Redacción Canal Abierto | Las últimas determinaciones del Presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), Carlos Pirovano, ponen en jaque la continuidad de distintas instancias de la actividad audiovisual independiente del país. Una de ellas, es la de los festivales de cine.
Entre las medidas adoptadas por la nueva autoridad del organismo encargado del fomento del cine nacional está la discontinuación del programa Festivales Audiovisuales, mecanismo a través del cual el INCAA contribuía con el financiamiento de más de un centenar de festivales de cine en todo el país. También quedó en duda el futuro del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
La Red Argentina de Festivales y Muestras Audiovisuales (RAFMA) manifestó su preocupación al respecto y a través de un comunicado, expusieron el aporte que estos eventos hacen no sólo desde lo cultural, sino también desde la actividad económica.
Allí se detalla que “los festivales de cine convocan a más de 500.000 espectadoras y espectadores en la Argentina cada año” y que “son una parte histórica y dinámica de la cadena de valor de la industria del cine en el país”
Y se destaca que “aportan de manera material y simbólica un flujo de producciones cinematográficas que nutren tanto a directoras y directores, guionistas, realizadoras/es como a público en general del estado del arte a nivel mundial”.
También que “son agentes dinamizadores de la cultura, el turismo local, fortalecen aspectos socio económicos y son embajadores de las ciudades donde se llevan a cabo” y que “son uno de los escenarios de encuentro de productores y cineastas que permiten generar nuevos proyectos”.
En diálogo con Canal Abierto, Federico Ambrosis, director del Festival de Cine Latinoamericano de La Plata (FESAALP) que se realiza en la capital bonaerense desde 2006 advirtió que con la caída de este aporte “caigan muchísimas de estas pantallas alternativas en todo el país, teniendo en cuenta que saliendo de la provincia de Buenos Aires y salvo o la provincia de Santa Fe Córdoba y Mendoza hay provincias que dependen exclusivamente de los festivales de cine para proyectar cine argentino”.
Y señaló que “si bien tienen salas de cine comerciales, al no estar reguladas y al no tener fiscalización del INCAA continuamente, programan 100% cine norteamericano. Por eso siempre consideramos que los festivales del cine son vitales porque muestran no solamente largometrajes, sino también cortometrajes que se hacen acá en el país”.
A través del programa de Festivales Audiovisuales, el instituto financiaba con hasta el 20% del presupuesto que los organizadores debían presentar. Y, como toda la actividad de fomento del INCAA, estos fondos provenían del 10% de las entradas de cine y el aporte del ENACOM.
Para acceder a este apoyo, los organizadores debían presentar un proyecto en el que, además del presupuesto, se debían adjuntar avales provinciales y municipales y justificar la importancia que tiene el festival en cuestión para la localidad en la que se organiza.
El Festival Internacional de Cine Independiente de Cosquín (FICIC) se desarrollará entre el 2 y el 5 de mayo próxmo en la localidad de Córdoba. Carla Briasco forma parte del equipo de producción y contó a Canal Abierto que “nos encuentren en un momento en donde estamos en la plena preproducción. Este momento es el del trabajo más intenso cercano ya a la fecha del festival. Así que esta noticia es un baldazo de agua fría, algo que es muy inesperado y que nos afecta en términos de que desestabiliza un poco la estructura que una tiene planificada con tiempo”.
Alejo Araujo, organizador del Festival Internacional de Cine Cannábnico (FICC), que además de nuestro país tiene sus versiones en Uruguay y Chile, planteó que “nos están haciendo discutir un montón de cosas que para mí ya estaban claras. Como con la dictadura. Discutir la dictadura en un país que juzgó a sus represores, unos de los pocos países del mundo que tuvo esa política y que es una política de estado, era algo ya estaba saldado y tenemos que volver a discutirlo. O como la educación pública, que eran cosas constitutivas de nuestra nación y nuestro pueblo”.
A pesar del viento en contra, en el menú de ninguno de los consultados para esta nota se encuentra la opción de que los festivales dejen de hacerse. En tal sentido, Araujo planteó que “nosotros teníamos una política de hacer festival con entrada gratuita. Este año lo que hicimos fue poner una gorra virtual, que alcanzó para los gastos de la cotidianidad: comer con el equipo, alguna movilidad y lo básico de lo que se necesita para los días del festival”.
“La idea es que no se apague en ninguna pantalla, ningún proyector y estar en constante movilización y lucha. No damos obviamente por claudicado ni el fin del programa, el cierre del INCAA ni el achicamiento de los trabajadores que trabajan en el INCAA. Estamos en pie de guerra para defender lo que hemos trabajado durante todos estos años”, afirmó Ambrosis.
Y agregó que “la mayoría de los festivales es un trabajo ad honorem, en es un trabajo porque uno ama la cultura, el cine y nos parece sumamente necesario que haya estos espacios, así que lo vamos a seguir defendiendo”.
En tal sentido, Araujo aportó que “damos todo un trabajo que hacemos nosotros también: búsqueda de películas, gestión de derechos, la página web que tenemos es un gasto, las redes y muchos etcétera. Todo eso es un montón de trabajo y también hay que valorarlo. No es que nosotros no estamos ofreciendo nada a cambio de esos apoyos, vamos a ofrecer trabajo, un montón de información, un montón de dinámicas, cosas y propuestas que si no participaste en ninguna instancia de gestión cultural no sabés lo que implica. Nosotros en general ponemos un montón de trabajo que nunca es retribuido o a veces hasta ponemos moneda propia.”.
Ambrosis resaltó que “hay provincias que dependen exclusivamente de los festivales de cine para proyectar cine argentino. Si bien tienen salas de cine comerciales al no estar reguladas y al no tener fiscalización del Inca continuamente programan 100 por ciento cine norteamericano. Por eso siempre consideramos que es vital los festivales del cine porque muestran no solamente largometrajes, sino también cortometrajes sino que se hace acá en el país”.
Respecto de la importancia que estos eventos tienen para la actividad económica, plateó que “los festivales son motor del turismo cultural de la ciudad de los pueblos de donde se hace cada festival porque moviliza no solamente películas, sino también al público, moviliza jurados, organizadores de otros festivales, movilizan charlas, cursos y talleres. Cada festival sostiene a su propia comunidad audiovisual de sus ciudades”.
En tal sentido , Briasco señaló que “Cosquín es una ciudad cultural, es una ciudad turística y desde el inicio, estuvo pensado el hacer el evento en una época en donde el calendario de actividades de la ciudad requiera potenciarlo”.
“Se eligió una fecha como el otoño en la que no hay un movimiento turístico, pero que la ciudad es hermosa en términos de el río, las sierras y demás, entonces hace 13 años que en mayo hay movimiento turístico por la excusa de ir al Festival de Cine y en algún punto hasta imita lo que sucedió con el Festival de Folklore”, señaló.