Por Inés Hayes | “Cuando Melina me propuso hacer una revista acordamos sin palabras: obligadamente, sería de literatura argentina”.
La explicación es de Lucas Alcalde, editor de la revista Migrante, publicación trimestral digital que nació de la mano de tres jóvenes con el objetivo de difundir autores nacionales de todos los tiempos.
En esta entrevista con Canal Abierto, Alcalde cuenta las razones.
¿Cómo nació el equipo de revista Migrante?
—Al comienzo fuimos dos, pero hoy somos tres. Melina Grieco, nuestra directora editorial; Amber Giles, nuestra ilustradora, y yo, el editor y corrector. De cualquier manera, tal vez porque es el hado de todos los proyectos jóvenes, varias veces compartimos y nos delegamos tareas que escapan un poco del rol que tenemos. Creemos que, además de las carreras, nuestras experiencias laborales también le suman un montón a Migrante. Sin ir más lejos, la directora editorial porque fue ella quien tuvo la idea de hacer una versión accesible de la revista para personas con discapacidad visual.
¿Cómo nació la idea de la revista?
—A mí me fascina la literatura de acá; en este momento, casi involuntariamente, la mitad de mi biblioteca es trabajo de autores nacionales, y a ellos debería agregarles mis autores que sin ser paisanos, tratan temas profundamente argentinos en sus obras. Pero lo cierto es que nunca se me había ocurrido usar este gusto en pos de algo más, y sobre todo hacerlo tan pronto.
La idea de una publicación periódica fue concebida por Melina y recuerdo que cuando me la planteó me emocionó, pero también tuve muchas dudas. Cuando me propuso hacer una revista acordamos sin palabras: obligadamente, sería de literatura argentina.
El trabajo conceptual detrás de la revista fue bastante. Nos demoró unos dos o tres meses y cuando nos encomendamos a la edición del primer número, la línea editorial ya estaba bastante definida. Resultó tan robusta que, a día de hoy, casi un año y medio después, apenas cambió. Ahora no puedo estar más agradecido con ella, porque pocas cosas me hacen tan feliz como nuestra publicación, que ya cumplió su primer aniversario y se encamina al sexto número.
¿Qué contenidos trabajan?
—En cada número tenemos dos secciones. La más breve es de miscelánea, donde entregamos una entrevista a diferentes personalidades del ámbito editorial y literario argentino y presentamos las novedades editoriales del trimestre. El gran protagonista es la segunda sección; en ella, presentamos acotadamente ―y desde la literatura, claro― un tópico importante para la identidad y la literatura argentina o que, según creemos, tiene pleno valor para serlo. En esta segunda sección verán una editorial a modo de introducción explicativa y, luego, obras literarias y reseñas. En las reseñas el cine tiene un espacio, pero casi siempre subordinado a la literatura.
Cuando elegimos textos, a pesar de la cantidad de palabras, que siempre son una limitación, procuramos presentar al lector la extensa literatura ―para nosotros, identidad― nacional del modo más rico posible. Hasta ahora, hemos presentado las formas más diversas: crónicas, epístolas, poesía, cuentos y ensayos. Para nuestros autores, el objetivo es el mismo, la amplia imagen: el permanente contacto entre autores del pasado y del presente, entre consagrados y emergentes, y como “lo argentino” no es en absoluto un asunto de etnias o documentación, sino de migración, de flujo incansable de las personas y las ideas, hemos tenido autores y entrevistados de otras partes. Gabriel García Berriel es uruguayo, pero publicó su cuento sobre gauchos judíos en nuestra quinta entrega y Ana Vivas es oriunda de Venezuela, pero en el segundo número nos habló de su venerable labor como librera y lectora en Argentina. En el próximo número, que será sobre terror, tendremos a Horacio Quiroga, que nació en Uruguay, pero como ya deben saber, tiene un extensísimo corpus de cuentos que suceden en territorio argentino.
¿Cuáles son sus objetivos principales?
—En conjunto, como el nombre de la publicación reza, nuestro objetivo es la migración, pero antes que la de las gentes, la de nuestras obras, historias e ideas. En el movimiento, que es instinto para la nación argentina, nos queremos robustecer: buscar y obtener voces nacionales no solo en la migración interna, en cada provincia, sino en cada lugar del mundo. Con ellas queremos multiplicarnos, hacer ruido y prepararnos para cumplir una misión aún mayor: entregar la dilatada producción literaria autóctona —sentir, idiosincrasia y la historia toda de nuestra patria— al diálogo con la de otros pueblos.
Si tuviera que hablar como editor individual, diría que uno de mis mayores objetivos es entregar cada vez un producto mejor. Con mayor rigor teórico y explicativo, mejor corregido, más estandarizado. Y a su vez, saber cada vez más de nuestra literatura; empresa que, además de ser necesaria para la revista, yo mismo adoro.
Leé la revista: www.revistamigrante.com.ar

