Por Revista Cítrica |
PROGRESO
Dice la Real Academia Española:
Progreso (Del lat. progressus).
1. m. Acción de ir hacia adelante.
2. m. Avance, adelanto, perfeccionamiento.
Dice Wikipedia:
Progreso es un concepto que indica la existencia de un sentido de mejora en la condición humana.
Y agrega el aporte judío y del cristianismo a la idea de progreso. Y luego los aportes franceses y alemanes. La Wikipedia no lo disimula: el progreso sólo es entendido como una mejora en la condición humana para la cultura occidental.
CRISIS
Dice la Real Academia Española: 1.f. Cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados. 2. f. Intensificación brusca de los síntomas de una enfermedad. 3.f. Situación mala o difícil.
Dice Wikipedia: La crisis es un período o situación de dificultades o cambios bruscos. Es una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución; especialmente, la crisis de una estructura.
¿Es posible que el progreso y la crisis sean exactamente lo mismo? Eso pasa al pie de la Cordillera de los Andes en la República Argentina. A la extracción convencional de combustibles fósiles y también a la extracción a través del fracking hay quienes la llaman progreso y hay quienes la llaman crisis: crisis ambiental, económica, espiritual y territorial. De un lado están los inversores, las empresas extranjeras que explotan los suelos y del otro los guardianes del territorio: los pueblos originarios.
“No se puede conjugar la explotación hidrocarburífera con los pueblos originarios”, sentencia Sergio Nahuelquir, Inal Lonko del Lof Fem Mapu, de Piedra Buena, provincia de Santa Cruz. Y explica el por qué: “Nosotros no tenemos una idea de sobreexplotación del territorio. Lo principal para nosotros es que nuestro pueblo siga sobreviviendo muchas generaciones más sobre la faz de la Tierra”.
Son los pueblos originarios quienes “detienen al progreso”. O al menos eso consiguieron en Mendoza. “En la planificación del fracking, desde 2017 a la actualidad, tendrían que haber llegado a los 400 pozos aproximadamente. Y gracias a la resistencia, solamente pudieron hacer 11. Los pudimos frenar con procedimientos administrativos y diferentes reclamos de acción en el territorio”, cuenta Gabriel Jofré, integrante de la organización mapuche Malalweche de Mendoza, con la convicción de que su lucha de algo sirve.
Es exitosa la lucha de las organizaciones mapuche, pero también muy compleja porque deben enfrentar al enemigo interno, porque gran parte de la población ve a las petroleras como fuente de empleo y de riquezas, como “el progreso” que anhelan no solo para la humanidad sino para sus propias vidas: “Lo que conseguimos no nos garantiza nada porque enfrente, además de las empresas, tenemos a una población diezmada, desocupada, lo cual genera una gran presión sobre nosotros. Esto significa que tenemos una doble presión: no solamente desde el lado de las empresas y el fracking, sino también de cierta parte de la población que cree que ‘la industria petrolífera es la solución ante el desempleo’”, explica Jofré.
Nunca hubo una redistribución del dinero que salió por la explotación del petróleo en estos últimos 40 ó 50 años, y estamos hablando de miles de millones de dólares en regalías
“La gente no tiene ni idea adónde llega cuando viene y se encuentra con esta realidad: que es difícil vivir, que no hay espacios y que conseguir trabajo no es fácil porque la industria requiere de diferentes oficios y están los sindicatos de por medio», declaró a La Nación el por entonces intendente de Añelo, Darío Díaz, en el otoño pasado. Añelo se ubica en el centro-este de la provincia de Neuquén y es el corazón de Vaca Muerta. Añelo titulan algunos medios cómplices del saqueo, es la Dubai Argentina. Un pueblo que crece a un ritmo vertiginoso gracias a la extracción de combustibles fósiles. Un pueblo que progresa. Que progresa sin terrenos en donde sus habitantes puedan vivir. Que progresa contaminada. Que progresa con desempleo. Pero la culpa de este progreso defectuoso, parece, es de la “falta de capacitación de la población” y de “los malditos sindicatos” que siempre andan pidiendo seguros, sueldos acordes y dignidad y así impiden a las petroleras generar la mano de obra barata o esclava que necesitan para su progreso. Los enemigos del «progreso» son los sindicalistas…y los pueblos originarios.
