Redacción Canal Abierto | Según el informe “Presentación Gráfica de la Deuda Pública del Estado Argentino” publicado por el Ministerio de Hacienda, la deuda pública alcanzó el 95,4% del Producto Bruto Interno (PBI) durante el tercer trimestre de 2018. Incluso, si se consideran las obligaciones del cupón PBI, la misma ascendería al 99,5 %.
Este ratio de endeudamiento no sólo es el más alto desde 2004, sino que casi dobla el de 2015 (cuando era de 52,6%) y de fines de 2017 (57,1%).
Respecto a los tipos de acreedores, en comparación con años previos se observa una fuerte suba del porcentaje en manos del sector privado (46,7 %) y organismos multilaterales y bilaterales (14%), como el Fondo Monetario Internacional (FMI). En este sentido, también cabe destacar el vertiginoso incremento del endeudamiento en moneda extranjera.
Otro aspecto alarmante es el salto en los vencimientos a partir de 2019 y durante los años venideros. “El FMI viene desembolsando más de 20 mil millones de dólares cada año, pero a partir de 2021 la situación se va a tornar insostenible por los vencimientos previstos porque no sólo no va a haber dinero del Fondo, sino que por el contrario lo va a tener que devolver”, analizó en diálogo con este portal el economista y docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), Mariano Arana.
En los últimos doce meses la fuga de capitales sumó más de 30.000 millones de dólares y superó los más altos niveles históricos, mientras que el déficit de cuenta corriente de 2018 -en relación al PBI- será el más elevado en casi cuatro décadas.
En este marco, y como consecuencia del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno argentino diseñó un Presupuesto 2019 plagado de ajustes y recortes para alcanzar el tan anunciado déficit 0. El achique previsto afecta a la gran mayoría de los sectores públicos, a excepción de un ítem sagrado para el macrismo.
En las partidas destinadas al pago de la deuda pública se observa una suba interanual del 48,8%. De hecho, va a representa un 22,7% de todos los incrementos en términos absolutos que prevé el Gobierno para este año.
En este escenario, resurge en la opinión pública un índice conocido por los argentinos y que repone fantasmas de crisis pretéritas. El tristemente célebre riesgo país –que hoy roza los 840 puntos y va en ascenso- mide la probabilidad (el riesgo) de que un Estado logre o no pagar los vencimientos de sus obligaciones (deuda externa, bonos, letras del tesoro) cuando corresponde.
“Argentina debe reestructurar su deuda externa y regular la salida de capitales, o queda a un paso del default”, sentenció el investigador de la UNGS.