Redacción Canal Abierto | Luego de que se conociera la fórmula que Unión por la Patria (ex Frente de Todos) promociona como “de unidad”, con Sergio Massa a la cabeza, el muestrario político quedó compuesto por una mayoría de candidatos que parecen ajustarse a los intereses del establishment.
En este escenario cabe preguntarse cuál será el plan económico de cada uno. Basado en ese eje de análisis, el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) realizó un informe de coyuntura que analiza cada propuesta y su capacidad de realización.
En él destacan que estabilizar la dinámica inflacionaria “será el principal desafío que enfrentará la fórmula presidencial que asuma el 10 de diciembre”, junto con la necesidad de recomponer la fortaleza del peso y enfrentar la gran cantidad de vencimientos de deuda externa que tendría la Argentina en los próximos años.
Unión por la Patria
En relación a Unión por la Patria (UxP), la plataforma de gobierno publicada por el espacio destaca entre otras cosas la importancia de hacer foco en el crecimiento económico, la recuperación del mercado interno, el cuidado de los sectores más vulnerables y la generación de un excedente de divisas a partir del fortalecimiento de las capacidades productivas.
“El desafío para ello es una inflación de tres dígitos con fuerte inercia que dificulta modificaciones de precios relativos que apuntan a recomponer ingresos, junto a una fuerte escasez de divisas con pagos crecientes de deudas externas desde 2025”, analiza el CESO.
Luego, desglosa candidato por candidato.
“El primer atributo que supuestamente presenta Sergio Massa es garantizar que no haya un golpe de mercado que termine por eliminar cualquier chance electoral del actual oficialismo —sostiene—. Conceptos como el orden fiscal, el superávit comercial, la competitividad cambiaria y el desarrollo con inclusión son algunos de los ejes de su discurso. Si bien se expresa a favor de ‘sacar’ al FMI del país para volver a tener autonomía económica, es conocida su cercanía a los intereses de la embajada norteamericana y su buena relación con el sector financiero, con los organismos multilaterales de crédito y con algunos actores de Wall Street”.
El CESO también destaca que Massa tiene “buena relación con los sindicatos”, pero recuerda que un tipo de cambio alto tiene generalmente como contracara salarios bajos “excepto que se recurra a incrementos en los derechos de exportación, subsidios a las tarifas y/o se logre reducir los márgenes de los empresarios que venden al mercado interno”.
“La elección del sector primario exportador como motor de generación de divisas, la experiencia del dólar soja y declaraciones sobre posibles revisiones a la baja de retenciones, vuelven poco probable que una política de tipo de cambio bajo para el sector primario sea la clave para tornar compatible una recuperación salarial con un tipo de cambio competitivo”, detalla.
Así, resume: “Dada la incompatibilidad marcada entre los objetivos cambiarios y distribucionistas del principal candidato de UxP, es probable que deba renunciar a uno de ellos”.
Por otro lado, asoma la candidatura de Juan Grabois, que encarna la mirada más distribucionista de la actual alianza gobernante. Su plataforma de gobierno se centra en resolver los problemas de vivienda, la urbanización de los barrios populares y una política para garantizar precios de alquileres.
“Su programa no enfrenta la contradicción entre objetivo cambiario y salarial por la falta de un objetivo cambiario explícito y el hecho que las políticas distribucionistas son vía mejora de ingresos indirectos (acceso a una vivienda digna) —desglosa el informe—. Las políticas distribucionistas de Grabois sí colisionan con el objetivo de equilibrio fiscal y, por ello mismo, con los condicionamientos impuestos por el Fondo Monetario. El gran desafío que debería enfrentar el sector redistribucionista de la UxP, en un hipotético escenario de triunfo en las PASO, sería las presiones cambiarias que desataría el sector empresario ante un posible gobierno de izquierda popular”.
Finalmente, señala que ninguno de los candidatos de UxP tiene “un programa explícito para hacer frente a la inflación que todas las encuestas muestran como la principal preocupación de la población.”.
Juntos por el Cambio
Este espacio político, Juntos por el Cambio (JxC), a diferencia del oficialismo llega a las PASO con dos fórmulas presidenciales (Patricia Bullrich-Luis Petri y Horacio Rodríguez Larreta-Gerardo Morales) que, si bien se disputan quién muestra el discurso de más extrema derecha, comparten el mismo programa económico.