—¿Por qué no consideran progreso a la creación de fuentes de trabajo en territorios donde no lo hay?
Sergio Nehuelquir: Nosotros entendemos que cada elemento de la naturaleza tiene una espiritualidad, una vida, una fuerza. Por eso es que esta idea de supuesto ‘Progreso’ no se encuadra, y mucho más en una Argentina que ha firmado miles de leyes en favor de los pueblos originarios, pero cada vez que se realizan este tipo de actividades extractivistas y proyectos no consultan nada con las comunidades. Entran directamente y destrozan todo. Y después nos dicen: “Sobrevivan como puedan”. Como mínimo deberían consultarnos. Pero eso no ocurre nunca. El marco legal existe, pero no se hace nada.
Gabriel Jofré: A nosotros esto nos toca muy de cerca, porque las personas que nos presionan para aceptar esta idea de progreso forman parte de nuestras familias. Los ambientalistas hablan de los lugares donde vivimos como “zonas de sacrificio”. Para que esto suceda primero debió faltar el trabajo, debió faltar tener las condiciones dadas para vivir en el territorio, se generan las condiciones para que no haya un desarrollo junto con la naturaleza. Son nuestras mismas familias, que se han tenido que ir del territorio hacia las ciudades, las que reclaman empleo. La lógica es la siguiente: “Te saco de acá, genero ciertas condiciones de empleo, te saco tu cultura, y mañana te convierto en un consumidor/trabajador regular, con una cultura de consumo que nada tiene que ver con la cosmovisión mapuche”.
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Progreso saludable
Las explotaciones de hidrocarburos están afectando a 25 comunidades en la zona sur de Mendoza. En esa zona se produce el 95% del gas y el 75% del petróleo de la provincia. ¿Las consecuencias? “Los animales empetrolados, las zonas que han dejado sin arreglar y demás desastres, con el abandono que dejan en la zona. En Malargüe apenas hay dos rutas asfaltadas, y el resto del territorio -42 mil kilómetros cuadrados, que es casi el tamaño de la provincia de Tucumán- no hay una sola ruta asfaltada”, explica Jofré. El argumento para justificar la extracción de combustibles fósiles es el “progreso”, entendido como trabajo, como rutas, como asfalto, como dinero, como educación, como comida, como pueblos sin hambre. Pero nada de eso sucede, según Jofré: “Desde los años 70 convivimos con la explotación petrolera convencional y hemos denunciado los pasivos que han dejado: Son todos caminos de tierra en muy mal estado. Es decir que nunca hubo una redistribución del dinero que salió por la explotación del petróleo en estos últimos 40 ó 50 años, y estamos hablando de miles de millones de dólares en regalías todos los años. Tenemos una población hambreada, con casi el 50% de desocupación. Y enferma: ya con la extracción convencional hubo casos de bebés que nacieron con deformaciones, disminución de la masa cerebral, alguna invalidez o cuestiones físicas directas, partes de sus cuerpos que no se desarrollaban, y diferentes problemas motrices.
Si los centros de salud en Vaca Muerta pertenecen a Chevron ¿qué tan confiables pueden ser para proporcionar información sobre enfermedades relacionadas al fracking?
Por eso desde la comunidades siempre reclamamos por lo menos una compensación y remediar la zona, recuperar la flora nativa, las aguas, los espacios de fauna…pero el Gobierno no sólo nunca nos respondió sino que además ahora agregó el fracking, el cual es un sistema depredador”.
Y todo empeoró desde el fracking. Y Vaca Muerta.
Desde entonces, el sur de Mendoza, casi toda la provincia de Neuquén y el norte de Río Negro son tierras arrasadas.
