Redacción Canal Abierto | El litio es fundamental para la producción de baterías recargables, insumo tanto para la electrónica como la automovilidad. En los últimos años se convirtió en sinónimo de transición energética global frente al agotamiento de los combustibles fósiles (gas, petróleo) y su indiscutible impacto sobre el ambiente.
Sin embargo, no todo es «verde» ni eco amigable en torno a la extracción de este mineral: su obtención implica sobreconsumo de fuentes de agua, uso de químicos contaminantes y desplazamiento de poblaciones.
En las cuencas de salares de la Puna altoandina de nuestro país y de los vecinos Chile y Bolivia hay gran cantidad de este mineral que se encuentra disuelto en las salmueras de estos humedales de altura. El 53% de las reservas mundiales de este nuevo “oro blanco” se encuentra en el denominado “Triángulo del Litio” que comparten las tres naciones, y del que sacan provecho grandes corporaciones mineras.
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Una de ellas, Livent Corporation –con oficinas centrales en Filadelfia, Estados Unidos– opera desde 1996 el proyecto Fénix en el Salar del Hombre Muerto (Antofagasta de la Sierra), en Catamarca. Se estima que su producción anual asciende a 16 mil toneladas que se exportan a plantas industriales que la firma posee en Norteamérica y China.
En las últimas horas el ministro de Minería de la provincia norteña, Marcelo Murua, confirmó lo que los pobladores del área venían denunciando ante el silencio empresario: el 4 de febrero un camión de la operadora volcó a 15 kilómetros de la mina derramando 20.000 litros de ácido que estaban destinados a insumos de la empresa litífera.
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Tras varios días sin ningún tipo de comunicación, la minera señaló que “el siniestro vial se produjo las 21.30 aproximadamente, en el Terraplén a 2 Km del puesto policial Los Hornos. En el lugar, volcó un camión cisterna Scania proveniente de Campo Quijano con destino al proyecto de Fénix, debido a las condiciones del camino y a las intensas lluvias registradas en la zona”.
No es la primera consecuencia ambiental del proyecto Fénix: las grandes cantidades de agua –se estima que por tonelada de carbonato de litio final consume entre uno y dos millones de litros- utilizadas por la empresa terminaron por secar el próximo Rio Trapiche. Organizaciones ambientales advierten que la firma estadounidense ya inició obras para construir un acueducto desde el rio Los Patos hasta la mina, poniendo en riesgo otro cauce.
Otro punto a tener en cuenta son las denuncias de defraudación al fisco que pesan sobre Livent. Meses atrás, una auditoría de la Agencia de Recaudación de Catamarca (ARCA) sobre los periodos 2018 y 2019 reveló que mientras Jujuy declaraba un precio de venta del producto de poco más de 54 dólares el kilo, la empresa que opera en Catamarca lo hacía a solo 6,41 dólares. Es decir, una subfacturación de no menos del 843%.
La maniobra que ya está siendo investigada por la Dirección General de Aduanas fue posible gracias a un marco legal que deja la fiscalización del proceso de exportación en manos de las propias empresas.
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