Redacción Canal Abierto | Las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte se reiniciaron el 4 de enero, tras una breve tregua por las fiestas de fin de año. La respuesta represiva de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas ha provocado la muerte de 18 civiles el pasado martes en inmediaciones del aeropuerto de Juliaca, ciudad más importante de Puno. También se produjo el deceso de un policía dentro de un patrullero incendiado.
“La región de Puno está movilizada básicamente porque está saliendo en defensa de sus derechos, en contra de la marginación histórica que sufre y también por defender su derecho a votar. Equivocadamente o no la población votó por Pedro Castillo y cuando la derecha ha pretendido desconocerlo ha irritado a la región. Puno sale a protestar por la histórica marginación en que vivimos; la región, en los últimos 15 años, ha perdido 100.000 habitantes que han sido expulsados de su tierra por la pobreza, la falta de oportunidades y el hambre. Somos, conjuntamente con la región de Huancavelica, las dos regiones que han perdido población en esta década y media”, sostiene en comunicación con Canal Abierto Alberto Quintanilla, ex congresista por la región de Puno, del Movimiento Nuevo Perú, desde Juliaca.
¿Qué ha ocurrido con la represión en estas últimas horas en la región?
-La región se ha estado movilizando en forma bastante pacífica, en forma múltiple, no violenta y masiva. Sin embargo, el día lunes ha habido un accionar de un grupo de provocadores que la población identifica o los reconoce como vinculados a los aparatos represivos del Estado, son unos treinta. Por otro lado, señalan a provocadores desde el lado más extremo de la izquierda, los rezagos de Sendero Luminoso. Estos sectores han propiciado enfrentamientos de violencia y lamentablemente la incomprensión del problema por parte del Estado, por parte del gobierno que ha mandado a reprimir. La represión ha sido brutal, catorce ciudadanos han muerto en las inmediaciones del aeropuerto y otros cuatro ciudadanos han sido asesinados en otros lugares, todos por disparos de bala hechos con fusiles de guerra utilizando armamento prohibido incluso en el plano internacional en las guerras y mucho más para reprimir a la población civil,
En este momento en Juliaca se están concentrando, de 20.000 a 30.000 ciudadanos en la Plaza de Armas, llevando los ataúdes de las personas que han sido muertas.
También tengo que condenar la muerte de un policía que según las informaciones ha sido calcinado en el interior de su patrullero. La población está saliendo por miles a las calles para despedir a sus muertos.
Contradictoriamente con estos hechos y este humor social, el Congreso dio el voto de confianza al que popularmente se ha bautizado como el “gabinete de la muerte”. ¿Qué podés decirnos sobre esto?
-El voto de confianza que ha dado la mayoría del Congreso el día de ayer irrita más aún, cuando el mensaje del primer ministro Luis Alberto Otárola refiere a que en Puno hay una reacción irracional de la población. Decir que es una reacción irracional es una ofensa; la población es claramente consciente de su exclusión social en el Perú y está saliendo a protestar contra ellos.
También han dicho que estas movilizaciones son manipuladas por Evo Morales. A Evo lo conozco hace más de 30 años, no tiene absolutamente nada que ver. Coincidimos en que vivimos en el altiplano, en que somos quechuahablantes, la población mayoritaria de Puno habla quechua y también aymara, pero no tiene nada que ver pretender decirle a los puneños que son una especie de minusválidos mentales manipulados por un extranjero.
La gente está viniendo masivamente del interior de la región a la capital, Puno y a la ciudad de Juliaca que es la más grande, porque aquí se dan las expresiones políticas, no van a quedarse digamos en sus comunidades. Esta forma de encarar los problemas desde el Gobierno central refleja la incomprensión que tienen los gobernantes, desde Lima, del interior del país.
Se está hablando de una marcha en los días siguientes hacia Lima desde el sur del país.
-Los aymaras y los manifestantes están anunciando que van a dirigirse de todo el interior del país hacia Lima porque lógicamente es nuestra capital y las decisiones políticas más importantes se toman allá.
