Redacción Canal Abierto | El próximo domingo 29 de mayo de 2022 se llevará adelante la primera vuelta en las elecciones presidenciales de Colombia. Según las últimas encuestas de intención de votos, la fórmula del Pacto Histórico que componen Gustavo Petro, ex alcalde de Bogotá, y Francia Márquez, una militante ambientalista, feminista y por los derechos de la población afro del Cauca, encabeza las preferencias con más de un 40% de los consultados. El desafío para el frente de centroizquierda es alcanzar los votos necesarios para ganar en primera vuelta ya que en el ballotage sus posibilidades de triunfo disminuyen.
El proceso electoral se da en un escenario en el que el conflicto armado y la violencia sistemática recrudecen. Tras la reciente extradición de Otoniel, alias de Darío Antonio Úsuga, líder del Clan del Golfo (también conocido como Autodefensas Gaitanistas de Colombia – AGC), se desató una nueva ola de violencia con la declaración de un Paro Armado por parte de estas bandas paramilitares que obligó a la población de una vasta región del noroeste del país a paralizar sus actividades.
Humberto Correa Gómez, vicepresidente de UTRADEC (Unión de Trabajadores del Estado de Colombia) y secretario de derechos humanos de la CGT de su país, gracias a la solidaridad internacional llegó a la Argentina donde se encuentra exiliado con su familia. Debió escapar de Colombia ya que corrían riesgo sus vidas; gracias a una filtración se descubrió que el ejército lo tenía “perfilado” –marcado y con un seguimiento de los servicios de inteligencia–. Dialogamos con él sobre el escenario electoral y de cómo el paro nacional de 2021 construyó la oportunidad del triunfo popular del Pacto Histórico con Petro y Márquez; la violencia paramilitar como herramienta de presión electoral para favorecer a la derecha; la destrucción de los acuerdos de Paz con las FARC firmados en el gobierno de Juan Manuel Santos.
¿Cuáles son los actores que están en juego en este momento en el conflicto armado en Colombia?
-Los actores en conflicto en Colombia son la ultraderecha con los paramilitares y las autodefensas –que son lo mismo–, son los ejércitos del narcotráfico, protectores de la clase política dominante en Colombia, indudablemente, y el actual gobierno. Por otro lado, las disidencias de las FARC, en menor escala (sectores de la guerrilla que tras la dinamitación de los acuerdos de paz por parte del gobierno de Duque, volvieron a armarse) y la delincuencia común que también actúa como mano de obra de los grupos paramilitares, para hacerles el mandado y asesinar a líderes sindicales, líderes sociales y políticos. Las estructuras no lo hacen directamente sino que le pagan a la delincuencia común para que actúe.
La semana pasada se dio un paro armado declarado por el Clan del Golfo una estructura paramilitar cuyo líder –Darío Antonio Úsuga, alias Otoniel– fue extraditado a los Estados Unidos para que no alcanzará a contar todas las relaciones que tenían la clase política, el gobierno y los militares con esta estructura. Hay muchos militares y políticos de la ultraderecha que están siendo financiados y tienen negocios con el Clan del Golfo.
¿Qué es un Paro Armado?
-El paro armado consiste en que dan la orden de parar en determinadas regiones del país y lo hacen a sangre y fuego. Hubo 80 vehículos incendiados y 10 muertos durante este acontecimiento ante la parálisis total del Estado: no se vio al ejército, enfrentando a los terroristas de la ultraderecha. Muy raro porque el ejército sí fue muy eficiente cuando tuvo que actuar en las calles de las ciudades colombianas en el Paro Nacional de 2021 para reprimir a la población, pero ahora no se lo vio. Esa es la incógnita que tenemos: ¿por qué el ejército no actuó contra el clan del Golfo?
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Es el maridaje que tienen el ejército colombiano y la clase política con los terroristas. Quieren atemorizar la población para que no salga a votar en las elecciones del 29 de mayo al candidato de la izquierda democrática, Gustavo Petro.
Petro es un líder que lleva 30 años luchando en Colombia, denunciando las atrocidades de lo que ha ocurrido. Fue quien denunció inicialmente y sacó a la luz pública el paramilitarismo, cómo estaba incrustado en el Estado y un sinnúmero de denuncias que han llevado por lo menos a 80 dirigentes de la ultraderecha a las cárceles de Colombia. De darse un gobierno de transición de la izquierda, pues obviamente que muchos de estos males que padece el país como la corrupción, la persecución a la oposición política, van a ser investigados y cambiarán los entes de control. Tendrán que hacer una profunda reforma también en el ejército y la policía que están en manos de estas estructuras criminales. Ese es precisamente el temor que tienen y por eso siembran pánico en la gente, pero esto no tiene reversa. Nosotros esperamos triunfar el 29 de mayo.