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Añelo
“Nos impacta sobre la salud, sobre la fuente de agua, en el aire, en el alimento que se consume. El pueblo mapuche y la población de Añelo se ve afectada por los metales pesados que generan problemas en el sistema nervioso y tumores cancerígenos”, comenta Jorge Nahuel, de la Confederación Mapuche de Neuquén. ¿Datos oficiales? Ocultos. Los centros de salud no muestran información. Pasa como con los agrotóxicos: el diagnóstico es mareo, es cáncer, el motivo de la defunción es un paro cardíaco. “Es como ocurrió con el uso de los conservantes en los alimentos. Recién cuando vieron que los cuerpos de los muertos no se descomponían como antes porque estaban llenos de conservantes pudieron demostrar el daño que le hacen a nuestra salud”, compara Jofré.
“Cuando se discute la extracción de combustibles fósiles, se lo hace desde la mirada occidental. Durante siglos tuvimos esta manera de vivir y no nos fue mal».
“No hay estadísticas oficiales porque es parte de la campaña de protección al extractivismo: impiden que la gente ligada al sistema de salud las difunda. La única vez que se hizo le costó la cabeza a la directora del centro de salud de Añelo”, denuncia Nahuel. Dice Centro de Salud de Añelo pero también podría decir Centro de Salud de Chevron. No sería nada falso: el centro de salud pertenece a Chevron. Se construyó y equipó con el financiamiento de Baylor, una fundación cuyo sponsors principales son Chevron, Tecpetrol (empresa del grupo Techint que se dedica a la exploración, producción, transporte y distribución de hidrocarburos en América del Sur), el hospital de niños de Texas y también YPF, el socio argentino del entramado).
La fundación Baylor difunde en su página web dos actividades que realizó en diciembre: una visita a la comunidad de Campo Maripe y otra a las escuelas de Añelo y Rincón de los Sauces. A la comunidad fueron las agentes sanitarias Belén Sánchez y Débora Muñoz, del hospital de Añelo; y por parte de la fundación Baylor, Mariana Sosa, Médica neumonóloga egresada del Hospital Austral. Es decir Chevron visitó la comunidad. ¿Y qué le ofreció ante los problemas de salud? Recetó medicamentos, controló la presión arterial de algunos habitantes y entregó comprimidos antiparasitarios para los perros del lugar. Ah, y nos olvidábamos: les recomendó lavarse las manos. ¿Y en la visita a la escuela hicieron estudios para detectar enfermedades broncopulmonares, muy comunes en zonas donde se extrae petróleo y gas? No, entregaron anteojos.
Rocío es la mamá de Sofía, de 10 años. “Me dijeron que tiene astigmatismo. Al principio me angustié al verla a ella angustiada. Pero tiene muy poquito, aunque tiene que usar lentes. Por suerte quiso probarse los lentes y los va a usar”, explicó Rocío. En pocos días, recibirá sus anteojos en forma gratuita gracias al programa de Agudeza Visual que implementa la Fundación en conjunto con Tecpetrol. Textual de la página web de Baylor Argentina. Gracias Baylor. Gracias Tecpetrol. Ahora que Sofía tiene anteojos ya pueden contaminar Añelo sin culpa.
Tras firmar un acuerdo entre YPF y Chevron para la explotación de la mayor área petrolera no convencional de la formación Vaca Muerta, se produjo un rápido crecimiento poblacional que produjo un impacto directo en el sistema de salud de Añelo. En este contexto, nuestros patrocinadores del Gobierno y de los sectores privados eligieron trabajar con BIPAI, a través de la Fundación Baylor Argentina, para implementar allí una estrategia que permita mitigar los impactos esperados ante el explosivo crecimiento demográfico de la localidad. Textual de la página de Baylor Argentina.
Sí, para Chevrón que es Baylor, para Baylor que es el centro de salud de Añelo, las dificultades en la salud de la región no son por la extracción de combustibles fósiles sino por el incremento de la población. Al menos son consecuentes: los mayores recursos están destinados a obstetricia y pediatría. “El centro de salud es muy pequeño y se construyó recién ocho años después del inicio del fracking en la región pero hace 80 que se explota petróleo acá. No hay capacidad del sistema de salud”, aclara Jorge Nahuel. Mientras tanto, Chevron publica un video destacando el trabajo que hace Baylor. Allí está Bauti, un niño de dos años a quien le detectaron anemia y pudieron medicar y controlar a tiempo. Lo que Bauti no sabe es que probablemente tenga anemia por los combustibles fósiles que se extraen por los mismos sitios donde él anda con su triciclo.
