro que había tenido lugar durante la represión: Ximena Tezanos de Pinto, la mujer que vive en el piso de arriba de Cristina Kirchner, recibió en su casa a un grupo de militantes para ayudarlos a asistir a un joven desmayada producto de los gases lacrimógenos.

“Fue tragicómico y bizarro”, describieron los jóvenes tras el encuentro con la famosa “vecina de Cristina”. “Con ella podemos discutir y hablar con tranquilidad, pero no existe el odio del que habla la grieta”.

29 de agosto

Con las imágenes de la represión aún frescas, el lunes la Justicia instó al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a dar por finalizado el operativo policial en esa zona: “conforme lo establece el régimen legal vigente, la custodia de la persona y domicilio de la Vicepresidenta sito en esta ciudad, están a cargo de las autoridades de seguridad federales, que deben ejercer a esos efectos la unidad de comando y la coordinación operativa con las fuerzas locales”.

Por su parte, las autoridades porteñas no tardaron en salir a rechazar la resolución y reclamar la recusación del juez Roberto Gallardo, quien firmó el fallo. El pedido contó con el apoyo de varios medios de comunicación que salieron a calificar de kirchnerista al magistrado porteño.

31 de agosto

Horacio Rodriguez Larreta le contestó a la vicepresidenta por su sugerencia de “repensar” y “replantear” la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. “Se sacó la careta”, apuntó el Jefe de Gobierno. «No hay ninguna posibilidad de que Cristina Kirchner se quede con la Ciudad”.

«Yo creo que tenemos que también repensar un poco el tema de esta bendita Ciudad de Buenos Aires, que es la capital de todos los argentinos y que, de repente, una policía política se ha apoderado de la seguridad de las calles. Esto debe ser replanteado», había asegurado horas antes la vicepresidenta.

Otro de los cruces verbales de alto impacto surgió luego de que CFK tuiteara: “No sé si era la hora de la tarde y ya estaba medio… qué se yo”. De inmediato, Patricia Bullrich levantó el guante: “Parafraseando a Churchill: ‘yo puedo no tomar, pero usted no puede dejar de ser corrupta’”.

En un acontecimiento que anticipaba lo que sucedería al día siguiente, la custodia de la vicepresidenta Cristina Kirchner redujo a un repartidor en bicicleta que insultó y amenazó a los militantes que se encontraban en Juncal y Uruguay en el momento que la titular del Senado intentaba ingresar a su domicilio, se sacaba fotos con la gente y firmaba ejemplares de su libro Sinceramente. El joven terminó detenido.

1 de septiembre

Temprano se dio a conocer un grave hecho: en medio de la represión policial a la movilización del sábado en apoyo a Cristina Fernández, a uno de los agentes que estaba en la primera línea se le cayó un estuche con dos cargadores con 32 balas de plomo.

En este marco, el diputado nacional y líder de La Campora, Máximo Kirchner aseguró en declaraciones radiales: “En Juntos por el Cambio están viendo quién mata al primer peronista”.

Al anochecer, un hombre de 35 años se acercó a centímetros de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, accionó una pistola calibre 380 y el disparo o los dos disparos —podría ser un arma de doble acción— no salieron. El intento de magnicidio conmovió a toda la sociedad argentina.

El atacante fue detenido. En el allanamiento en uno de sus domicilios encontraron decenas de balas. La calificación del delito sería tentativa de homicidio agravado. La jueza Capuchetti estuvo en el lugar del ataque para ver las cámaras.

En cadena nacional, el presidente Alberto Fernández dio detalles del hecho, repudió la acción y decretó un feriado nacional para el día siguiente para que la ciudadanía pueda expresarse.

2 de septiembre

Desde temprano, una multitud marcha a Plaza de Mayo en “defensa de la democracia”.

Alberto Fernández convocó a la Casa Rosada a sindicalistas, empresarios y organismos de derechos humanos.

Hasta el momento, fue bastante disímil la respuesta de los principales referentes opositores: por un lado, Mauricio Macri expresó su repudio y pidió el «inmediato y profundo esclarecimiento por parte de la justicia y las fuerzas de seguridad», Lilita Carrió tuiteó «el camino es la no violencia» y Rodríguez Larreta se solidarizó con CFK; por el otro, Patricia Bullrich se limitó a cuestionar la declaración de un feriado nacional: «El presidente está jugando con fuego».

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