Por Federico Chechele | Nicolás Repetto, conductor del programa que se atribuye el título del “Noticiero de la gente”, entrevistó a Fernando Jones Huala, hermano del detenido dirigente mapuche Facundo Jones Huala, en el marco del caso de Santiago Maldonado, quien hasta el momento se encuentra desaparecido tras un operativo de Gendarmería en Chubut.
Durante el reportaje, Repetto no tuvo mejor idea que ponerse un pasamontaña con la excusa de poner al entrevistado “en el lugar del otro”, ya que los mapuches en resistencia en el Pu Lof de Cushamen suelen manifestarse encapuchados para no ser reconocidos por las fuerzas de seguridad. La estupidez de Repetto, que aclaraba que “no es con mala leche” mientras se colocaba capucha, iba dirigida a todos aquellos activistas que se tapan contra “lo que sentimos los que vamos de a pie”. Justo él. Sin embargo, al entrevistado no se le movió ni un músculo de la cara ante el intento del conductor de trascender lo inimaginable.
Lo mismo había ocurrido días atrás cuando Jorge Lanata entrevistó en la cárcel de Esquel a Facundo Jones Huala. El periodista lo toreó durante toda la charla ofreciendo al televidente su “desfachatez”, con escaso conocimiento de la disputa territorial que llevan adelante los mapuches. Huala tampoco se inmutó, y sólo atinó a responder con soltura lo que se le preguntaba.
Ambos conductores ofrecieron a su público un camino de distracción sobre los hechos. En cambio de apuntar a las fuerzas de seguridad y la responsabilidad del Estado, enfocaron sus informes a cuestionar la causa mapuche, aunque con diferentes matices.
La entrevista de Lanata tuvo cierta repercusión que se diluyó con el correr de los días, porque la hostigación a los mapuches perdió sentido: 40 días después y sin más remedio, todos los cañones apuntan a los gendarmes. La primera y única hipótesis real sobre la desaparición de Santiago Maldonado. Un nuevo error inducido de Lanata.
En cambio Repetto no tiene cura. Fuera de tiempo arremetió contra la nada: aquella idea de que los mapuches son violentos y que cuentan con apoyo internacional –algunos se animaron a bromear que disfrutan de más inversiones que el propio gobierno– quedó desautorizado cuando se ve en los videos que mientras la Gendarmería disparaba con balas de plomo ellos resistían el corte con gomeras.
Sin embargo, Repetto fue más allá e intentó reavivar su rol de tipo canchero, formato que supo tener su primavera pero que ya no lo acompaña ni el mismísimo raiting (en una semana había bajado de 11 a 7 puntos) y que, invariablemente nos traslada al año 2004.
Durante la crisis del 2001, cuando era común ver a cientos de personas comiendo de los tachos de basura, el conductor decidió radicarse en España. Disfrutando de sus ganancias, se lo veía en las revistas exhibiendo su vida de vacaciones permanente entre yates y motos suntuosas. En el 2004, cuando Argentina vislumbraba una mejoría, volvió con un nuevo programa llamado DomiNico y no tuvo mejor idea que mostrar un informe con todo lo malo que había pasado en el país durante su ausencia.
El rechazo del público fue contundente y desde aquel momento todos sus intentos terminaron en fracasos televisivos. Mientras esperamos respuestas por la vida de Santiago Maldonado, “la gente” definirá su futuro inmediato.