ALLEN
Juan Carlos es de profesión gasista y uno de los abanderados de la Asamblea Ambiental en Allen, provincia de Río Negro. Por eso, las madres con hijos con leucemia acuden a contarles las historias: “Es muy triste, nos muestran cómo van perdiendo el peso, como se les va hinchando el cuerpo, es feo para los familiares. Hemos pasado la media nacional en casos de leucemia”. Recolectar los casos no es fácil para la asamblea: a los chicos que enferman de leucemia no los atienden en el hospital local sino en el Instituto San Luque. Y hasta allí van. Aunque los abogados de YPF se molesten y digan que “esos datos no sirven porque están mezclados con los de otra localidad”. Un solo médico se animó a contar, y como le pasó a la ex directora del centro de salud de Añelo, se tuvo que ir. “Nos contó de las malformaciones, nos contó que nueve de cada diez chicos que venían de la costa, la zona donde están los pozos, tenían sangrado en la nariz . Decir la verdad acá es jugarte mucho. Pero todos saben lo que pasa. Las agentes de policía, por ejemplo, que van a hacer guardia en la zona, pierden casi todos los embarazos”.
Allen es la capital nacional de las peras pero por culpa del fracking no se producen más peras
Nada es casualidad. Las enfermedades son las mismas que aumentaron en las zonas de Estados Unidos donde se practicó el fracking. La Sociedad Médica de Massachusetts estudió los químicos que se utilizan para extraer hidrocarburo de las grietas. El 75% son tóxicos para ojos, piel, sistema respiratorio y gastrointestinal. Más de la mitad de esos químicos produce daños en el cerebro y en el sistema nervioso central. El 25% tienen la posibilidad de desarrollar en el ser humano algún tipo de cáncer o mutaciones. Las investigaciones científicas en los Estados Unidos detectaron elementos cancerígenos como benceno, que está especialmente ligado a las leucemias.
Allen es la capital nacional de las peras. Pero ya no se producen peras. Solo algunas producciones orgánicas que ganaron la pulseada para que no se perfore cerca de ellas. “Para hacer fracking se necesitan 30 millones de litros de agua dulce y se usan 900 mil litros de compuestos radioactivos y químicos, y eso va al agua y se contamina. Las frutas en Allen, las pelás y no se oxidan. Queda tal cual la pelás y se convierten en agua, estas frutas no se pueden exportar, acá la fruta está enferma”. Hay fracking en Allen. No hay peras. No hay comida. No hay trabajo. “No hay trabajo en las chacras. Antes, a esta altura del año, los galpones ya estaban preparados y llamaban a los operarios temporales para la cosecha de pera y manzana. Ahora no queda galpones, solo 3 o 4”. Así “progresa” Allen.
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Prohibido bañarse: el balneario de Allen no está habilitado para este verano
Una vez más, los índices de bacterias presentes en el río Negro, a la altura de Allen, determinaron que no estuviera apto para la presencia de bañistas en el verano que comienza.
La determinación se conoció esta mañana y fue confirmada por el propio titular de la Dirección de Defensa Civil, Jorge Riffo. Los estudios mostraron la proliferación de la bacteria escherichia coli, abundante en vertidos cloacales y que este año se encuentra al límite de los niveles permitidos para el contacto directo.
Nota publicada en el portal Rionegro.com.ar
La comunicación también es fósil. Pretenden hacernos creer que nuestra materia fecal es la que contamina un balneario y no la extracción de combustibles fósiles. ¿No es mucha casualidad que tres de las últimas cuatro temporadas, justo cuando se expandió el uso del fracking y crecieron las operaciones en Vaca Muerta el balneario permaneció cerrado?
