Redacción Canal Abierto | Gemma Costantini fue despedida de Radio 10 donde se desempeñó durante 12 años como operadora técnica del servicio informativo. Sin ningún tipo de advertencia ni apercibimiento, desde la oficina de Recursos Humanos del Grupo Indalo se le señaló que venía teniedo un mal desempeño laboral. Ella atribuye la medida a su condición de mujer trans.
La notificación del despido tampoco se hizo por los canales adecuados, sino que ella tomó conocimiento de la situación cuando el sábado 15 fue a realizar su labor a las 6 de la mañana y se le impidió ingresar.
«Yo llegué como todos los sábados a hacer el horario de 6 a 12. Cuando voy a entrar el chico de la puerta me dice que tiene una mala noticia para darme y que no me puede dejar entrar. Entonces me muestra un mail interno de Recursos Humanos dirigido al mail de seguridad que decía `la señora Gemma Costantini está desvinculada de la emisora y por lo tanto tiene prohibido el acceso a las instalaciones´«, cuenta Costantini en diálogo con Canal Abierto. La entidad que tenía dicho correo era la casilla del remitente, la cuenta habitual de Recursos Humanos, pero el mensaje no tenía firma alguna.
«Entonces intento comunicarme con la persona de Recursos Humanos con la que habitualmente me manejaba, pero no tuve respuesta. Más tarde me contestó y me dijo que había hablado con el gerente de Recursos Humanos y que siguiera yendo normalmente hasta que se resolviera mi situación», prosigue.
Radio 10 tiene una particularidad que es la del estudio con ventanal a la calle, lo que le permitió a Gemma ver que ya había otro operador designado para cumplir el turno que a ella le correspondía. Esto daría a entender que el asunto iba más allá de un malentendido.
«Al regresar el domingo, el seguridad me pregunta que hago ahí. No le habían avisado nada. Entonces le muestro el mensaje de Whattsapp con el remitente y el mensaje y me deja pasar. Como ya había otro chico operando me quedé ahí cumpliendo mi horario hasta el mediodía. Al no haber ninguna notificación por ninguna vía formal que yo estaba desvinculada mi misión es quedarme porque no puedo hacer abandono de tarea«, cuenta.
Finalmente llegó la instancia de notificación formal. Pero, al igual que todo desde el comienzo, no se dio de manera regular. El miércoles 19, cinco días después de que se le impidiera el ingreso, recibió en su hogar el aviso de visita del correo.
«Al ratito de recibir ese aviso, suena mi portero eléctrico y una escribana pública me dice que tiene un acta notarial para entregarme. En esa acta notarial que me entregó figuran los motivos por los cuales fui desvinculada porque hay una porción de la redacción de la carta documento y que la fecha de despacho del telegrama de despido había sido el día 13, pero en mi domicilio llegó recién el día 19«, señala.
Su trayectoria en la emisora data de más de una década. Llegó incluso a trabajar en la época en la que formaba parte del multimedios propiedad del periodista Daniel Hadad.
A partir de la cuarentena implementada en marzo de 2020, Costantitni tuvo que dejar de concurrir a la radio, pasando a una suerte de licencia con goce de sueldo. Esto se debió a que durante la semana trabaja en el área de virología del Hospital Muñiz, en lo que fue la primera línea de atención a la pandemia. En esa situación, concurrir a la emisora implicaba poner en riesgo de contagio al resto del personal. Esta situación no fue un impedimento para que Indalo sostuviera la relación laboral. «¿Sabés por qué me echan ahora y no antes? Porque antes era hombre”, denuncia.
Cuando se reincorporó a fines del año pasado, ya había hecho el proceso de conversión de género. «Hoy soy una mujer plena: de química, de alma y también legal, porque ya hice los trámites para el nuevo DNI. Si bien antes de esto yo ya iba a la radio vestida de mujer», plantea.
Para Costantitni la relación con ese medio es historia terminada y no ve posibilidad de una vuelta atrás. «Éticamente yo no puedo volver a la guarida de mi verdugo. Primero porque no quiero volver en una forma tan manoseada, tan rara, con tanto misterio y con nada claro. Esto es un ciclo cerrado, lástima que terminó de esta manera», plantea.
Sin embargo, no quiere que esta historia pase desapercibida sino que siente un precedente contra la discriminación por cuestiones de género. «Más allá de ser mi lucha y mi denuncia, que en un contexto de pandemia y con una ley de cupo trans-travesti no puede pasar esto. No quiero que esto le pase a ninguna otra mujer», concluye.