Por Federico Chechele | Se sabe que el Gobierno situará el plan de vacunación como eje de campaña, más teniendo en cuenta que para el mes de septiembre, cuando se vote por primera vez, más de 30 millones de personas estarán vacunadas en el país, por lo menos con una dosis. Del lado de la oposición será la economía el eje central de discusión, culpando al gobierno por la inflación, el cierre de los comercios y la imposibilidad de trabajar “en libertad”. Pero más allá de estas dos posturas, será el expresidente Mauricio Macri la forma central de ataque y defensa.
Los candidatos del Frente de Todos darán pelea con todos los males que dejó el gobierno de Macri: una carpeta llena de datos con índices negativos, en rojo y sin pandemia. La oposición interna de Juntos por el Cambio, encabezada por Horacio Rodríguez Larreta, intentará desactivar, de la misma manera que lo está haciendo desde la política, las cinco letras que más daño le generan: M A C R I.
Para calentar los motores de la campaña, esta semana el oficialismo arremetió contra elexpresidente ante dos noticias que lo golpearon fuerte: La justicia comercial decretó la quiebra del Correo Argentino en manos de la familia Macri y la denuncia de Bolivia sobre el apoyo militar por parte del gobierno macrista al golpe de Estado perpetrado contra Evo Morales. Alberto Fernández tomó el guante, pidió disculpas al pueblo boliviano y durante el acto del Día de la Independencia dijo: “mi modelo no está en los que mandan balas a Bolivia”.
De estas y otras noticias se nutrirá el gobierno para exponer a Macri como el jefe de la oposición por más que del otro lado se quieran despegar de a poco.
La encrucijada que tiene el oficialismo es cómo salir lo más airoso posible de los números que arroja la economía, que según refleja nuestra historia, en la mayoría de los casos es el vector que determina el triunfo o la derrota en las elecciones. Al presidente Alberto Fernández le acercaron una encuesta de una consultora que arroja que 3 de 4 personas valoran el plan de vacunación, pero se invierte en la misma proporción cuando se los consulta por la situación económica.
Es allí donde la palabra Macri encaja a la perfección para ahuyentar los fantasmas de una derrota. La incógnita es encontrar a los mejores candidatos para disputar la provincia de Buenos Aires que acumula el mayor caudal de votantes del país.
El debate dentro del Frente de Todos es a quién designar: si poner todo como en la perinola o elegir candidatos que no generen polémicas y situar la marca del Frente de Todos como emblema a seguir. Para el primer caso, el elegido es Santiago Cafiero, para el segundo toma cada vez más fuerza Nicolás Kreplak.
Desde la Casa Rosada estiman que con Alberto Fernández pisando fuerte en las provincias y Cristina Kirchner junto a Axel Kicillof en territorio bonaerense, alcanza para “sacarse” la elección de encima sin vencedores ni vencidos.
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Más allá de sus aspiraciones presidenciales, Horacio Rodríguez Larreta demostró que es un tiempista. Desde que se dio a conocer la obsesión de espiar que tenía como presidente Mauricio Macri, al derrumbe interno que sufrió hace unos días, pasaron unos años. Tanto Larreta, María Eugenia Vidal (querellante en la causa de espionaje ilegal en la AFI macrista) y Diego Santilli fueron espiados por el propio Macri y hoy esos tres dirigentes se están quedando con el acumulado político del expresidente.
A diferencia de la naturaleza, en la política las palomas le ganaron a los halcones. Así pasó en la Capital Federal, con el renunciamiento de Patricia Bullrich y Elisa Carrió, y otro tanto se espera en Córdoba para que Mario Negri desista de su candidatura al Senado; y sigue el tire y afloje en territorio bonaerense.
Allí, Juntos por el Cambio posiciona a Facundo Manes como candidato por el radicalismo y a Diego Santilli y al intendente de Vicente López, Jorge Macri, por el PRO. Uno de estos dos quedará en el camino porque si dirimen fuerzas en una interna le dejarán el triunfo servido a Manes que se lanzó esta semana con escasa épica. En ese espacio aseguran que el primo del expresidente, que está haciendo campaña con la consigna “Más Jorge que Macri”, se tendrá que sumar a los renunciamientos históricos tal como viene ocurriendo en el PRO más macrista.
El que marcó la cancha ante la sequía que le propinó Larreta a Macri fue el gobernador radical de Jujuy Gerardo Morales, quien criticó a Vidal por “desertar” de la provincia de Buenos Aires y al jefe de Gobierno porteño por “intervenir” en la definición de las listas de otros distritos. “Debería reflexionar sobre esto”, dijo el jujeño, a quien alientan desde Casa Rosada para que vaya sin frenos contra el armado de Juntos por el Cambio.
Mientras todo esto sucede, en soledad, Mauricio Macri presentó su libro en Madrid y aseguró que “en 2023, Juntos por el Cambio va a volver al poder”. En las oficinas de Larreta se tiraban al piso de la risa cuando escucharon esa frase mientras revisaban el organigrama para dentro de dos años.
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Mientras la política electoral se va reordenando para disputar las elecciones, dos polos opuestos mostraron sus rostros. En Plaza de Mayo se realizó un acampe de varios días para exigir la libertad de Milagro Sala tras estar detenida en su condición de presa política hace exactamente 2.000 días. Del otro lado, el campo volvió a las rutas con consignas contra el cierre de las exportaciones de carne, el proyecto de ley de biocombustibles y todo lo que les impida ganar más dinero y no repartirlo.
Dos imágenes distintas, dos realidades diferentes, dos miradas opuestas y dos presiones ante la tibieza de quienes los representan.
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Foto: Mauricio Macri durante la presentación de su libro en Madrid, 08/07/2021