“Tenemos 36 grados y no se puede usar el balneario”, reclama Juan Carlos. “Esconden su contaminación en la mierda. Le echan la culpa a lo que cagamos. Así de insólito. En la Estación Fernández Oro, se concentra gas y petróleo a la orilla del río y el ultimo derrame fue a parar a una laguna que desemboca en el balneario municipal. Por eso el balneario está cerrado. Cerrado por escherichia coli. Ellos te dicen que el agua contiene esa bactería, lo que hacen es esconder detrás de la caca, la basura de los hidrocarburos. Los mandan a los laboratorios industriales a buscar esa bactería y no buscan los desechos de hidrocarburos en el agua. Los laboratorios trabajan para las petroleras. Necesitamos que vengan organismos confiables e independientes. Acá el agua que sale es marrón. La verdura la lavamos con agua de los bidones y la intendenta dice que al agua está bien y que en las escuelas a los chicos les den leche con el agua de la canilla”.
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¿Quién va a desaparecer?
Los ríos a causa de la extracción de combustibles fósiles, de la minería y del uso excesivo en la agricultura, se están secando. “Es una etapa de la humanidad muy sensible y grave. Desde nuestra cosmovisión, se están expresando las fuerzas de la naturaleza, los newen. La naturaleza está expresando su descontento”, afirma Jofré. Pero no tiene miedo. Las comunidades mapuche superaron cosas, como las erupciones de los volcanes, que la sociedad occidental ni se imagina, que no podría simplemente por no relacionarse en armonía con la naturaleza: “La realidad es que las comunidades mapuche no se van a morir ni de sed ni de hambre. Nosotros hemos vivido miles de años aquí. Entendemos que se debe dar un debate entre todos. Creo que esta es una oportunidad. Tenemos que abrirnos. Las comunidades siempre han tenido la mejor predisposición. Sin embargo, lo fundamental es que la sociedad se tiene que sensibilizar en este sentido, y darse cuenta que se está cavando su propia tumba si no reacciona a tiempo frente a este desastre”.
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¿Naturaleza o progreso?
“Hemos vivido miles de años en estos territorios y no llegamos jamás a este nivel de crisis”, afirma Jofré. Y no puede ser rebatido. Esos miles de años de historia son las pruebas fehacientes. Apenas 100 años de dependencia de combustibles fósiles generaron la crisis climática: “La sociedad occidental ha provocado este violento desequilibrio climático. La pregunta que nos hacemos es por qué la sociedad occidental piensa que nosotros somos inferiores o somos los salvajes, incivilizados, y que no entendemos nada, cuando en realidad quienes han provocado este desastre y se deberían hacer cargo del mismo son estos grupos de sociedades occidentales, escudados en palabras como ‘progresismo’ e ‘industrialización’”.
“Cuando se discute el tema de la extracción de combustibles fósiles, se lo hace desde la mirada occidental. Durante siglos tuvimos esta manera de vivir y no nos fue mal. Desde que existe Argentina, en los últimos 200 años de historia, están destruyendo todo. Cualquier extracción que se realiza en territorio mapuche afecta directamente a la cosmovisión de los pueblos originarios.
De pronto, Gabriel escucha al hermano Sergio y se anima: ¿Puedo hacer una pregunta aunque no sea periodista? Y sí…por qué no…aquí tiene su espacio…
G.J: ¿Por qué se deja de lado la posibilidad de hablar con una cultura milenaria, que hace miles de años que está viviendo en esta zona?
Sergio también quiere preguntar. La pregunta es casi la misma. Suma la palabra crecimiento, la palabra aporte. De ninguna manera la palabra progreso. Esa es una palabra occidental. Tan occidental como el diablo o como los evangelios:
— ¿No se dan cuenta que nuestra particularidad como pueblo originario puede hacer su aporte a la sociedad y crecer en conjunto?
No nos corresponde a nosotres contestarla, podría quedar abierta, para el pensamiento, para la filosofía. Pero Sergio apoya un dedo en su mentón y contesta:
Es la confrontación entre dos modelos claramente antagónicos: uno que realza el espíritu de la naturaleza, y el otro que la destruye.
Por Pablo Bruetman para Revista Cítrica
Fotos: Juan Pablo Barrientos