Redacción Canal Abierto | Este domingo por la noche, Javier Milei firmó un decreto para transformar a Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) en una Sociedad Anónima, una medida que allana el camino para la privatización de la histórica mina de carbón y su usina carboeléctrica.
La alarma entre los trabajadores no sólo se focaliza en relación a los dos mil puestos de laborales directos. También el impacto social en una región aislada y dependiente de esta empresa como es la del extremo sur de Santa Cruz.
Desde la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), el gremio con casi la total representación en la empresa, calificaron la medida como “una provocación al pueblo de Río Turbio que no vamos a permitir”.
Su secretario general a nivel nacional, Rodolfo Aguiar, incluso alertó que el Gobieno podría “desatar una pueblada” en caso de avanzar en la privatización: “acá hay una historia de lucha. La gente está dispuesta a defender su fuente de trabajo y el futuro de sus hijos”.
Un conflicto con historia
Los intentos de privatización o cierre de YCRT vienen de larga data. Durante los años ‘90, fue una de las tantas víctimas de la políticas neoliberal de Carlos Menem. En 2004, tras una explosión en la mina que dejó 14 muertos, los trabajadores y la comunidad lograron que el gobierno nacional se hiciera cargo de su administración nuevamente.
En 2018, bajo la gestión de Mauricio Macri, el intento de recorte y despidos masivos generó una nueva oleada de movilizaciones que lograron poner un freno al ajuste.
Un recurso estratégico
YCRT es una de las principales fuentes de empleo en la región y un actor clave en la matriz energética del país. Su usina carboeléctrica, que aún no opera a plena capacidad, ha sido objeto de múltiples idas y vueltas en los últimos gobiernos, con promesas de inversión que nunca se concretaron del todo.
Desde el gobierno nacional justificaron la conversión a Sociedad Anónima como parte de un plan de “eficientización y modernización” de la empresa, aunque los trabajadores temen que sea el primer paso hacia su desguace y venta a privados.
Próximos pasos y resistencia sindical
Ante este escenario, las organizaciones gremiales ya preparan medidas de protesta: ATE anunció una asamblea urgente y no descarta un paro con movilización hacia Buenos Aires.
Mientras tanto, en Río Turbio, la incertidumbre crece. La comunidad, históricamente ligada a la actividad minera, enfrenta un futuro incierto y se organiza para resistir una medida que, aseguran, pone en jaque su propia supervivencia.