Redacción Canal Abierto | Artistas callejeros se concentraron frente a la Legislatura Porteña mientras el Gobierno de la Ciudad trataba la reforma del Código Contravencional. Las nuevas modificaciones criminalizarían a la cultura callejera y reforzarían el accionar de las fuerzas policiales en línea con lo que viene sosteniendo el Gobierno Nacional en todo el país.
“Antes, para realizar una denuncia se necesitaba nombre, apellido y número de documento, ahora se incorpora la figura de denuncia anónima. Esto le daría la potestad a la policía, no sólo de llevarnos presos, sino de decomisar nuestras herramientas de trabajo. Están militarizando el país”, explica en diálogo con Canal Abierto, Germán Welchli del Frente de Artistas Ambulantes Organizados (FAAO).
La reforma del Código es un paso más en la embestida del Gobierno, en este caso de la Ciudad, de ir tras las expresiones artísticas y del uso del espacio público. Desde la asunción de Mauricio Macri, la persecución a manteros, vendedores ambulantes y músicos se ha recrudecido. En esta nueva reforma en particular, la música y el arte callejero son vistas como “ruidos molestos”.
La Ley 1664, que busca reformar el artículo 85 del Código Contravencional, dice que quien perturba el descanso o la tranquilidad pública mediante ruidos que por su volumen, reiteración o persistencia excedan la normal tolerancia, «será sancionado/a con uno a cinco días de trabajo de utilidad pública o multas que van desde doscientos a mil pesos». Cuando el origen de los ruidos provengan de la vía pública, «la sanción será de dos a diez días de trabajo de utilidad pública, multa de cuatrocientos a dos mil pesos o arresto de uno a cinco días».
“El arte callejero cumple un rol social importantísimo, es una actividad milenaria. Somos el nexo y el acceso a la cultura de los sectores menos favorecidos que no pueden pagar una entrada porque nuestros espectáculos son a la gorra”, manifiesta Welchli.
Por lo pronto, los trabajadores de la cultura se sienten optimistas ya que aún no se ha votado la reforma. Esperan en los próximos meses volver a reunirse con el ministro de cultura, Enrique Agovadro, y de este modo discutir y frenar las modificaciones. «El arte callejero es un eslabón importante dentro de la cadena cultural no se lo puede borrar así como así porque no lo vamos a permitir», sentencia el artista callejero.