Redacción Canal Abierto | La tuberculosis es una de esas enfermedades que gran parte de la sociedad considera como propia de la edad media. Sin embargo, todavía resiste el paso del tiempo, enferma y mata. En Argentina, el último registro arroja un total de 11.000 casos por año y 700 muertes. Si bien estas cifras disminuyeron hacia 1980, en 2013 volvieron a subir. En el mundo, es la primera causa de muerte por enfermedades infecciosas con 1.3 millones de muertes al año.
Es una enfermedad infectocontagiosa, prevenible y curable, causada por una mico bacteria denominada Mycobacterium tuberculosis (conocida como Bacilo de Koch). Esta afecta principalmente a los pulmones pero también puede dañar otros órganos del cuerpo.
Las bacterias de la tuberculosis se transmiten a través del aire. Estos microorganismos pueden ser aspirados por una persona sana que se encuentra en contacto frecuente con la persona enferma y, de esta forma, contagiarse.
Esta enfermedad afecta de manera particular a personas cuyo sistema inmunitario se encuentra debilitado. En este sentido, las personas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) tienen entre 20 y 30 veces más probabilidades de enfermar de tuberculosis.
La detección temprana es la principal herramienta para combatirla. En Argentina, tanto el diagnóstico como el tratamiento son gratuitos en los centros de salud y hospitales públicos.
Si bien la vacuna BCG contra tuberculosis que se administra al momento del nacimiento tiene poca eficacia para prevenir la infección pulmonar, puede evitar las formas miliar y meníngea de la misma durante la infancia.
Esta afección pulmonar tiene como principales síntomas:
- Tos intensa que dura tres semanas o más
- Dolor en el pecho
- Tos con sangre en el esputo
- Debilidad o fatiga
- Pérdida de peso y falta de apetito
- Fiebre, escalofríos y sudores nocturnos
El factor social
Si bien es prevenible y curable, su propagación y supervivencia va más allá de lo biomédico. Se agrava significativamente en contextos de pobreza, afectando a poblaciones vulnerables, minorías étnicas, migrantes y comunidades cerradas.
El 2° Boletín sobre Tuberculosis en Argentina, con cifras que corresponden a 2017, arrojó 11.659 casos (nuevos, recaídas y tratados anteriormente). Todas las provincias registraron casos, pero la distribución muestra marcadas diferencias, ya que seis jurisdicciones superaron el promedio nacional: Jujuy, Salta, Formosa, Buenos Aires, Chaco y Ciudad de Buenos Aires. Y casi seis de cada 10 notificaciones (57,4%) correspondieron al AMBA (conformado por CABA y 40 municipios de la Provincia).
Esto encaja con lo expuesto por la Organización Mundial de la Salud: donde hay mayor concentración de gente empobrecida o hacinada, la transmisión aumenta y los casos son más graves.
En abril, un joven de 18 años falleció luego de permanecer internado en el Hospital De Infecciosas Francisco Javier Muñiz durante 21 días, a raíz de problemas respiratorios por tuberculosis.
No es el único caso registrado en la provincia de Buenos Aires. En la Escuela N°4 Ernesto Sábato, de Berazategui, hay un adolescente internado y otros dos con diagnóstico confirmado.
En San Juan, anualmente se procesan 5 mil cultivos, según los datos del Servicio de Laboratorio del Hospital Marcial Quiroga, de los cuales, se registra un promedio de 30 casos nuevos por año.
En un país sin Ministerio de Salud y con un 35% de la población bajo la línea de pobreza, estas cifras preocupan. En Venezuela por ejemplo, a raíz de la situación de pobreza extrema que se vive, hay cincuenta pacientes con tuberculosis que llevan seis semanas sin recibir sus medicamentos en el Hospital General de los Valles del Tuy.
Evitar el contagio
Profesionales de la salud recomiendan:
- Aplicar la vacuna BCG en recién nacidas/os, que previene las formas graves de la enfermedad en menores de 5 años.
- Ventilar frecuentemente los ambientes y dejar entrar la luz natural. El bacilo de Koch, puede vivir durante meses en la sombra y en el polvo, pero bajo la luz solar muere a las pocas horas.
- Al toser o estornudar, cubrir la boca y nariz con el pliego del codo.
- Mantener una alimentación saludable y variada.
- Fomentar que las personas con síntomas concurran a los servicios de salud para confirmar si tienen la enfermedad y que inicien el tratamiento.
- Tomar la medicación durante todo el tiempo que indique el médico. Suspenderla provoca que reaparezca la enfermedad y la posibilidad de contagiar y genera las condiciones de resistencia a los antibióticos (que al retomar la medicación deje de hacer efecto).
- Acompañar a las personas con tuberculosis a cumplir el tratamiento con antibióticos y controlar la salud de sus familiares convivientes.