En el año 2000, se produjo la Marcha de los Cuatro Suyos –en referencia a las cuatro regiones del Tahuantinsuyo, el antiguo imperio Inca– en la cual participó el expresidente Alejandro Toledo Manrique (se dio entre el 26 y el 28 de julio de ese año, y la encabezaron Toledo, Carlos Ferrero Costa y David Waisman, líderes del partido político peruano Perú Posible, secundados por diversos movimientos sociales). Se concentraron más de 200.000 personas en Lima y provocó la caída del gobierno de Alberto Fujimori en ese entonces. Van a volver a intentar repetir esta expresión.
Lo que molesta a la población del interior del país, y de Puno en particular, es ese menosprecio, ese desconocimiento, esa falta de interés en entender.
La ex presidente del Congreso Mari Carmen Alba, hace pocos días, pretendió acusar al ex gobernador de la región de Puno, Germán Alejo Apaza, porque decía que trataba a Evo Morales como “el gilata Evo”. Gilata, en aymara es hermano, acusarlo de eso, de una complicidad política, refleja la lejanía que tienen los gobernantes y las clases más pudientes en el país respecto de las clases más postergadas y las minorías quechuas y aymaras de nuestro país.
— Alvaro Campana 🇵🇸 (@alvarocampana) January 12, 2023
¿Cuál es el posicionamiento del Movimiento Nuevo Perú frente a estos hechos, frente a la decisión del Congreso de dar el voto de confianza al gobierno de Dina Boluarte?
-Con la minoría de parlamentarios que tentemos en el Congreso hemos votado porque no se le otorgue el voto de confianza al gabinete Otárola. Estamos porque la presidenta Dina Boluarte renuncie y porque, una vez que se produzca la renuncia de Boluarte, también se recomponga la Mesa Directiva del Congreso de la República para que no sea William Zapata quien lo presida. Es un ex militar que tiene una trayectoria represiva. Queremos que haya un nuevo presidente o una nueva presidenta que pueda, como lo hizo en su momento Valentín Paniagua, conducir a una forma de transición política en la cual se adelanten las elecciones y se garantice que la ciudadanía elija democráticamente a sus candidatos en elecciones primarias y, posteriormente, en la composición de los poderes ejecutivos y Legislativo del Estado queremos que haya una transformación democrática, la actual estructura política excluye a los más débiles, excluye a los más pobres que son los que precisamente ahora están protestando en el sur del país y en particular en la región de Puno.
La demanda también es por una Asamblea Constituyente para redefinir los términos del contrato social. Queremos que se cambie realmente y no se permita el saqueo del país.
Tenemos seis ex presidentes presos porque la Constitución de 1993 es proclive a la corrupción, porque dice que los recursos naturales son patrimonio de todos los peruanos pero, una vez que se entregan en concesión, se convierten en propiedad privada de las empresas que los explotan y perdemos cualquier tipo de soberanía o posibilidad de utilizarlos en beneficio del desarrollo del país. Eso no ocurre ni en los países más liberales, ni en los tiempos más liberales. Chile tiene un diseño constitucional en el cual sus recursos son explotados por el Estado, Codelco, la empresa minera más importante de Chile, es propiedad del estado. En el Perú, el Estado está prohibido de hacer empresa. Nosotros queremos que el Estado haga empresa en igualdad de condiciones, sin ningún privilegio en relación a las empresas privadas y que no se le prohíba como actualmente lo hace la Constitución.
La región de Puno, alcaldes y el gobernador contribuyeron a la elección de Pedro Castillo. Podemos discutir si Pedro Castillo fue un fiasco o fue un error. Nos defraudó, defraudó a Puno, defraudó al país, pero esa era la voluntad del pueblo, el pueblo que votó por él, el pueblo que quería que uno como ellos llegara a ser gobernante el país y esa posibilidad es la que lleva ahora la gente a las calles.
El pueblo no está pidiendo la libertad o la reposición de Pedro Castillo, está pidiendo que salga Dina Boluarte de la Presidencia y que haya un cambio en las estructuras, un cambio en la Constitución, un cambio en la relación de las y de los poderosos del país, tanto económica como políticamente, con los sectores históricamente marginados.