Redacción Canal Abierto | La detención de Omar Scarel por estafa, hoy presidente de Vicentin y ayer contador de la empresa, volvió a traer el caso a las páginas de los diarios y portales, y reflotó una parte olvidada de la trama en vísperas del cierre del concurso de acreedores: la connivencia de los medios para desviar la atención del presunto fraude cometido por la cerealera.
Entrevistado por el caso, el exdirector de la Federación Agraria Pedro Peretti recordó en C5N, como parte de los trascendidos de la causa, “la plata que les pagaban a los periodistas por abajo de la mesa para desacreditar las ideas de estatización de la empresa”. La referencia no es exacta, pero esconde algo de verdad.
Tiempo atrás, un documento en formato PDF —incautado en uno de los allanamientos ordenado por el fiscal Miguel Ángel Moreno a la empresa— titulado Lineamientos nuevos directorio detalla la estrategia comunicacional que Vicentin desarrolló para, entre otros objetivos, “escindir los temas judiciales, los intentos de ‘criminalización’ de la gestión del directorio saliente, del proceso concursal” e “instalar una narrativa diferente”.
La escisión que la empresa pretendía hacer fue llevada adelante por la mayoría de los medios concentrados, a contramano de lo que venía investigando la Justicia. Y es que los delitos de triangulación y maniobras contables —con el objetivo de evasión impositiva y vaciamiento— fueron denunciados en enero de 2020, cuando estalló el escándalo por el préstamo de US$ 350 millones que la gestión del Banco Nación durante el período macrista, a cargo de Javier González Fraga, le dio a la agroexportadora. Coincidentemente, Vicentin entró en un concurso de acreedores y anunció que no pagaría sus deudas por “estrés financiero”.
La iliquidez declarada por Vicentin es para Claudio Lozano, director del Nación e impulsor de la investigación que desnudó el presunto fraude, un complejo “dibujo contable” que detalló en un informe aportado a la Justicia, donde demuestra cómo la cuarta cerealera del país en 2015 acomodó sus números para declararse insolvente cuatro ejercicios más tarde. La maniobra sólo podía ser llevada adelante con la complicidad de su directorio y de funcionarios del gobierno macrista. La operatoria tiene una explicación: Vicentin, a través de sus subsidiarias, fue el principal aportante a la campaña presidencial de Mauricio Macri. “Escindir los temas judiciales” del “proceso concursal” era, por tanto, imposible.
Rondas en off y nuevas narrativas
“La idea es plantear de manera proactiva la narrativa definida y los lineamientos de gestión y expectativas a futuro, instalar un enfoque positivo que trascienda la permanente actitud defensiva de las acusaciones recurrentes”, resume Vicentin en el documento incautado.
Para ello, enumera distintas “acciones a ejecutar: Ronda en off con periodistas líderes de opinión que han seguido de cerca el devenir de los acontecimientos vinculados con la empresa y que han tenido vínculo/contacto con el directorio saliente: ej. Willy Kohan, Guillermo Laborda, Marcelo Bonelli, Nicolás Wiñazky, Antonio Laje, Eduardo Feinman, entre otros”.
Asimismo, planifica una relación “one on one” (uno a uno) con “tres o cuatro medios nacionales relevantes que han seguido de manera objetiva y favorable la situación de la empresa: Infobae, La Nación, Clarín, El Cronista”. Y “conversaciones en off” con periodistas especializados, como “Alejandro Canepa, Fernando Bertello, Juan Martín Melo, Cristian Mira, Mauricio Bártoli, Héctor Huergo, Matías Longoni, Darío Guardado”.
En efecto, todos y cada uno de los medios y periodistas mencionados en el memo interno de Vicentin bregaron a favor del nuevo directorio de la empresa y en contra de las acusaciones sobre el directorio saliente y de las intenciones de expropiación que en su momento impulsó el Ejecutivo nacional.
“Siempre trabajaron para eso. Vicentin era la síntesis del macrismo y por eso hicieron todo lo posible para hacer lo que dicen esos lineamientos”, sostiene Carlos Del Frade, periodista y actual diputado provincial en Santa Fe.
Confrontación de enemigos
La frutilla del postre es el último párrafo del documento interno de Vicentin, dedicado a la estrategia que llama “confrontación ‘enemigos’”.
“En este punto nos referimos a la nueva dinámica a implementar para devolver ‘golpe a golpe’ las agresiones, descalificaciones y acusaciones infundadas que hoy realizan con total libertad los personajes como: Del Frade, Lozano, Feldman, Arelovich, Brochou y otros que operan desde las sombras”, afirma este apartado.
Mencionado como uno de los “enemigos” de la empresa, Del Frade manifiesta haber sufrido “mucha censura, muchos ataques”. “Incluso mandaron a escribir un libro a favor de Vicentin donde al que principalmente atacan es a mí. Pero hay que seguir”, asegura en diálogo con Canal Abierto.
El libro al que hace referencia se titula ¡Exprópiese!, y su autor es Bernardo Basombrío, director del portal Campo abierto, especializado en agronegocios, cuya principal publicidad es de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), asociación empresaria que nuclea a la industria de los agroquímicos. Su tapa es un Alberto Fernández manejado como un títere con una manivela en la espalda, a la que impulsa una mano femenina.