Redacción Canal abierto | Los 10 años de Ni Una Menos coinciden con el segundo año en el poder de una fuerza política que puso a los feminismos y a todo tipo de organización comunitaria y popular como blanco principal de la persecución, al tiempo que logró consolidar a “la crueldad y la austeridad como parte de la lengua popular”.
En esta entrevista en Canal Abierto, Luci Cavallero de Ni Una Menos -y coautora de “Una lectura feminista de la deuda”-, Mercedes Cabezas de ATE, Eva Reinoso de Yo No Fui y Yokhary Márquez Ortiz del sindicato de trabajadoras sexuales AMMAR, coinciden en que el accionar que detenta el Gobierno de Javier Milei no es una novedad, pero sí que exacerba una descomposición social profunda, tallada por décadas de neoliberalismo.
En este contexto, donde arrecian los despidos, el recorte salarial y el desguace de áreas estratégicas del Estado, como las universidades, los hospitales o la asistencia a las personas con discapacidad, junto a un recrudecimiento de la violencia y el hambre, la tarea es “unir las luchas”.
Ante la pregunta de qué hacer, Márquez Ortiz apunta: “Hay que escuchar a todas, a la que está en situación de calle, a la trabajadora sexual, tenemos que dar discusiones de lo que realmente pasa: nos cagamos de hambre”. El objetivo, agrega, es seguir construyendo “un feminismo y un transfeminismo popular, yendo al barrio, yendo a los sectores donde nos necesitan”.
Para Reinoso de Yo No Fui, una organización que trabaja en proyectos artísticos y productivos dentro y fuera de las cárceles de mujeres, las demandas del cotidiano, como cuando fue la toma en Guernica o las tomas en la Villa 31, “marcan un horizonte”. En esa línea, rescató la potencia de los feminismos que fueron dejando atrás la narrativa de la víctima para ser una herramienta para distintas organizaciones, incluso las más consolidas como los sindicatos. Algo que explica que los feminismos sean un enemigo central de las ultraderechas, subraya.
Para Luci Cavallero, “hay que hacerse cargo de que estamos en un momento en que nadie sabe muy bien qué hacer”. Sin embargo, “tenemos algunas claves: juntarnos, hacer alianzas, la política de la cercanía, aunque esto no garantice una alternativa”. El interrogante que queda, en tanto, es “cómo acelerar esos procesos de encuentro entre sectores que tienen diferencias” porque, por ahora, “lo que hacemos no tiene la capacidad y la intensidad de destrucción que tiene este Gobierno”.
Para la secretaria adjunta del sindicato de estatales, la pregunta clave es cómo materializar los logros del campo popular. Concretamente, “cómo mejorar las estructuras que den una respuesta, que es el fin último”. “Es cierto que nadie tiene idea de qué hacer pero si las alianzas son nada más que para la resistencia, tenemos un problema enorme. Hay que buscar un programa en común, no de Gobierno pero sí de por dónde salir”, plantea.
#4J
Con la consigna de unir todas las luchas, las dos asambleas previas al 3 de junio, realizadas el 23 y el 30 de mayo en la sede de la CTA, consensuaron trasladar la marcha por Ni Una Menos al miércoles 4 de junio, para coincidir con el ya tradicional reclamo de jubilados y jubiladas. En Ciudad de Buenos Aires, será a partir de las 16 en la Plaza Congreso.
En defensa del Hospital Garrahan, el CONICET, les migrantes, por la Ley de Emergencia en Discapacidad, por las y los jubilados, con los transfeminismos, las universidades, les trabajadores del arte, ambientalistas, inquilinos, niñeces, trabajadores despedidos y comunidades indígenas. Y “contra el ajuste y la crueldad”.
Entrevista: Gladys Stagno
Equipo audiovisual: Pablo Martínez Levy y Ramiro Lorenzo.