Redacción Canal Abierto | “No solo soy de los políticos más conocidos, sino que estoy haciendo el mejor gobierno de la historia argentina”, aseguró Javier Milei durante el Foro de Madrid, que por estos días reúne a referentes globales de ultraderecha en el Centro Cultural Kirchner (CCK).
Lo hizo en medio de duras críticas a la prensa, el sistema científico, Lula da Silva y referentes de la oposición, a los que volvió a caracterizar de “ratas inmundas y fracasadas”. Además, confirmó que irá al Congreso a presentar el Presupuesto 2025.
Cuesta entender cuáles son las variables que observa el Presidente para ponderar tan positivamente su gestión, sobre todo luego de que el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) informara que la pobreza llegó al 52% de la población y la indigencia al 17,9%.
Las cifras representan un aumento significativo frente al 41,7% y 11,9% registrados por el Indec en 2023, y son los valores más altos desde 2004.
Sin embargo, no es el único reprobado en estos casi nueve meses de administración libertaria. Otro dato indiscutible plantea que en los primeros seis meses de 2024 la actividad económica cayó 3,2%, el peor semestre desde 2001 sacando la pandemia.
Según datos de la CEPAL (ONU), los principales indicadores económicos de 2024 muestran a la Argentina en caída, a contramano del crecimiento regional e incluso muy por debajo de Haití. Al igual que este organismo, el Banco Mundial proyecta una caída del 3,6% del PBI.
Excluyendo el sector agro -que interanualmente crece 82,4% en comparación a un 2023 atravesado por la sequía-, la economía se contrajo 8,8% interanual en junio.
Es el reflejo de una recesión inducida con el único objetivo de desacelerar la inflación, y que viene golpeando fuerte el consumo, la producción, el empleo o el poder adquisitivo del salario.
Sobre esto último, un estudio del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) explica que hasta agosto, los salarios llevan perdidos en promedio unos 676 mil pesos, el equivalente a 2,6 salarios mínimos actuales.
Las jubilaciones tampoco corrieron mejor suerte: sólo en los primeros cuatro meses del año, los sufrieron pérdidas de hasta 37%. Si bien es cierto que los haberes fueron la principal variable de ajuste para el varias veces ponderado superávit fiscal, todos los especialistas indican su inviabilidad en el tiempo con estos níveles de decrecimiento (y por ende, caídas en la recaudación).
El otro dato propagandístico del gobierno de Milei es la presunta “domada” de la inflación. El noveno mes del año arrancó con aumentos en casi todas las variables sensibles al bolsillo familiar: servicios, combustibles, colegios, alquileres, prepagas y hasta transporte público. En muchos casos, las subas superan la inflación promedio.
Por otra parte, el director ejecutivo de la Agencia de Recaudación de la provincia de Buenos Aires (ARBA), Cristian Girard, aseguró que “en sus primeros cuatro meses de gobierno, Milei destruyó 650 mil puestos de trabajo y el salario mínimo vital y móvil cayó casi un 30%”. Al mismo tiempo, destacó que “la destrucción de puestos de trabajo se dio tanto en formales como en informales, aunque con mayor intensidad entre los últimos, tal como lo muestran los datos publicados por el propio gobierno”.
Todos pésimos números pese a tener un Presidente que en campaña se promocionaba como un “especialista en crecimiento económico, con o sin dinero”. ¿Será?