Redacción Canal Abierto | El cínico comentario de Mauricio Macri en el Foro Social Económico en Puerto Madero no pudo tapar el sol con la mano. Mientras el presidente, rodeado de empresarios, pronunciaba “qué bueno que estamos trabajando”, al Ministro de Trabajo Jorge Triaca no le quedó otra que declarar a medios periodísticos que la adhesión al paro general era alta.
Luego, Triaca matizó la verdad deslegitimando la medida de fuerza, al considerarla parte de los «vaivenes de un año electoral» y endilgando la protesta a los que vociferan «vamos a volver». Una vez más, el oficialismo decidió elegir al kirchnerismo como contricante, en un medio de un paro general convocado por un espectro que supera ampliamente a aquel espacio partidario.
Durante la conferencia de prensa brindada por la CGT, el triunviro Héctor Daer se mostró sorprendido por el acompañamiento que la medida tuvo en los comerciantes y la pequeña y mediana empresa. “Hombres y mujeres que no están confederados, pero si están unidos al destino del país”, los definió otro de los secretarios generales, Juan Carlos Schmid.
Este además contrarrestó al gobierno en dos ocasiones: cuando explicó que, así como el país pierde $15.000 millones en un paro, los trabajadores también pierden su presentismo y plus por productividad. Y cuando expresó: “No promovemos la fogata social y no queremos que se termine antes el mandato de nadie. Si hay mafias, que las busquen entre los especuladores financieros”.
La CTA Autónoma, por su parte, convocó al paro general de manera activa. Sus dirigentes encabezaron protestas en varias provincias y, en la ciudad de Buenos Aires, se concentraron en General Paz y Constituyentes y en Puente Pueyrredón.
Ricardo Peidro, secretario General Adjunto de la central, valoró la actitud de la militancia de su espacio: “Lejos de quedarse amedrentada ante las amenazas y los discursos sobre que no había que movilizar, nosotros planteamos parar y movilizamos. A nosotros las órdenes nos las dan las asambleas y los plenarios de cada lugar de trabajo”, dijo en un tiro de elevación al resto de las centrales sindicales.
El secretario General de ATE, Hugo Godoy, advirtió al gobierno para que “de cuenta de este mensaje y modifique sus políticas”. “De lo contrario”, continuó el dirigente, “nos obligará a seguir expresando nuestro reclamo. Hemos solicitado al gobierno que se adelante la discusión paritaria y si no tenemos una respuesta favorable, el 19 de abril haremos un paro nacional de trabajadores estatales”, desafió. Por su parte, el presidente Macri ratificó que no hay plan B.
También hubo otros cortes entre la ciudad de Buenos Aires y el territorio bonaerense, encabezados por partidos troskistas. En uno de ellos, a la altura de Panamericana y ruta 197, la Gendarmería reprimió a trabajadores que estaban liberando carriles de tránsito. El hecho fue repudiado por todas las centrales.
La jornada, que expresó una contundente respuesta unificada de la clase trabajadora a la política económica antipopular, se vio condimentada por un fallo del juzgado de Trabajo en Primera Instancia. La magistrada Dora Temis ordenó la convocatoria a una paritaria nacional docente en un plazo de cinco días. Este era el reclamo sostenido por los gremios nacionales docentes, que motivó el plan de lucha de los maestros en todo el país.