“Ambos discursos apuntan a un fuerte ajuste del gasto público, una reforma tributaria, flexibilización laboral y la unificación del mercado cambiario a partir de eliminar todas las restricciones —enumera el CESO—. Tampoco se descarta una reforma previsional que involucre a los regímenes especiales. Sólo fue descartada la alternativa de una dolarización plena, pero se baraja la posibilidad de institucionalizar la circulación del dólar norteamericano como moneda alternativa”.
En tanto, para bajar la inflación, ambas fórmulas evalúan un plan de estabilización que incluye equilibrio fiscal primario a partir de la reducción del gasto público consolidado, la reducción de impuestos “distorsivos” como Ingresos Brutos y retenciones, unificación del tipo de cambio e “independencia” del Banco Central. “Lo que no está escrito es que la unificación cambiaria implica una brusca devaluación inicial con un fuerte impacto regresivo en la distribución del ingreso y el riesgo de empujar la economía a escenarios cercanos a una hiperinflación”, señalan desde el CESO.
Para apuntalar el empleo e incentivar la inversión se menciona una disminución de las cargas patronales y una flexibilización laboral que incluye convenios especiales para pymes, una reducción de las indemnizaciones y una “modernización” de las negociaciones colectivas. También se vislumbran reformas en educación, salud y una fuerte modificación en la política de asistencia social.
“Ante una eventual victoria de JxC, los sectores beneficiados serán los sectores agroexportadores y el sector financiero. Y, como en su anterior gestión, empresas de servicios públicos y de energía. Los principales perjudicados serán los asalariados formales y de la economía popular —analiza el CESO—. La principal dificultad que tendrá JxC para aplicar esta serie de reformas será la misma que tuvo durante el período 2016-2019: la movilización popular y el descontento social generado por las consecuencias económicas de su plan económico”.
Libertarios
Finalmente, “la propuesta económica de La Libertad Avanza (Javier Milei-Victoria Villarruel) se sustenta en las recomendaciones de la teoría monetarista más prehistórica, que incluso ha quedado obsoleta para el pensamiento mainstream contemporáneo”, aseguran los economistas en el informe.
Su plan económico se divide en una serie de reformas agrupadas en tres etapas de aplicación.
La primera de ellas implicaría un fuerte recorte del gasto público a partir de un drástico achicamiento del Estado y de la privatización de empresas públicas deficitarias; una reforma tributaria, flexibilización laboral, apertura comercial unilateral, desregulación financiera y la unificación del mercado cambiario. Esto último se llevaría a cabo por medio de la dolarización, medida con la que se promete eliminar la inflación.
Para una segunda etapa quedaría una reforma previsional para recortar el gasto en jubilaciones y pensiones, la implementación de un régimen de capitalización privado, y la implementación de un programa de retiros voluntarios de empleados públicos para continuar con el proceso de achicamiento del Estado.
Finalmente, realizaría una reforma en el sistema de salud con impulso en el sistema privado, una reforma educacional que incluye la implementación de un sistema de vouchers, y la eliminación de la coparticipación.
Desde el CESO destacan que todas esas propuestas son “casi las mismas recetas económicas que se aplicaron durante los noventa y que terminaron con la crisis más importante de los últimos 30 años”.
Sobre los ganadores del plan, aseguran que las empresas de servicios públicos que tienen mercados cautivos y buscan dolarizar sus tarifas podrían verse beneficiadas, al igual que una parte importante del sector financiero.
“Sin embargo, de ganar las elecciones, la propuesta de La Libertad Avanza sería de difícil implementación. Entre los principales desafíos se encuentran dificultades tanto económicas como materiales. Dolarizar implicaría contar con las reservas internacionales necesarias para ‘canjear’ dólares por todos los pesos de la economía, o bien un elevado tipo de cambio que aumentaría drásticamente los costos de las empresas y terminaría por pulverizar los salarios reales. Esto no garantiza que la inflación se detenga ya que no hay razón para pensar que las empresas no intentarán pasar esa suba de costos a precios ni que los sindicatos no intenten recomponer el ingreso de sus afiliados”.
Luego agrega: “Un creciente conflicto distributivo en el contexto de una economía dolarizada podría derivar en conflictos sociales como sucedió, de hecho, hacia fines de los noventa”, al igual que las reformas en salud y educación.
Este espacio “no parece contar con el respaldo político ni social necesario para llevarlas a cabo, por lo que la vía de la represión y la criminalización de la protesta pareciera ser la única posibilidad de implementar estas reformas en un eventual escenario de Milei presidente”, sentencian.
Ilustración: Marcelo Spotti