Redacción Canal Abierto | Al menos cuatro personas muerieron y unas 40 resultaron heridas por un bombardeo israelí sobre un campamento de desplazados que funcionaba en el patio del hospital Al Aqsa de Deir al Balah, en el centro de la franja de Gaza.
Si bien confirmó su autoría del ataque, Tel Aviv calificó de “ataque preciso contra terroristas” lo que a todas luces resulta una nueva afrenta al derecho internacional.
Las imágenes de cuerpos calcinados que a posteriori circularon en redes provocaron la indignación de muchosy un pedido por parte del comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA), Philippe Lazzarini: “Otra noche de horror en la zona central de Gaza. Es un infierno interminable. Todo esto no debe convertirse en la nueva normalidad. La humanidad debe prevalecer”.
Al momento del ataque, el hospital estaba repleto de heridos de un bombardeo anterior a la escuela Rufaida, también convertida en refugio que mató al menos a 26 personas.
En un mensaje publicado en la red social X, Lazzarini informó que el centro educativo iba a ser utilizado como centro de vacunación en la segunda fase de la campaña para inmunizar a miles de niños gazatíes contra la polio.
Desde el ataque de Hamas del 7 de octubre de 2023, la ofensiva militar israelí asesinó a 42.289 palestinos, en su mayoría mujeres y menores de edad, aunque la cifra podría ser incluso mayor por la cantidad desaparecidos bajo los escombros.