Según las últimas encuestas, Gustavo Petro estaría en un 40% de los votos y el 20% el candidato de Duque, Federico Gutiérrez (de Equipo por Colombia). ¿Cómo ves el escenario de la primera vuelta? Por otro lado, se dice que si no Petro no gana en primera vuelta va a ser muy difícil que lleguen a la presidencia…
-Creo que vamos a ganar a no ser que se dé un fraude. Las encuestas que revela ayer RCN, dan a Petro con un 40%. No estaban mostrando encuestas en Colombia porque Petro estaba entre el 40% y mucho más y como el menguado candidato de la derecha no sumaba no estaban publicando datos. Nosotros realmente creemos que se está por arriba, hay encuestas que dan a Petro con el 52% en la primera vuelta, pero esta es una encuesta importante porque dobla al candidato del gobierno y entre los otros tres candidatos que puntean en la contienda electoral suman lo que suma Gustavo Petro. Colombia está en una época y en una chance importantísima de dar un cambio profundo.
Decías que este escenario enrarecido por el paro armado no logra parar el empuje que desató el paro nacional, que está afluencia hacia el voto por Petro nace en el paro nacional…
-En el paro nacional, precisamente. Aunque Petro ya venía desde hace mucho tiempo disparado en las encuestas. En las pasadas elecciones llegó a 8.200.000 votos. Gustavo Petro se ha fortalecido muchísimo más después del paro, por toda la represión que se dio en Colombia. Pero el Estado tiene capturados absolutamente todos los estamentos de fiscalización como es la Fiscalía, la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo, etcétera, y actúa como una herramienta política para callar a la oposición. Ayer fueron suspendidos el alcalde de Medellín y el alcalde de Ibagué, dos ciudades importantísimas en Colombia porque tenían una tendencia hacia el candidato Gustavo Petro, pero el presidente de la República y el comandante general del Ejército están en plena campaña abierta hacia el candidato del gobierno y la Procuraduría no ha intervenido. Es una violación flagrante de las leyes colombianas pero también de una resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos donde estableció que en el caso de Petro, cuando lo habían destituido, que un funcionario no podía destituir a un líder elegido por el voto popular. Así es que están violando absolutamente todo y en el desespero están atropellando, cuando no lo hacen físicamente tratan de hacer de hacerlo por estos medios.
Me contabas antes que la persecución política, los asesinatos de líderes sindicales y sociales es una herramienta de los paramilitares, del Estado y de la clase gobernante. Me citabas cifras y que incluso tú trabajaste en el tema, ¿podrías contarnos un poco de esa situación?
-Las tres principales centrales colombianas y FECODE (Federación Colombiana de Educadores), presentamos a la Comisión de la Verdad los casos de violencia contra el movimiento sindical. Y hace 20 días presentamos a la JEP (Justicia Especial para la Paz) los mismos casos pero que ya tendrían implicación jurídica, señalando y mostrando con investigaciones quiénes eran los determinadores de los asesinatos de líderes sindicales, de hostigamiento, etc. Son 16.800 casos que presentamos, entre ellos más de 4.200 asesinatos de líderes sindicales, desapariciones, actos de terrorismo, violaciones, exilios, etc.; todo esto está documentado y muestra la violencia que ha generado en Colombia el mismo Estado de la mano de los paramilitares contra el movimiento sindical como una herramienta para callar y parar el crecimiento del movimiento sindical. Fundamentalmente la violencia la ejercen los paramilitares y el Estado.
Volvamos a las elecciones, ¿qué posibilidades de gobernabilidad tiene Petro con este escenario de violencia, con un Estado cooptado por el delito y por los clanes empresarios?
-El Pacto Histórico tuvo una votación muy grande el pasado 13 de Marzo (se realizaron elecciones primarias y legislativas conjuntamente). Por primer vez la izquierda sacó una votación tan alta, 25 senadores y 32 representantes a la Cámara, que son diputados nacionales como dirían en Argentina. Eso, más las alianzas que ha hecho, le pueden dar gobernabilidad a Petro.
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Pero Petro y el Pacto Histórico, donde están los movimientos sociales, sindicales, de intelectuales, de la izquierda, de tanta gente que busca un cambio en Colombia, tenemos una gran ventaja y es que nosotros tenemos la calle ganada y la calle también tiene que dar gobernabilidad. Nosotros tenemos una fortaleza inmensa que es tener la calle y ese va a ser el respaldo a Petro, movilizaciones en las calles para respaldar el programa de gobierno y de los cambios profundos que necesita la desigual sociedad colombiana, la tercera más inequitativa del mundo y la segunda en América después de Haití. Una vergüenza completa, lo que han logrado construir estas derechas en 200 años de república.