Redacción Canal Abierto | La contaminación con desechos industriales en el cauce del Salí-Dulce no es un problema nuevo. Un informe de Greenpeace sobre la contaminación de la cuenca y el estado del embalse de Las Termas de Río Hondo arrojó resultados lapidarios para Tucumán y sus industrias, según el trabajo realizado por la institución denominado “Justicia ambiental”.
La crítica situación del acceso al agua complica, no sólo a la cuenca, sino que además los efectos más nocivos marcan una gran incidencia en la vecina provincia de Santiago del Estero, debido a que, a los efectos letales en materia de salud pública, se suman la caída de una economía pesquera y turística.
El empresario tucumano Jorge Rocchia Ferro debía enfrentar un juicio oral y público por infringir normas ambientales luego de que el Tribunal Oral Federal (TOF) rechazara su pedido de probation. La denuncia fue por contaminar al pueblo santiagueño de El Palomar con efluentes peligrosos. Entre 2012 y 2013, la localidad del departamento Jiménez recibió millones de litros de vinaza pura, descargados por el ingenio y destilería La Florida (propiedad de Rocchia Ferro), que llegó a través de un canal interprovincial.
Según el informe final del Programa de Monitoreo del Embalse Río Hondo, realizado por la Universidad Nacional de Córdoba y de Santiago del Estero “el énfasis de la contaminación industrial está representado por la industria azucarera, que aporta la mayor carga orgánica. El 84% del total de efluentes industriales son producidos por ésta. En la época de Zafra, la industria tucumana genera una cantidad de residuos equivalente a lo producido por 13,6 millones de personas, 18 veces más que lo que puede generar la población”.
En este sentido, existen estudios realizados por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que indican que las aguas del embalse y sus afluentes contienen metales pesados “por arriba de los niveles normales”. Los metales encontrados son arsénico, plomo, mercurio, zinc, cobre, plata, entre otros.
En cuanto a los niveles de oxígeno disuelto relevados están por debajo de 4 mg/L, razón por la cual se ponen en serio peligro el desarrollo de especies como dorados, bagres, sábalos, bogas y otras que abundaban en la cuenca. La contaminación del embalse de Las Termas de Río Hondo, afecta la actividad de la pesca, el turismo en la zona y lo más importante es que también pone en riesgo la salud de muchos habitantes que utilizan estas aguas para consumo e ingesta diaria.
Hace una semana, el mismo TOF de Tucumán compuesto por Gabriel Casas, Carlos Jiménez Montilla y Abelardo Basbús, hizo lugar al pedido de probation de Silvio José Peluffo y Enrique Fausto González, dos empresarios, exdirectivos de la firma Azucarera Argentina SA, a cargo del ingenio La Corona.
Ambos tendrán que comprar elementos sanitarios para el Hospital de Niños de San Miguel de Tucumán, por la suma de 150.000 pesos cada uno. Esta decisión fue objetada por el fiscal federal general de Tucumán, Gustavo Gómez, y la querella -representada por la ex concejal de Las Termas de Río Hondo, Anita Loto-, quienes se opusieron y exigieron que se haga el juicio oral y público. Así el fiscal Gustavo Gómez consideró que no se tuvo en cuenta la dimensión del daño causado al medio ambiente.
El tribunal consideró que la suspensión del juicio a prueba “es una solución alternativa a la pena, menos gravosa y conducente a poner fin al conflicto”. “Nada dicen de indemnizar el daño a las víctimas a lo largo de diez años. Y lo que es peor, el delito de contaminación se sigue cometiendo a pesar de que está probado que la fábrica arroja residuos tóxicos que desembocan al Río Gastona, y luego a la Cuenca del Río Salí-Dulce”, manifestó el fiscal Gómez.