Por Néstor Espósito | Una explosiva declaración (con aporte de profusa documentación incluida) conmovió los cimientos de una causa con ribetes de escándalo que oculta más de lo que muestran los grandes medios de comunicación: la Escuela de Yoga de Buenos Aires (EYBA). El protagonista de este nuevo giro es el difunto empresario jujeño Carlos Pedro Blaquier, a quien el dictamen acusatorio de los fiscales Alejandra Mángano, Marcelo Colombo y Carlos Stornelli consideró una suerte de “cliente” de los servicios sexuales que presuntamente ofrecía la EYBA a cambio de ingentes sumas de dinero y bienes materiales para la organización.
La nueva documentación presentada en el expediente (que ya está elevado a juicio oral) no sólo desmiente eso sino que, además, describe una relación de pareja que Blaquier mantuvo con una de las mujeres consideradas por los fiscales como “víctimas” de la EYBA.
Esa misma mujer, quien ya había declarado por videoconferencia en la causa, presentó un furibundo escrito acompañado de un centenar de páginas de documentos para demostrar que Blaquier y ella fueron pareja durante una década. Y que la imputación no sólo es falsa sino que –además- invade la vida privada de ambos.
“Con Carlos Pedro nos acompañamos incondicionalmente en los momentos más bellos y terribles de nuestras vidas. Atravesamos juntos enfermedades y pérdidas de seres queridos, momentos de decisiones muy importantes, como cuando cedió sus acciones de Ledesma a sus hijos o cuando dejó la presidencia de la empresa. Carlos Pedro siempre priorizó a su familia, que tanto amaba y cuidaba. Él se aseguraba de que a sus seres amados no les faltara nada. Era generoso, un trabajador incansable, responsable, disciplinado, se despertaba todos los días a las 5 de la mañana y empezaba sus actividades, nunca entendí de dónde sacaba tanta energía”, afirmó la mujer, cuya identidad no será revelada.
“Soy consciente de que lo que describo suena a cuento de hadas, y si bien no lo era, la verdad es que se le parecía mucho. Por supuesto que tuvimos nuestros ‘momentos’, como cualquier pareja. ¿Y por qué nos separamos? Eso lo guardo para mi intimidad. Pero les aseguro que no fue ni por la diferencia de edad ni por falta de amor”.
En la acusación fiscal, una testigo “identificó puntualmente a una de estas ‘personas de poder’, Carlos Pedro Blaquier, quien en la distinta documentación hallada figura como “novio” de (la mujer que presentó el escrito y la documentación). De acuerdo con los dichos de la testigo, los encuentros sexuales con él se producían dos o tres veces por semana entre las 10 y las 18 horas, todas las semanas, durante todo el periodo en que la persona trabajó para la organización. A punto tal que durante su declaración dijo que Blaquier ‘era la persona que más veíamos que llegaba al edificio’. De estos encuentros participaban también ‘otras chicas’”.
“Quiero aprovechar este escrito para desmentir rotundamente las deliberadas, aleccionadas y guiadas mentiras de la llamada ‘testigo 1’ sobre mi vida y mi relación con Carlos Pedro Blaquier”.
“Mi relación con Carlos Pedro Blaquier ha sido enlodada y usada para sostener esta farsa de explotación sexual de mi persona. Eso es absolutamente FALSO. Carlos Pedro Blaquier fue, es y será por siempre el gran amor de mi vida. Fuimos pareja durante más de diez maravillosos años”, afirmó la mujer.
¿Una estrategia judicial? La mujer robusteció sus afirmaciones con decenas de páginas con poesías que Blaquier le escribía, mails, cartas amorosas, comprobantes de citas y eventos sociales que compartieron. Y algo más: un documento firmado ante escribano público en el que el empresario jujeño expresa su voluntad de ser sepultado para su descanso definitivo junto a su compañera.
“¿Quién querría ser enterrado junto a una amante de ocasión? Ser enterrados juntos era el deseo de Carlos Pedro y él quiso que así lo dejáramos asentado. Allí, donde él descansa, yo estaré un día”, escribió la mujer en su presentación.
“La nuestra fue una romántica historia de amor, una relación personal y absolutamente privada, en la que NADA tuvo que ver EYBA”. La mujer (quien claramente no se considera víctima de ninguna organización ilegal) añadió sobre su vínculo con Blaquier: “Uno de nuestros puntos de unión y afinidad más profundos era el amor al estudio de la filosofía. Por supuesto que él, no sólo sabía, sino que alentaba mucho el hecho de que yo tuviera mi escuela filosófica. Lo comprendía porque desde hacía mucho tiempo, él pertenecía a la Escuela Masona. Me enseñó que la Masonería es una institución que tiene como objetivos la búsqueda de la verdad, el estudio de la filosofía, las ciencias y las artes, y el autoconocimiento alcanzado mediante el arduo trabajo sobre uno mismo”.
La mujer exhibió un costado desconocido de Blaquier. “Era muy tierno, porque todos los días me llamaba antes de irse a dormir, pero los días de clase tenía el especial cuidado de llamarme más temprano para no interrumpirme, un caballero. (…) Fuimos compañeros de vida, de aventuras, amigos, amados, amantes, confidentes, compinches, eternos enamorados. Vivimos una historia de esas que parecen existir nada más que en las grandes novelas de amor y que uno sólo puede mirar como algo lejano y ajeno, pero a mí me pasó”.
Blaquier, según su confesa ex pareja, “era un ser carismático, extrovertido, expansivo, tenía un gran desparpajo, un sentido del humor que conquistaba cualquier corazón, un cerebro fuera de serie, una capacidad inagotable de crear, planificar y concretar cada uno de sus proyectos. Y yo fui un proyecto de su corazón. Así me lo confesó tiempo después, cuando nos reíamos juntos de lo mucho que tuvo que insistirme para tener nuestra primera cita, en la cual me magnetizó, me enamoró. Desde aquella primera cita, supimos que estábamos irrevocablemente destinados el uno al otro”.
La mujer también negó que Blaquier tuviera sexo con otras mujeres en acontecimientos organizados desde la EYBA. “Carlos Pedro nunca trajo una mujer a mi casa. Venían amigas, amigos, no teníamos un día especial para recibir visitas, no había un esquema fijo ni de días, ni de horarios, ni de lugar, ni de cantidad de invitados. Nuestras actividades eran muy variadas, solos o con amigos. (…) Dada la suciedad del relato, me veo obligada a dejar claramente establecido que nuestras reuniones, actividades, salidas NUNCA ESTUVIERON RELACIONADOS CON TEMAS SEXUALES. En mi intimidad con Carlos Pedro JAMAS hubo un tercero. Nuestra vida íntima era sólo nuestra”.
“¿A quién se le puede ocurrir que alguien tan brillante, capaz, perfeccionista, mandón como Carlos Pedro, podría haber aceptado o no haberse dado cuenta de que se estaban aprovechando de él o de mí y que estábamos siendo estafados en provecho de algún tercero, fuera quien fuera? Jamás hubiera permitido algo semejante, hubiera saltado como un león a defenderme, defender nuestra relación y hundir para siempre a cualquiera que se hubiera atrevido a semejante barbaridad”.
“Si bien quisiera que estuviera aquí para defenderme, también siento que es mejor de esta manera, para que no tenga que vivir el dolor de ver nuestra historia tan bastardeada”, concluyó la presentación.
Te puede interesar: La Corte se negó a pronunciarse sobre una cuestionada medida de Bonadio contra CFK
Néstor Espósito: @nestoresposito