Redacción Canal Abierto | Ángel Garro era supervisor de Cementación de Pozos de YPF en Cutral Co, Neuquén, hasta que en 1994 se convirtió en uno de los más de 32 mil despedidos en el marco del proceso de privatización de la empresa de bandera que llevó adelante Carlos Menem. Además, por su actividad gremial, fue parte de las listas negras del riojano y estuvo 10 años sin conseguir trabajo en el sector petrolero.
Pero la ola privatizadora que vino con la llamada reforma del Estado -término que hoy vuelve a acuñar Javier Milei- no solo golpeó a los laburantes, que además fueron violentamente reprimidos (cinco personas murieron en cortes de ruta), sino que afectó la economía de todas las regiones petroleras.
“A Cutral Co, Plaza Huincul, Catriel, Río Negro, las devastó -recuerda Garro-. Muchos comerciantes, que se creyeron el verso del libre comercio, que creyeron en el 1 a 1, tuvieron que cerrar. Porque muchos de nosotros, que vivíamos ahí, nos quedamos sin trabajo… ¿y a quiénes le iban a vender? Mirá la ironía”.
Ahora Javier Milei, honrando sus promesas de campaña, ratificó su deseo de vender el 51% de las acciones que el Estado le expropió a Repsol en 2012.
Desde la Coordinadora Nacional de Trabajadores de YPF y Gas del Estado, de la que Garro es vicepresidente, suponen -o quieren suponer- que la venta de acciones no va a impactar en los trabajadores como en los 90, porque en todo caso podrían ser transferidos. Sin embargo, “el gran perjudicado va a ser el pueblo argentino”, afirma el ypefiano.
Garro cuestiona “la vieja cantinela de que quieren ahorrar, de que las estatales son empresas deficitarias, que tienen exceso de personal”. “Es todo falso”, sentencia.
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Los números lo respaldan. Un informe sobre el último balance trimestral de YPF – publicado por el Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC)– muestra a todos los indicadores en alza: 50% de incremento de las inversiones, 20% de crecimiento de la producción de petróleo no convencional, 6% del de gas no convencional, “récords de eficiencia en Vaca Muerta”. En otros eslabones de la cadena productiva, como comercialización, también se registran récords históricos. En síntesis, como dice Garro, “YPF es superavitaria”.
Desde el Área de Energía del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPPYP) que lidera Claudio Lozano coinciden con ese análisis. Y añaden que YPF además de controlar el 42% de la producción de petróleo y el 25% de la de gas, es puntera en ventas mayoristas y minoristas. Y agregan que si el próximo gobierno continúa con las obras previstas, alguna ya licitada y con financiamiento interno y externo, como es el caso del tramo Salliqueló-San Jerónimo del gasoducto Néstor Kirchner, entre fines de 2024 y principios de 2025 podría haber un “superávit energético consolidado”. Esto, subrayan, si se opera todo adecuadamente, porque las intenciones de Milei de frenar la obra pública podrían poner en riesgo su continuidad.
El nubarrón
En diálogo con Canal Abierto, desde el IPPYP aseguraron que YPF tiene su deuda bajo control. No obstante, sí advierten sobre las consecuencias del juicio que el fondo Burford (comprado al Grupo de la familia Eskenazi) inició contra Argentina por la estatización de YPF.
Esta semana se conoció una resolución de la jueza Loretta Preska que habilita a Argentina a pagar la multa impuesta de U$D 16.000 millones con activos, que en el caso de YPF son los pozos en producción, es decir, las reservas. Una medida así, alerta el IPPYP, podría lesionar gravemente el interés de YPF y el interés nacional.
En paralelo, también ven con preocupación las señales que el presidente electo viene manifestando en materia de energía. En primer lugar, la designación de Horacio Marín, presidente de Tecpetrol, la empresa de petróleo y gas de Techint de Paolo Rocca, al frente de YPF. Techint -recuerdan- es una de las principales competidoras de YPF en la extracción de gas no convencional en Vaca Muerta. Poner a Marín al frente de YPF marca que el objetivo es reorientar YPF en función de los intereses de los sectores privados, analizan.
YPF, técnica y jurídicamente ya es empresa privada: es una sociedad anónima de participación estatal mayoritaria, con un esquema bastante similar a Petrobras, por ejemplo. Desde el IPPYP interpretan que, entonces, el objetivo de Milei sería generar las condiciones para desprenderse de las acciones en manos del Estado Nacional. Para eso, destacan, hay que modificar la ley 26.741, de 2012, que requiere de los votos de dos tercios de ambas cámaras legislativas. También advierten que si bien podría avanzar por DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia), este podría ser recurrido en la Justicia y generar un marco de inseguridad para los inversores.
Otra cuestión tiene que ver con el rol estratégico de YPF. La energía, afirman, es un bien social y un insumo fundamental para la industria, que tiene que estar a un precio razonable y accesible para la producción. Para ello, en un país que produce gas y petróleo, es clave tener una empresa que pueda fijar pautas diferenciales de precio.
En oposición, desde el sector libertario plantean que hay que ir hacia la convergencia con los precios internacionales, un discurso que se buscó instalar fuerte cuando previo a las elecciones generales hubo faltantes de combustible.
Esto significaría que el “barril criollo”, hoy en el orden de los 56-57 dólares pasaría a estar en torno a los 78 o 79. En un esquema regido por la maximización de ganancias, el encarecimiento del proceso productivo impactaría directamente en el precio de comercialización de combustible líquido, lo que haría “inviable” un proceso productivo industrial en Argentina.
Para el ypefiano Garro, si la medida responde a la necesidad de dólares, vender YPF “es matar la gallina de los huevos de oro”. “Este hombre va a hacer bolsa el futuro de los argentinos”, alerta y cierra la conversación con un dato clave: en todas las localidades petroleras ganó Milei, incluso en Cutral Co, donde nació la resistencia al menemismo.
“He hablado con petroleros que votaron a Milei. Lamentablemente no escuchan los consejos de gente que ha vivido, que tiene cierta experiencia, creen que son los grandes descubridores”.
En Neuquén, donde aún vive, el tema de la privatización de YPF todavía no está presente en la conversación pública, salvo en algún que otro medio de comunicación o en los sindicatos. “La gente todavía no despierta, todavía están con el impacto de que ganó Milei y esperan un cambio rotundo. Espero que tomen conciencia y ocupen un lugar en la defensa de YPF, que es la defensa de ellos mismos”, sostiene.
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Ilustración: Marcelo Spotti