Redacción Canal Abierto | The West Wing fue una serie que se emitió entre 1999 y 2006 y narró la historia del presidente ficticio Josiah Bartlet, interpretado por Martin Sheen. Adelantada al boom de las series, no llegó a tener la horda de fanáticos que cualquier entrega de Hollywood hoy. Pero entre los que tuvo, tiene fans selectos. Entre ellos se cuenta el presidente Javier Milei. O el asesor encargado de escribir su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En las últimas horas algún memorioso recordó las palabras leídas por Javier Milei en el organismo multilateral. Y se trata de una escena en la que el personaje de Bartlet expone ante su gabinete su postura respecto a la defensa de la vida, la libertad y la propiedad privada.
Adaptando los contextos, el discurso de Milei es lo que en la jerga se conoce como un homenaje. En este caso, un homenaje a mano armada.
No es la primera vez que creaciones ajenas salen de la boca del presidente. Ni de sus escritos.
En el libro El loco, el periodista Juan Luis González dedica un capítulo a los plagios detectados en los libros que firmó. Por ejemplo, Pandenomics, obra de 2020 en la que aborda las consecuencias de la pandemia en la economía de los países, contiene párrafos enteros copiados y pegados del artículo Las matemáticas de las epidemias: caso México 2009 y otros, escrito por Salvador Galindo Uribarri, Alberto Rodríguez y Jorge Cervantes, para la revista Ciencia ergo Sum. Ninguno de sus nombres figura en la bibliografía ni el texto aparece entrecomillado.
Otro caso es el del físico español Antonio Guirao Piñera, presidente del Secretariado Permanente de la Olimpiada Iberoamericana de Física, cuyo texto Entender una epidemia: el coronavirus en España, situación y escenarios, publicado en el Depósito Digital Institucional de la Universidad de Murcia, también tuvo el cuestionable honor de ser incluido entre los plagios de quien hoy es Presidente.
Pero no fue en sus andanzas editoriales donde hizo sus primeras prácticas en el arte del plagio. El ususrio de Medium marcus Tullium descubrió que en artículos de opinión publicados en Infobae y El Cronista, el entonces panelista estrella plagiaba textuales de escritos de los gurúes de la escuela austríaca de economía Murray Rothbard, Frederick Hayek y Ludwig Von Mises.
Ya como candidato, sacudió el avispero político con la definición de “casta” para referirse a un universo que abarca políticos, sindicalistas, referentes de organizaciones sociales y personas que cobran asignaciones del estado. Lo que para un sector del electorado constituyó un ardid retórico novedoso, no era más que una copia de la campaña de 2014 de Podemos, la agrupación progresista española.
Su referente, Pablo Iglesias, usaba el término, aunque en un sentido diametralmente opuesto al utilizado por el economista híperliberal, ya que el político español apelaba a la palabra para referirse no sólo a los partidos tradicionales (Pp y PSOE), sino también a la trama empresarial a quien nadie elige pero digita gran parte de las políticas.
Ya en la Casa Rosada, Milei decidió adoptar giros estéticos de la Casa Blanca. Así fue que la grafica de la sede del Poder Ejecutivo cambió su característico rosa por el azul yanqui. Y las comunicaciones pasaron a hacerse desde la Oficina del Presidente. También incorporó el modismo “padres fundadores” para referirse a lo que históricamente denominamos próceres e incorporó en discursos y documentos la frase “hagamos Argentina otra vez”, parafraseando a su ídolo Donald Trump, que utilizó la misma frase –pero con Estados Unidos en vez de nuestro país.