Por Redacción Canal Abierto | La Universidad Nacional de La Plata (UNLP) construirá una Planta Productora de Medicamentos para la fabricación de fármacos en formas farmacéuticas sólidas, es decir: comprimidos, cápsulas rígidas y suspensiones extemporáneas (medicamentos en polvo que se preparan al momento de utilizarse).
La planta tendrá capacidad para producir 2 millones de comprimidos por mes para diabetes tratable Tipo 2; entre 4 a 5 millones de comprimidos mensuales para hipertensión arterial; 2 millones de analgésicos y antitérmicos mensuales, entre otras formulaciones. En total se podrían elaborar alrededor de 12 millones de comprimidos al mes, de entre en 7 y 10 medicamentos diferentes.
“Definimos el vademecum de medicamentos a producir apuntando a la demanda social. En nuestra Facultad se está terminando de realizar un trabajo de colaboración con el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires para la producción de gliclazida, un medicamento que se utiliza para el tratamiento de diabetes tipo 2. Es conocida y recomendada pero no está tan ampliamente distribuida y puede reemplazar a otras drogas de alto costo. Entonces, no es que de pronto se nos ocurrió sacar una planta de producción de medicamentos, sino que nuestro trabajo apunta a este tipo de desarrollos”, explica en diálogo con Canal Abierto Mauricio Erben, doctor en Química y decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP que entre otras carreras incluye las de Farmacia y Bioquímica.
“Se trata de un proyecto íntimamente ligado a nuestro modelo de gestión de la Universidad, que encuentra en la producción con perfil social uno de sus ejes fundamentales. Contar con una Planta Productora nos permitirá poner al alcance de cientos de miles de familias aquellos medicamentos de uso común que hoy les están quedando fuera del alcance de su bolsillo”, argumenta Fernando Tauber, vicepresidente del Área Académica de la Universidad Nacional de La Plata y mentor de esta iniciativa.
Este proyecto se vinculará a la actual Unidad de Producción de Medicamentos (UPM) de la Facultad y recibirá el apoyo técnico de centros e institutos dependientes de la universidad que investigan o tienen experiencia en áreas relacionadas con los medicamentos.
La UNLP trabaja en conjunto con la ANMAT para garantizar que la Planta se ajuste a los estándares de calidad en las etapas de producción, control y logística. “La planta producirá comprimidos a través de los procedimientos de compresión directa y granulación seca. De esta forma se simplifica no solo la tecnología (menos equipamiento y menos servicios técnicos), se acortan los tiempos de proceso, se reduce el gasto de energía y se requiere menor asistencia de mantenimiento, sin afectar significativamente la diversidad de medicamentos a producir”, explican los técnicos de la UNLP.
Producción pública de medicamentos
“Como fábrica social de medicamentos el objetivo que tuvimos a la hora de diseñar la planta fue apuntar a aquellos medicamentos que sean más necesitados. Van a ser formulaciones sólidas, comprimidos. Estamos diseñando una planta de aproximadamente 1500 metros cuadrados con un sector productivo, un sector de análisis de laboratorio, un área de logística y otra administrativa. Va a ser una fábrica de dimensiones moderadas que nos permitirá elaborar de manera sostenida 10 medicamentos”, expone el decano de Exactas. El proyecto de la obra civil ya está aprobado y el área destinada la construcción ya fue cedida a esta iniciativa.
Nosotros consideramos a la salud como un derecho y al medicamento como un bien social”.
“Vamos a ir por los medicamentos que no necesiten patentes porque pagar la patente de un medicamento es inaccesible para cualquier laboratorio que no sea una multinacional”, explica el químico quien sostiene que de todas formas que el de las patentes es un tema que amerita una profunda discusión.
“Hace ya mucho tiempo, desde la Universidad venimos realizando aportes a la producción pública de medicamentos, no directamente en la producción de comprimidos, como va a ser este caso, pero nuestra facultad viene realizando aportes en investigación científica, desarrollo de medicamentos y su escalado. Tenemos experiencia en producción de medicamentos a escala piloto con fines productivos. Somos parte de la red de Producción Pública de Medicamentos”, sostiene Erben. “Hacemos el desarrollo a escala piloto. Eso tiene que ver con pruebas de estabilidad de distintas formulaciones para luego pasar a escala industrial. Eso es lo que ahora haremos en esta planta”.
Las vías de distribución de la producción de esta planta será con convenios con las áreas de salud provinciales y municipales y otros organismos del Estado. En la UNLP funciona lo que se conoce como Consejo Social una instancia donde la casa de estudios articula con instituciones y organizaciones del territorio; ésta será otra vía de distribución.
Ciencia pública al servicio del pueblo
“En el momento que está atravesando el país, de una crisis económica y social muy grande, desde la universidad, en la que nos reconocemos como una parte importante del Estado, junto con los organismos de ciencia y técnica me parece que en temáticas muy importantes como la salud, los alimentos (la UNLP desarrolló una planta de alimentos deshidratados llamada PAIS, Planta de Alimentos para la Integración Social) y la energía, somos parte de la solución de los problemas. No somos los causantes o los responsables de esta problemática. La Universidad tiene la función primordial de transmitir conocimientos, de enseñanza, que en nuestro país tiene masividad y permite que haya movilidad social ascendente, pero en este momento de crisis se necesita un compromiso mayor, más orientado, más directo, más focalizado como enseñó la pandemia. Frente a las múltiples problemáticas, el conocimiento científico público albergado en los laboratorios, en las aulas de las universidades, de los institutos de investigación, tiene cosas importantes para aportar a dar soluciones y ser parte de la solución. La UNLP está puesta a disposición de la producción de alimentos, de medicamentos, de baterías de litio. Demostramos que el país puede salir adelante con el conocimiento científico”, concluye el decano.
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