Redacción Canal abierto | El lunes a la madrugada cuatro mujeres lesbianas fueron atacadas con combustible y fuego en el cuarto del hotel-pensión en el que vivían, en el barrio porteño de Barracas. Una de ellas, Pamela Cobos, falleció luego de ser atendida en el Instituto del Quemado, mientras que las otras tres permanecen internadas, dos en estado grave.
El agresor, de 62 años, identificado como Fernando Barrientos, también vivía en el hotel, y luego de intentar suicidarse, quedó detenido a disposición del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 14.
“Los testimonios señalan que intentaban no salir del cuarto por las agresiones misóginas y lesboodiantes que recibían”, señalaron desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), en un comunicado de repudio en el que definieron el hecho como resultado de “discursos de odio” que “pasan a la acción”.
En el mismo sentido se expresaron distintas organizaciones LGBTIQ+, como la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), y de Derechos Humanos, así como periodistas y referentes de la política y la cultura, e incluso, organismos oficiales como el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la provincia de Buenos Aires.
En diálogo con Canal Abierto, Lucía Cavallero, referente de Ni Una Menos, fue tajante al afirmar que si bien los actos y discursos de odio contra lesbianas, gays y personas travesti y trans no empezaron con el Gobierno de Milei, claramente se están incrementando, “a partir de la legitimación y la promoción de discursos de odio desde altos organismos del Estado, e incluso de referentes de la fuerza oficialista”.
En esa línea, podemos mencionar a la canciller Diana Mondino comparando al matrimonio igualitario con tener piojos, o las declaraciones de Javier Milei, cuando era candidato, equiparando la libertad de orientación sexual con vincularse con elefantes, o demonizando y planteando teorías conspirativas en torno al feminismo y la perspectiva de género.
Pero también, el apoyo de Javier Milei a Nicolás Márquez, su amigo y biógrafo, quien esta semana, no casualmente a días de la presentación de su libro en la Feria Internacional (FILBA), fue de nuevo noticia, luego de ser entrevistado por Ernesto Tenembaum y decir, por ejemplo, que la homosexualidad era una conducta “insana” y “autodestructiva”. La relación de Milei con Márquez es tan estrecha que el activista homófobo fue uno de los invitados del Presidente a su acto de asunción en el Congreso de la Nación.
“Nos encontramos en una situación en la cual, por un lado, el gobierno señaliza como enemiga a una parte de la población, donde se emiten permanentemente discursos homofóbicos y eso es complementado con una normalización permanente en los medios de comunicación de discursos fascistas”, advirtió Cavallero. Y subrayó: “Los medios de comunicación trabajan ensamblados con un Estado que legitima el discurso homofóbico y normalizan cuestiones que hace un tiempo atrás no se podrían haber dicho”.
La referente también señaló que esto se replica en el ámbito legislativo. “Hay diputados y senadores de La Libertad Avanza que tienen expresiones profundamente misóginas y homofóbicas en el mismo recinto legislativo, y que de alguna manera se están tratando de hacer pasar como expresiones normales”.
¿En qué radar del Estado estaban?
Las organizaciones que repudiaron y analizaron el hecho coincidieron en incluir como parte del combo que habilitó este hecho de violencia extrema el tipo de Estado que construye el Gobierno de La Libertad Avanza. “Tenemos muchas preguntas que aún no podemos responder. Pero una importante es en qué radar del Estado estaban o no y cómo son los pasos del abandono estatal que precariza aún más las vidas”, se preguntaron así desde el CELS.
Al respecto, Cavallero manifestó: “Lo que vemos es un Estado que desinhibe y promueve la violencia social hacia la población LGBTIQ+ y medios de comunicación que la normalizan. Todo esto se hace, además, acompañado por un desmantelamiento de las políticas de prevención de las violencias, de educación sexual integral, del cierre del INADI, y también, de un gran ataque sobre las condiciones económicas de la población”.
En ese sentido, “no es un elemento menor que las lesbianas atacadas vivían en un hotel”, afirmó. “En general, el acceso a la vivienda para la población LGBTIQ+ está negado en la ciudad de Buenos Aires, donde es imposible alquilar y donde eso también lleva a condiciones de extrema precariedad donde es más fácil que suceda una situación como la que sucedió”, explicó.
“Entonces –analizó la referente del colectivo feminista- la sensación es que, efectivamente, y muchas colectivas ya lo veníamos advirtiendo, los discursos de crueldad, los discursos fascistas, cuando son promovidos del Estado tienen efectos concretos”. Porque “cuando hablamos de discursos de odio no solo estamos hablando de una lucha discursiva, sino que estamos hablando de discursos que tienen un ensamblaje con efectos materiales concretos y físicos, que en este caso es el incremento y la desinhibición de la violencia contra lesbianas”.
Prioridades
Por último, Cavallero señaló que la respuesta desde el campo popular debe ir “en el sentido contrario de la normalización”. “Vamos a seguir trabajando por un feminismo popular que trabaje articuladamente con los movimientos de la disidencia sexual para que estas situaciones no estén subalternizadas, sino que sean una prioridad en la agenda de nuestros movimientos”.
También habló de la importancia de interpelar “a compañeros de nuestro propio campo popular que menosprecian las luchas feministas y del movimiento de la disidencia sexual, y que tratan de acercarse al sentido común que tratan de imponer como misógino, homofóbico transfóbico y lesbofóbico”.