Redacción Canal Abierto | Una nueva etapa se inauguró esta semana en el marco de la campaña por la libertad de Facundo Molares Schöenfeld, el fotoperiodista argentino ex dirigente de las FARC que está detenido desde el 7 de noviembre en la cárcel de Ezeiza a partir de un pedido de un tribunal inferior de Colombia por hechos que deberían ser enmarcados en la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) de ese país creada por los Acuerdos de Paz de 2016 que se celebraron entre la organización revolucionaria y el gobierno de Juan Manuel Santos, y de los que Molares fue uno de los firmantes.
El reclamo se reactiva por estos días con nuevas visitas de personalidades reconocidas de la política y el campo popular –por ejemplo, el sábado ingresó a la unidad penitenciaria una comitiva integrada por Hugo “Cachorro” Godoy de ATE y la CTA Autónoma, María José Cano, del departamento de Derecho de los Pueblos del sindicato estatal, y Pablo Pimental de la APDH La Matanza- y con un petitorio al canciller argentino Santiago Cafiero que advierte que se trata de “una detención arbitraria ya que fue requerida por un juzgado que no es ni puede ser competente, ya que la JEP tiene la competencia exclusiva sobre los hechos por los que se lo acusa”.
“Entendemos que la resolución política inmediata de lo descripto contribuye ampliamente a los procesos de paz en ese país y nuestra América, objetivo de estado de alta prioridad para la Argentina, como ha sido puesto de relevancia por esta administración. A su vez, solicitamos la inmediata libertad de Facundo Molares, entendiendo que su situación privativa de libertad es improcedente por parte de nuestro gobierno ya que el escenario inicial que diera origen a su encarcelación se encuentra hoy sin efecto”, añade el texto que será entregado el miércoles durante una movilización a la sede del ministerio de Relaciones Exteriores, organismo responsable en temas de extradición.
En un juicio que finalizó días atrás, el juez de Esquel Guido Otranto, cuestionado por su actuación en la investigación por la desaparición y muerte de Santiago Maldonado, autorizó la extradición de Molares Schöenfeld a Colombia. La apelación será directamente ante la Corte Suprema pero la decisión final depende de la firma del presidente Alberto Fernández.
En esta conversación con Canal Abierto, el militante analiza su situación en base a su trayectoria política, ofrece una mirada sobre la elección de este fin de semana en Colombia que muy probablemente definirá la llegada de Gustavo Petro a la presidencia, destaca la solidaridad y el acompañamiento recibido a partir de su persecución judicial y el alto riesgo de un eventual traslado a una cárcel colombiana, sobre lo que alerta: “Encarcelado en un calabozo es sencillamente abrir la puerta y uno ya está muerto”.
Además, resalta la condena a Jeanine Áñez, la presidenta de facto de Bolivia durante el golpe de Estado que derrocó a Evo Morales, por el cual el propio Facundo Molares fue detenido en pésimas condiciones acusado de terrorismo cuando en realidad estaba realizado tareas de fotógrafo retratando las represiones contra las protestas sociales, y entrega un mensaje:
“Creo que el compromiso por el prójimo es un apostolado que toda la juventud debería de abordar, no se puede ser joven y ser indiferente ante la injusticia”.
¿Qué es lo importante de subrayar sobre la causa judicial?
– El juez Otranto, como no esperábamos de otra manera por sus antecedentes, aprobó la extradición, ese fallo tiene una apelación posible directamente ante la Corte Suprema de Justicia y esta semana estamos presentando los argumentos de la apelación, esa es la última instancia judicial. Después queda una instancia política que es la firma del Presidente de la República, no hay extradición sin la firma del Presidente.
¿Con qué expectativas esperás esas próximas etapas?
