Redacción Canal Abierto | El Ministerio de Economía comunicó hoy que llegó a un acuerdo con los principales grupos de acreedores de la deuda pública, para canjear US$$ 66.300 millones de títulos emitidos en el extranjero.
El anuncio tan esperado generó una catarata de elogios por parte de funcionarios y dirigentes oficialistas, pero también de referentes de la oposición política. Incluso de los principales responsables del sobre endeudamiento en cuestión, como es el caso de los ministros de Economía Alfonso Prat Gay, Luis Caputo y Hernán Lacunza, el ex vicepresidente del Banco Central y del Banco de la Nación Lucas Llach o el senador Esteban Bullrich, por nombrar sólo algunos. Lo propio hizo Kristalina Georgieva, directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), a través de su cuenta de twitter.
El optimismo que ayer se había anticipado en los mercados, hoy devino en euforia para las acciones de las empresas argentinas que cotizan en Wall Street y en los bonos soberanos en dólares.
“Aunque parezca una simplificación, cuando ellos festejan, Argentina siempre pierde”, señala en diálogo con Canal Abierto el historiador e investigador de la deuda externa Alejandro Olmos Gaona. En esta entrevista, el especialista cuestiona el optimismo del establishment financiero y pone el foco en los pormenores del acuerdo. Además, quiénes son los responsables del endeudamiento y las alternativas para enfrentar los próximos pagos.
No sólo el Gobierno se vanagloria del acuerdo alcanzado con los bonistas, también lo celebran el FMI, buena parte de la oposición y el establishment financiero. Por alguna razón, parecieran no ser buenas noticias para la mayoría…
-No tengas ninguna duda. Esa es la realidad que no se quiere ver ni tampoco mostrar. Cuando ciertos sujetos, como Daniel Marx o Luis Caputo, y el establishment financiero en su conjunto celebran el acuerdo, es porque los beneficia a ellos y no a la Argentina.
Respeto mucho al Presidente, pero veo que sus incoherencias son cada vez mayores: primero hubo una oferta y después otras, pero siempre todas eran la definitiva. De hecho, hace unos días Guzmán había dicho `esto es lo definitivo y de cada no nos movemos´. Y se volvió a mover, a claudicar y a acceder a las pretensiones de BlackRock y el resto de los inversores.
¿Cuáles tu opinión sobre el acuerdo? ¿No ves al menos una solución a corto plazo?
-¿Esto soluciona la deuda? ¿Es un arreglo definitivo y nos liberamos del problema? La respuesta a ambas preguntas es categórica: no.
Por otro lado, en el estado económico actual de la Argentina y con un Banco Central casi quebrado, ¿de donde va a salir el dinero para pagar a los acreedores acuerdo?
En primer lugar, en este momento hay una emisión monetaria gigantesca, con mas de dos billones cuatrocientos mil millones de pesos en circulación para pagar cosas urgentes y ayudar a los más golpeados por la pandemia. Tenemos 43.300 millones de dólares en el Banco Central, pero con deudas equivalentes a tres veces y medio esa cifra.
Desde la perspectiva argentina, ¿las condiciones del acuerdo son mejores o peores a las propuestas de hace unos meses?
-Antes de la pandemia la propuesta era empezar a pagar en noviembre de 2023, ahora el año que viene. Antes ofrecíamos un valor presente neto de títulos del 33 al 37%, ahora en 54,7%. Antes no íbamos a pagar intereses devengados, ahora sí.
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La Unión Europea acaba de lanzar un plan de rescate de 750 mil millones de euros. De esa cifra, 350 mil millones van a ir a subsidios no reintegrables y el resto a préstamos para países que están en una difícil situación -aunque mejor que nosotros- y a una tasa del 1%. A nosotros, ahora que pareciera que estamos en el pináculo del éxito, nos van a prestar al 6%.
A la hora de pagar,¿crees que va a ser posible afrontar los vencimiento sin ajuste?
-En principio, sólo quedaría el ajuste, porque las estimaciones del ministro Guzmán es que no va a haber crecimiento. En este momento hay un déficit enorme y el año que viene se estima en un 10%.
A esto se suma que el Poder Ejecutivo no tiene un plan. Hablan de 60 medidas que aún no conocemos. No se sabe qué es lo que van a hacer para conseguir la plata. Una de las posibilidades es que en las próximas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, además de la extensión de los plazos, se conceda una ayuda para empezar a pagar. No lo descarto: el acuerdo con el FMI era por 57 mil millones de dólares y nos dieron 44.
Kristalina Georgieva (directora general del FMI) dijo hace unos días que la deuda argentina no era sustentable y que había que reducirla en entre 50 y 85 mil millones de dólares. Llama la atención que ahora no se reduzca, porque el capital total (350 mil millones de dólares) no se disminuye salvo en un 1 o 2%.
No compartís la visión optimista del Gobierno…
–Personalmente, no soy optimista. Mucho menos cuando veo el crecimiento que tienen en este momento los bonos, la caída del riesgo país y la celebración de los bancos y grandes empresas. Aunque parezca una simpleza, cuando ellos festejan, Argentina siempre pierde.
Ojalá en unos años podamos decir que me equivoqué. De todos modos, esta re estructuración es por 66 mil millones de dólares, sólo una parte del total de la deuda externa argentina.
¿Crees que existe el riesgo de que aquellos que no acepten vayan a tribunales internacionales?
-La experiencia que tenemos indica que quienes no entren en el acuerdo van a ir al juzgado de Loretta Preska en Nueva York, Estados Unidos, y meterán una enorme cantidad de demandas que habrá que afrontar inexorablemente.
El problema es que hay una parte importante de los bonos que no sabemos quién los tiene, pero están. Y una de las cosas que nunca hizo Argentina es un censo obligatorio de acreedores para ver quiénes son, y no ser innominados, y a cuánto compraron los títulos. Porque BlackRock no compró los títulos cuando se emitieron, sino cuando empezó la debacle en 2018 al 25 o 30%. En este momento está ganando a lo loco. Ellos siempre ganan.
¿Quiénes son los principales responsables de esta situación?
-Los bonos que incluye este acuerdo son de 2005, 2010 y de la gestión de Macri, incluido el famoso bono a 100 años. Pero el problema de la deuda externa de Argentina es sistémico: desde que asumió Alfonsín hasta el día de hoy, jamás se solucionó ni encaró totalmente. Siempre fueron arreglos y algunas quitas, pero así estamos como estamos.
Los cuatro años del gobierno de Mauricio Macri fueron de un endeudamiento notable, pero lo que no se dice es que no emitió sólo la deuda. Macri no emitió un solo bono que no le haya autorizado el Congreso de la Nación, donde no tenía mayoría. El proceso de sobre endeudamiento de la Argentina tuvo como copartícipes el Peronismo Federal, el Frente Renovador y la mayoría de las fracciones políticas, salvo algunas excepciones.
Salvo el acuerdo con el FMI…
-Pero en ese caso pudieron pasar por encima el Congreso porque los diputados siguieron ratificando una ley que autorizaba que no pasara por el Congreso.
En relación a lo fino del acuerdo, varios economistas ya están advirtiendo sobre una tasa de interés alta por bono…
-Los detalles todavía no se conocen. Hay sólo un enunciado del Ministerio de Economía con una serie de pautas generales, pero ahora habrá que ver el indenture -las condiciones legales del contrato-. Otra de las versiones que circularon fue el pedido de los acreedores para modificar ajustes legales que los favorezcan. Hay un acuerdo de confidencialidad y todavía es imprudente hablar de la letra chica. Todo esto lo sabremos en un par de días.