Redacción Canal Abierto | Una vez más, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires incumplió con sus acuerdos. Esta vez fue con las organizaciones sociales y de derechos humanos que asisten a las personas en situación de calle, que no fueron incluidas en la realización del censo que se hace anualmente de esta población.
Hace años, las organizaciones acompañan este registro para asegurar que se realice de manera correcta. Denuncian que la Ciudad subregistra a la población, evita recolectar datos cualitativos de minorías específicas y no atiende las recomendaciones realizadas incumpliendo los acuerdos pactados.
Ante la falta de números reales y el incumplimiento de la Ley 3.706 de Protección y garantía integral de los derechos de las personas en situación de calle, estas asociaciones activistas realizan su propio censo en el que recorren de punta a punta las 15 comunas durante varios días, contrario al gobierno porteño que solo destina una noche.
“Nos pidieron que en base a nuestras experiencias anteriores (censo popular 2017 y 2019) participemos de este censo para poder mejorar el relevamiento. A nosotros nos pareció una buena idea para hacer un trabajo más legítimo y decidimos ponernos a disposición y participar de las mesas de trabajo”, comentó la presidenta de la Asociación Ni una persona más en la calle, Mariel Arias.
Te puede interesar: Comenzó el Segundo Censo Popular de Personas en Situación de Calle
Esto sucedió a mediados de agosto del año pasado, donde se conformó la Asamblea Personas en Situación de Calle (PSC). Debido a la desconcordancia entre el gobierno y las organizaciones, Ni una persona más en la calle se retiró de esta mesa de trabajo. “Era imposible articular porque las variables básicas que nosotros desde un principio trasmitimos, como el universo a censar, la metodología particular de no hacerlo un solo día y una sola franja horaria, no se respetaron”, dijo Arias.
Y explicó: “No se puede realizar en una noche. Se necesitan como mínimo tres días y en distintos horarios. Además, los representantes del gobierno no toman la totalidad del universo a censar porque hay quienes están en calle transitoriamente y otros de manera permanente, también están los que utilizan la red nocturna para dormir y otros no. La información desagregada no la podés hacer exprés como quieren ellos. La población en situación de calle tiene la característica de ser itinerante y eso se debe tener en cuenta. Por eso no es un relevamiento genuino el que ellos han realizado”.
Violencia y discriminación
Arias también comentó que previo a la realización del censo, recrudecieron los procedimientos en los espacios públicos. “Fue y sigue siendo tremendo. Son sistemáticos y les rompen las cosas. Ver que un camión de basura hace trizas una estructura de madera para poner los colchones y que no se les moje es doloroso. También la cantidad de pertenencias que les roban, cómo los corren a calles donde no se los vea. Sobre esto último también están los vecinos, que necesitan que no se vea la gente en situación de calle porque no comparten nuestra visión social y no se interpelan a sí mismos sobre lo que está pasando”, afirmó.
Asimismo, expresó: “Hay mucha discriminación. Está instalado esto de tenerle miedo al pobre, y yo creo que pasa porque internamente todos sabemos que si se nos corta un eslabón ¿a cuánto estamos de distancia con una persona en situación de calle? La masa de la población de la clase media baja, los que tenemos un techo, sabemos que nuestras condiciones económicas son ajustadas, precarias, y eso da mucho miedo”.
Te puede interesar: Cuando no hay techo, ¿cómo se hace cuarentena?
La pandemia en la calle
“Que vos no tengas acceso al agua es traumático, te tenés que olvidad de la más mínima condición de higiene. Ahora, en pandemia, se ha vuelto una carrera todos los meses conseguir las donaciones para poder confeccionar bolsitas de higiene, y hacer nexos con lugares donde puedan ir a ducharse que son los centros de día a puertas abiertas que hay en CABA y que son autogestionados”, enunció la referente de Ni una persona más en la calle.
Y agregó: “Es desesperante saber que CABA, por una cuestión de generación de recursos y población, es el distrito más rico de nuestro país, que tiene la mayor posibilidad de establecer una política pública y no lo hace. Y no lo hace porque no le interesa. Ahí entramos las organizaciones sociales y el trabajo social se modificó. Aporta a este proceso de pandemia tratando de ayudar. El gobierno de la Ciudad sigue implacable en no reconocer a esta población”.
Solidaridad
Con la llegada de las bajas temperaturas, ya se registraron muertes en esta población. Para suerte de ellos, existen personas que se preocupan y hacen llegar donaciones a las organizaciones para ser distribuidas. Mantas, ropa de abrigo y calzados son los elementos requeridos para poder ayudar.