– Dice el refrán que a uno no lo debe de aborrecer el puente antes de cruzar el río, uno siempre guarda una expectativa aunque por los antecedentes se podría decir que de la Corte Suprema no se puede esperar mucho, pero hay que pasar la instancia, de todas maneras hay que pasarla porque es la última que queda y después se presentará, en el caso que sea negativa la resolución, la decisión presidencial, en donde empiezan a jugar otros factores de orden mas político en los que tenemos otro tipo de expectativa.
La campaña por tu libertad asegura que una extradición implicaría un riesgo alto para tu seguridad, ya que en Colombia es muy frecuente el asesinato de líderes sociales, políticos y sindicales.
– Me cuesta ser autorreferencial pero la extradición, en un caso renombrado como el mío en Colombia, es una pena de muerte encubierta, porque todos los casos que tienen que ver con el conflicto armado que se hacen públicos se resuelven violentamente, la vida de los luchadores sociales, los luchadores populares en ese país lamentablemente vale muy poco.
Yo enfrenté desde mi juventud todo ese tipo de adversidades pero en condiciones de igualdad en la lucha, pero estando prisionero uno juega con todas las cartas en contra. Encarcelado en un calabozo es sencillamente abrir la puerta y uno ya está muerto. Es muy lamentable lo que pasa en ese país.
¿Qué cosas creés que pueden cambiar con un eventual triunfo de Gustavo Petro en la segunda vuelta de la elección de presidencial en Colombia?
– Creo que los cambios, si se dan, van a ser muy paulatinos, y el sistema de Justicia colombiano es un sistema de guerra, entonces va a ser muy difícil que haya cambios estructurales rápidos, lamentablemente me parece que no hay mucha posibilidad de que cambie en el corto plazo.
Viendo la seguidilla de sucesos que se dieron alrededor de tu figura, no parece que fueran episodios aislados…
– Yo soy un luchador social desde muy joven, a los 12 o 13 años ya tenía conciencia de que las cosas en nuestro país no estaban bien y decidí conscientemente entregar mi vida a la causa de mejorar la condición de nuestro pueblo, y sigo teniendo esa convicción, desde esa temprana edad supe que esto no iba a ser fácil, ya era consciente de las dificultades y de que tenía un costo. Uno desde adolescente a veces no es tan consciente del costo real que va a pagar por estas convicciones, pero con el tiempo fui asumiendo que éste era el precio pero no me arrepiento, porque en la risa, en el compañerismo de mucha gente tanto en Argentina como en Colombia he sentido en los más humildes ese agradecimiento sincero y eso ha llenado mi corazón, siento alegría y orgullo de haber hecho todo lo que hice y afortunadamente personas de bien como el campo popular de Argentina, de Colombia, de Bolivia y de otros países me están respaldando en esta pelea, entonces no me siento solo tampoco.
Creo que el compromiso por el prójimo es un apostolado que toda la juventud debería de abordar en su vida, es digno de la juventud, ahora que estamos dejando esa etapa de la vida es un mensaje para las generaciones que van llegando, que no se puede ser joven y ser indiferente ante la injusticia.
¿Cómo te llega la gran campaña de solidaridad que se está dando por tu causa?
– Siento un gran amor, un gran cariño por todos los que se han solidarizado por mí, porque lo han hecho desinteresadamente y muchos corriendo el riesgo de ser investigados o señalados, entonces tengo un sentimiento de mucho agradecimiento para todos los que me han respaldado, siento mucho el cariño, he tenido mucha manifestación de aprecio y de amor acá adentro que vienen como un aire fresco desde afuera y que lo hace a uno sentir el calor de la libertad en esta prisión fría.
¿Cuál es tu situación de salud?
– Mi salud no es muy buena y acá estoy imposibilitado de mejorarla, con la detención se paralizaron todos los tratamientos, tenía previstos unos tratamientos en el Hospital Posadas, en el Hospital el Cruce de Varela, y un problema en la vista que tengo también, y todo eso quedó en veremos.
Desde tu perspectiva de dirigente político y habiendo pertenecido tantos años a una organización tan grande, ¿qué análisis haces del momento histórico que atraviesa la región?
