Por Inés Hayes | La chica de la lámpara, de la dramaturga española Marta Aran y dirigida por el reconocido actor, director y docente Manuel Vignau, es una comedia impiadosa, que muestra a una generación compitiendo a cualquier precio para “ser alguien” en el mundo del arte. Entre la maternidad y la posmodernidad, la obra es una radiografía de la sociedad actual.
En una galería de arte moderno, Alba trabaja incansablemente para lograr su objetivo: obtener el puesto de directora artística que quedará vacante. Su prominente embarazo la perturba y comienza en ella una lucha interna entre su maternidad y sus objetivos artísticos, que ella comienza a sentir amenazados.
Su hermana Gema, quien regresa de triunfar en el mundo del arte en Japón, es vista por Alba como su principal competidora. Es la muerte de la madre de ambas lo que las reúne nuevamente y en el medio de ellas, Mauricio, pareja de la protagonista, un joven creador que quiere reaccionar contra “la moralidad”, intenta convencer a Alba de que su idea de “una chica con una lámpara en su cabeza y un cable que le sale entre las piernas para prender y apagar la luz” inaugure la Feria Nacional.
El cuarto personaje es Lidia, una joven extranjera que nada como un pez en el agua en el mundo de las apariencias y las relaciones sociales. Mientras tanto, el embarazo se desarrolla y el amor parece irse desvaneciendo en todas sus formas.
Si bien es tratada desde el humor, los temas como la maternidad y el trabajo, las relaciones humanas y el amor, son los ejes de esta obra que mantiene en vilo durante toda la escena.
Podrá verse a partir del sábado 7 en El Excéntrico de la 18 (Lerma 420, CABA), los sábados a las 22,15.

“Siempre nos han dicho que cuando seamos padres será la mejor experiencia de nuestra vida, que viviremos una plenitud envidiable y una felicidad absoluta. ¿Pero qué pasaría si este embarazo viniera cuando estás a punto de conseguir tu sueño vital y la decisión de tener un hijo pudiera romper toda tu ambición laboral en un futuro? ¿Se afrontaría esta etapa con la misma felicidad? ¿Podrías llegar a culpar a tu hijo de no haber sido lo que querías ser? ¿Podrías arrepentirte de ser madre?”, se preguntó la autora Marta Aran.
“La escribí desde la necesidad de ser sincera conmigo misma –agregó- y de plasmar todos aquellos pensamientos que me martirizaban alrededor de la maternidad. Quería ser madre pero… Me aterraba. A través de Alba, pude plasmar todos los prejuicios que había vivido en mis carnes sobre la maternidad. Empecé a hablar con tres chicas más que habían odiado sus embarazos, madres que incluso en secreto pensaban en abortar… Eso me dio fuerzas para escribir esta obra, porque todas esas madres, también existen y no son menos que las otras”
“Creía que tenían que tener su propia voz, fuera de todo el discurso hegemónico de la maternidad, aunque fuera duro. Después, cuando acabé este texto, me sentí incluso mala persona y cayó en mis manos el libro de Orna Donath Madres arrepentidas. Eso fue una señal, tenía que estrenar esta obra”, sintetizó.

Ficha artístico-técnica:
Dramaturgia: Marta Aran
Dirección: Manuel Vignau
Elenco: Antonella Jaime, Carolina Babich, Juan Manuel Barrera y Leidy Gómez Roldán
Producción: Lana Mejía, Leidy Gómez Roldán y Manuel Vignau
Vestuario: Soledad Cancela
Diseño de escenografía: Lila Caramagna
Técnica en mapping: Marcela Roa Acuña
Asistencia en diseño de imágenes: Cecilia Palavecino
Diseño de Iluminación: Marcela Roa Acuña
Realización: Dalmiro Rebolledo-Cecilia Palavecino
Redes sociales: Octavio Aita
Prensa: Daniel Franco
Imágen y diseño gráfico: Belén Bongioanni
Fotografía: Nicolás Ortiz de Elguea