Por Federico Chechele | Algunos medios titularon como un triunfo de Javier Milei el haber obtenido por parte de la Cámara de Diputados la habilitación para un nuevo endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, las propias palabras del Presidente en campaña, cuando aseguraba que “El FMI es una institución perversa porque cuándo un país está a punto de explotar pone la guita y le permite estirar el ajuste”, dejan en evidencia el fracaso de su gestión económica.
El martes el ministro Luis Caputo fue a la televisión a tratar de explicar el acuerdo, pero la precaria explicación generó tanta incertidumbre que ya en el auto que lo esperaba en la puerta del canal empezó a padecer turbulencias por la escalada de los mercados con los dólares alternativos y el riesgo país, mientras caían bonos y acciones. Otro tanto sucedió el miércoles mientras los diputados de la Libertad Avanza con el apoyo directo e indirecto de la UCR, el PRO, la Coalición Cívica, bloques provinciales y un sector de Unión por la Patria entregaban un cheque en blanco para endeudar a futuras generaciones. Durante todo ese trajín, el Banco Central perdió USD 1.008 millones de dólares en cuatro ruedas cambiarias.
Al otro día una encuesta hizo tropezar a la mitad de los funcionarios que deambulaban por la Casa Rosada cuando leyeron que el 64,4% de los argentinos está en desacuerdo con que el país tome más deuda. La historia de ir a pedir un préstamo sin capacidad de devolución está embebida en la sociedad y por eso lo resiste. Macri no lo entendió y así le fue. Se rechaza al FMI porque el costo siempre lo paga la gente: hoy Milei está batiendo el récord histórico al ser el primer presidente con 15 meses seguidos de caída de consumo y hasta el propio INDEC difundió que personas con trabajo están buscando un segundo empleo. Es un hervidero por más que se haya intentado recrear un triunfo cuando las pelotas van todas afuera.
Para colmo, un mes después del lanzamiento de la criptomoneda $LIBRA, se presentó la primera demanda colectiva ante la Corte Suprema de Nueva York contra los responsables internacionales. A Milei y a su entorno la estafa lo roza por todos lados.
Cómo será la preocupación que ronda en Balcarce 50 que entre la alteración de los mercados, el criptogate y las protestas, Milei tuvo que guardar el pasaporte y suspender el viaje a Israel de este fin de semana en el cual se iba a reunir con el genocida y también primer ministro israelí, Benjamín Nentanyahu. Pero pudo ser peor. Se supo que participaría de la Conferencia Internacional contra el Antisemitismo en la cual iba a ser orador, sin embargo, en el afán de reunir a referentes de la ultraderecha, incluyeron entre los invitados a fascistas y negadores del Holocausto. Un escándalo. Toda la oscuridad en un solo lugar y allí se dirigía el Presidente de los argentinos.
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A diferencia del miércoles 12 donde Patricia Bullrich utilizó todo lo que tenía a mano para reprimir a la gente que decidió movilizarse en apoyo a los jubilados, este miércoles la estrategia fue plantar un estado de sitio, sin declaración oficial, mientras se aprobaba el DNU que le da luz verde a Milei para volver a recurrir al FMI.
Todo se embarulló cuando se filtra la información sobre la presencia de los jefes de la SIDE en la reunión de La Rosada para establecer el accionar de las fuerzas con el fin de obstaculizar la convocatoria de los jubilados y de las centrales sindicales.
La propia Ley de Inteligencia lo prohíbe cuando menciona que “ningún organismo de inteligencia podrá obtener información, producir inteligencia o almacenar datos sobre personas por el solo hecho de su raza, fe religiosa, acciones privadas u opinión política, o de la adhesión o pertenencia a organismos partidarios, sociales, sindicales… así como la actividad lícita que desarrollen en cualquier esfera de acción”.
No sólo planificaron, también fueron descubiertos por decenas de filmaciones de particulares.
Toda esa organización previa se vio reflejada el miércoles cuando la Ciudad amaneció sitiada, con el Congreso y la Casa de Gobierno vallados, carteles electrónicos en las estaciones de trenes y de subtes con parlantes que amenazaban con reprimir, fuerzas federales pidiendo documentos en cualquier esquina, Bullrich ofreciendo recompensas de 10 millones de pesos a quienes brinden información para identificar a los violentos y 2000 efectivos rodeando el Congreso. La capital de la Argentina militarizada al borde del Estado de Sitio.
No es una exageración. Cuando se implementa un Estado de Sitio se suspenden las garantías legales y se le entrega un mayor poder y protagonismo a las fuerzas armadas y de seguridad. Y eso sucedió el miércoles a la vista de todo el mundo. ¿Cuándo un gobierno puede declarar el Estado de Sitio? Cuando se ve forzado a hacer frente a situaciones extraordinarias. Por lo que se deduce que el Gobierno interpreta que una protesta frente al Congreso de la Nación es una situación grave y extraordinaria. Gobiernan con ataques de pánico.
La que sí metió la pelota dentro del arco fue la gente, que le ganó al miedo y salió a la calle. Con la convocatoria de las dos CTA, la UTEP, sindicatos de la CGT y sectores del troskismo el Congreso se llenó de institucionalidad para acompañar a los jubilados que una vez más volvieron a pedir una jubilación digna y para señalar a los diputados que avalaron un nuevo endeudamiento.
La plaza se desbordó cuando miles de jóvenes y adultos se mezclaron desoyendo las amenazas del Gobierno y el terror que sembraron los medios para cantar, insultar y protestar con el puño cerrado. Todo finalizó con centenares de personas en la Plaza de Mayo gritándole al Presidente que se vaya.
Este escenario de bronca que el Ejecutivo no puede modificar, tendrá el lunes una movilización histórica exigiendo más Memoria, Verdad y Justicia con la particularidad que, después de 19 años las organizaciones de derechos humanos volverán a marchar en unidad. Las torpezas de Milei agigantan al campo popular. Tal es así que onda expansiva llegó hasta la calle Azopardo y la CGT no tuvo otra opción que convocar a un Paro General que también fue anunciado por las dos CTA.

El miedo es una emoción natural que tiene como consecuencia huir ante el peligro, evitarlo o combatirlo. La historia indica que los argentinos lo enfrentan, no se asustan. Por eso “el ajuste más grande la historia” ya no es con paz social.
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Federico Chechele en X: @fedechechele