– Desde fines de los años 90 que empezó este ciclo progresista en América Latina teníamos todos muchas expectativas sobre los cambios que iba a haber, y creo que a la vuelta de estos 14 o 15 años tenemos que hacer un balance, a pesar de que ha habido una etapa con gobiernos progresistas con una situación de vida un poco mejor para los humildes, creo que el balance es que nos faltó, faltó terminar de darle vuelta a la rosca hasta un punto de no retorno, no fue suficiente, creo que tenemos que plantearnos un poco más porque esto se ha vuelto como una puerta giratoria en la que siempre volvemos al pasado, a estos gobiernos más explotadores y en realidad volvemos porque no ha habido nunca un cambio de época, que represente un cambio estructural, estamos en el debe todavía en eso.
En los últimos días fue condenada a 10 años de prisión la dictadora boliviana Jeanine Áñez, bajo cuyo régimen fuiste detenido… ¿qué sentimiento te despierta eso?
– Ella era consciente de lo que estaba haciendo, hay cientos de familias con víctimas fatales, además de los que estuvimos presos que fuimos más de mil, entonces es un poquito de justicia, un poquito. Hay cosas que no se van a reparar nunca, como las vidas que se perdieron en Senkata y Sacaba, pero hacía muchos años que una persona de la clase política del nivel más alto de la sociedad no era condenada a nada porque el sistema judicial boliviano es el mismo desde hace 20 años, es el que heredó Evo Morales, sobrevivió a los 14 años del MAS, fue el mismo de la dictadura y es el mismo de ahora, un sistema judicial perverso, las cárceles bolivianas son un deposito de pobres, entonces, una vez que alguien de la burguesía boliviana esté encarcelada es un dato interesante.
¿Porqué decidiste volver a la Argentina en lugar de seguir haciendo política en Colombia después de los Acuerdos Paz?
– La salida de las FARC era inminente para todos, porque en el proceso de paz lo que acordaron las FARC y el Estado colombiano fue la desmovilización de la estructura militar y la transformación en un partido político legal. Yo no me quedé a hacer política allá porque yo soy argentino y extrañaba a mi país, a mi gente, necesitaba volver a mi patria, era un sentimiento comprimido hacía mucho tiempo. El desarraigo es un sentimiento muy duro, muy difícil de asimilar.
¿Si finalmente no se concreta la extradición, que planes tenés para cuando puedas retomar la libertad?
– Aclarado un poco todo esto y estando en libertad, dedicarme a mi oficio que es fotoperiodismo, tratar de rehacer mi vida, establecerme acá con mi familia, estudiar, me había anotado en el Profesorado de Historia en la universidad y no pude empezar este año, así que bueno, rehacerme y ver qué función puedo cumplir en la sociedad.
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El petitorio a Cancillería Argentina
Este miércoles 15 de junio desde las 11 horas organizaciones sociales, sindicatos y organizamos de derechos humanos se concentrarán en la Torre de los Ingleses en Retiro para movilizar luego a la sede de la Cancillería.
El texto que será entregado denuncia que “su privación irregular de la libertad es una clara violación a los términos del Tratado de Paz y un solapado ataque al Proceso de Paz. Asimismo corresponde señalar que el encarcelamiento de Facundo significa, lisa y llanamente, que se encuentra sin la atención médica especializada que necesita para su delicado estado de salud”.
“Es de puntualizar que Facundo regresó a nuestro país, sin ningún impedimento, cuando el proceso de conformación de la JEP estaba en sus inicios y nunca fue requerido para presentarse ante la misma, ya que casos como el suyo todavía no han sido considerados”, señalan además.
El documento puede ser leído completamente y firmado para participar de la campaña de solidaridad, en el siguiente link.
Entrevista y texto: Leo Vázquez (tw: @LeoVaz2020)
Foto: La Izquierda Diario