Redacción Canal Abierto | Para julio de 1977 Cristina Navajas junto a sus hijos Miguel y Camilo estaban parando temporalmente en la casa de su cuñada, Manuela Santucho, que estaba con su hijo Diego, en Warnes al 700 en el barrio porteño de Villa Crespo. Alicia D’Ambra, otra compañera de militancia en el PRT-ERP, también pasaba los días allí.
El 13 de ese mes llegaron los secuestradores. Las llevaron a las tres y dejaron a los niños.
Avisada por una vecina, la madre de Cristina, Nélida Navajas, fue a buscar a sus nietos y al hijo de Manuela. En el inmueble encontró una cartera con un diario de su hija que hablaba de un embarazo. Alicia también estaba gestando un bebé.
En Italia, encargado de la tarea internacional del partido se encontraba Julio Santucho, marido de Cristina, padre de Miguel y Camilo y hermano de Manuela.
Nélida fue, luego, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo. Cuando ella murió, en 2012, Miguel tomó su lugar en la Comisión Directiva del organismo. Su primo Diego Genoud se hizo periodista y escritor.
Por testimonios de sobrevivientes pudo saberse que Cristina estuvo en los centros clandestinos Automotores Orletti, Proto Banco y en el Pozo de Banfield, donde dio a luz a su tercer hijo en enero de 1977. Compartió cautiverio con, entre otros, Adriana Calvo y algunos de los jóvenes de “La noche de los lápices”.
46 años después, también en julio pero en 2023, Julio pudo reencontrarse con su hijo que, recién ahí supo, se llama Daniel y había sido apropiado por el policía bonaerense Estanislao González, que finalmente falleció hace algunos días tras haber sido imputado por apropiación de bebés y robo de identidad.
En los estudios de Canal Abierto, Julio subraya que haber recuperado a Daniel “es una gran victoria contra la dictadura, ellos lo tenían como un objetivo, quitarnos los hijos, reeducarlos, por eso es una derrota”.
“Por otro lado, tanto para mí como para mis hijos, para toda la familia es un regalo, yo recupero una parte mía y una parte de Cristina, no puedo estar más feliz”, completa ya desde el lado más humano del análisis.
Julio es escritor, fundador y presidente del Instituto que lleva adelante el Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos, que hoy dirige Florencia, su hija fruto de su segundo matrimonio.
“Para mí fue un golpe muy grande –continúa recordando-, llevábamos varios años de clandestinidad y nunca nos había pasado nada, habíamos dejado todo organizado con Cristina, una casa nueva que no conocía nadie, yo estaba tranquilo de que no iba a pasar nada con mi familia y eso fue un golpe tremendo. Ella tuvo que ir a vivir con mi hermana, se conocían y se querían mucho, pero eso fue fatal porque esa fue la casa a la que llegaron los Servicios Secretos”.
“Fue una semana terrible porque cuatro días después lo matan a mi hermano Mario Roberto, y el mismo día o al día siguiente también lo matan a Carlos en Automotores Orletti, o sea tres hermanos y mi compañera que mueren o desaparecen en una semana”, señala al referirse a la caída del departamento de Villa Martelli, en la que mataron y secuestraron a la cúpula del Partido Revolucionario de los Trabajadores encabezada por “Roby” Santucho.
“Es un orgullo haber pertenecido a una generación que tuvo esa nobleza y esa generosidad. Como decía Osvaldo Bayer, ‘la ética siempre triunfa en la historia’”
Sobre qué lectura puede hacerse de la restitución en el contexto nacional actual, Julio ensaya: “Queremos aportar a que no siga esta oleada de derecha que avanza con la crisis del capitalismo y la concentración de la riqueza, y de alguna manera el reencuentro con Daniel es un granito de arena en esa perspectiva”.
A pesar de los años de búsqueda, las energías y los recursos invertidos, el reencuentro se dio por iniciativa del propio Daniel, motorizado por las dudas sobre su verdadera identidad. “El principal artífice de esto es Daniel, porque él en condiciones muy difíciles, sin ningún elemento, cuando empezó a darse cuenta que no pertenecía a esa familia, que no tenía nada que ver con esa forma de ser -porque el apropiador además de un criminal era un lumpen, un mentiroso y falso, lo trataba mal-, no se sentía miembro de esa familia, entonces empezó a buscar datos que lo fueron convenciendo que él tenia otra identidad y le costó muchísimo, muchos años y mucho esfuerzo”, cuenta Julio y destaca “la generosidad y el sacrificio de Cristina, que en esas condiciones de campo de contracción indescriptibles tuvo la fuerza de voluntad de dar a luz”.
Sobre la historia del menor de sus hijos varones, agrega que “sus hijas la acompañaron siempre, cuando él empezó a tener dudas lo compartió con ellas y ellas siempre lo alentaron, y por supuesto lo festejaron como él. La más chiquita, Milagros, que tiene 9 años, le pidió que fuera al curso para contar que había encontrado una nueva familia”.
Daniel se acercó a Abuelas de manera espontánea. Una hermana 20 años mayor que él fue quien le confesó que no era hijo del matrimonio. En abril de 2023 se realizó el análisis de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos que, tres meses después, confirmó su verdadera identidad.
“Mi suegra Nélida, que era integrante de la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo, dedicó su vida a buscar a su hija y a su nieto, en una entrevista ella dice ‘yo ya casi no tengo más esperanzas’, habían pasado 30 años. Pero nosotros siempre seguimos buscando: un mes antes de que apareciera Daniel yo recibí un dato y traté de averiguar, por la fecha, por el lugar, traté de investigar, así que seguíamos buscando, seguimos haciendo lo posible”
Finalmente, en relación a la fórmula presidencial negacionista y apologista del terrorismo de Estado que componen Javier Milei y Victoria Villarruel, Julio Santucho advierte: “Ojalá que no gane las elecciones, pero no va a cambiar la historia, no va a prevalecer, esto se va a revertir con la lucha de la gente y la conciencia de la sociedad argentina”.
Además adelantó la realización de una miniserie sobre la búsqueda de los nietos apropiados y habló del trabajo con el Festival de Cine y con las juventudes, el avance de la ultraderecha en nuestro país y las luchas del movimiento de derechos humanos.
Luego de la aparición de Daniel, Abuelas de Plaza de Mayo informó la resolución de otros cuatro casos, de mujeres embarazadas que fueron asesinadas por la dictadura estando secuestradas. Así, ya son 137 las familias que dejaron de buscar.
Si tenés dudas sobre tu identidad podes ingresar a Abuelas de Plaza de Mayo, escribir a dudas@abuelas.org.ar, o acercarte a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, CONADI.
Entrevista: Leo Vázquez