Por Inés Hayes | “Yo tuve que endeudarme para poder terminar mi casa. Yo todavía estoy pagando el crédito que saqué para poder pagar mis deudas. El ex marido de mi hermana la dejó con todas sus deudas por pagar”, fueron algunos de los relatos compartidos en el Centro Cultural Pepa Noia.
Verónica Gago y Luci Cavallero, autoras del libro «Una lectura feminista de la deuda», se reunieron con mujeres sindicalistas, de la economía popular, estatales, de la salud, y pusieron en común de qué manera las afecta la deuda en sus vidas cotidianas.
“Sacar del closet a la deuda de cada quien (cada persona, cada hogar, cada familia) significa primero hablar de ella. Narrarla, conceptualizarla para entender cómo funciona. Investigar con qué economías se enhebra. Hacer visible con qué formas de vida se aprovecha y cómo interviene en los procesos de producción y de reproducción de la vida”, se lee en las primeras páginas del libro.
Con esto como premisa, una de las conclusiones fue que, a la luz de la organización feminista, las angustias individuales que generan las deudas (mecanismo intrínseco del sistema capitalista) se transforman en ideas y acciones colectivas para hacerles frente.
“En mayo de 2017, desde Ni una menos, organizamos una acción frente al Banco Central, bajo la consigna Vivas, libres y desendeudadas nos queremos y en ese momento denunciamos, a 15 días de que el Gobierno acordara el acuerdo con el FMI, que el endeudamiento crecía al mismo ritmo que el de nuestra vida cotidiana, de nuestras economías domésticas”, comentó Luci Cavallero sobre el nacimiento de este libro y de la mirada feminista sobre este tema.
Primero, -explica Cavallero- para visibilizar este fenómeno debemos politizar lo doméstico. El libro es heredero de ese proceso, de cómo estaba vinculada la violencia machista con el endeudamiento. “Politizando nuestra vida doméstica podemos relacionarla con la violencia machista”.
Plantea también la necesidad de pensar el problema financiero y ser debatido por todos los sectores. “Cuando el Gobierno promete obediencia al FMI, está también comprometiendo nuestras vidas cotidianas, nuestros recursos, nuestros bienes, nuestra salud”, sostuvo la autora.
“Cuando tenés una deuda, no podés dormir, no podés comer, no podés vivir”, expresaron las mujeres que participaron de esta lectura.
Fuente: Agencia CTA-A
Dime quién eres y te diré cuánto debes
“Desde hace aproximadamente una década hay una notable expansión del sistema financiero en sectores que estaban fuera de ese sector, las finanzas empezaron a invadir territorios nuevos, apareció la Tarjeta Naranja, el Efectivo Ya, se armaron nuevos circuitos financieros. La pregunta es ¿qué significa que te endeudes sin trabajo estable? La deuda estructura la precarización, porque agarro cualquier trabajo para poder cumplir con la deuda, entonces, lo más estable que tenés es la obligación de la deuda”, detalló Verónica Gago.
En esto que hoy funciona como una bicicleta se refinancia una deuda con más deuda. “Esto va condicionando cada vez más la vida cotidiana, sobre todo de las mujeres, porque hay un discurso que dice que las mujeres son las pagadoras ejemplares porque son las que no abandonan los hogares ni las responsabilidades. Además la tasa de interés sube a medida que menos confiable sos; en síntesis, hace más pobres a los pobres y más ricos a los ricos”, explicó Gago.