Redacción Canal Abierto | Del 10 al 13 de diciembre, Buenos Aires será la sede de la XI Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que planteará una agenda corporativa para regular el comercio en el mundo.
A nivel internacional, lo que se dirime allí es la puja entre las corporaciones, que pretenden liberarizar el comercio, y los Estados, que intentan -desde una posición de debilidad- regularlo. Se trata, en otras palabras, de llevar la globalización a una instancia superior donde las regulaciones estatales dejen de existir y, con ellas, las capacidades de las naciones para recaudar y financiar sus políticas públicas. En esta puja, la OMC representa los intereses corporativos.
Con este escenario, el Gobierno argentino planea poder anunciar finalmente la concreción del pacto de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) que viene negociando desde el comienzo de su mandato.
En la práctica, un tratado así significaría una apertura de la región a los productos europeos. Se trata de un jugoso mercado de más de 600 millones de consumidores que se vería inundado de manufacturas europeas, lo que preocupa al empresariado nacional. En diálogo con Canal Abierto, el economista Fernando Porta explicó que un acuerdo ahora con la UE “le serviría al Gobierno como mecanismo de presión para obligar a algunos sectores duros (buena parte de los industriales argentinos) a flexibilizarse al abrirle las puertas a un competidor”.
En julio de 2016, Mauricio Macri estuvo en Bruselas reunido con Federica Mogherini, jefa de la diplomacia de la UE, donde el principal tema de conversación fue el acuerdo de libre comercio UE-Mercosur.
En febrero de este año, su viaje a Brasil tuvo como tema principal el acuerdo, y en la declaración que firmó junto a su par Michel Temer sostuvo que la necesidad es “encarar el fortalecimiento interno del Mercosur y las relaciones con el mundo”. Más tarde ese mes, viajó a España y en la reunión que mantuvo durante el tercer día de la visita de Estado con Mariano Rajoy también convinieron en impulsar el libre comercio.
Mayo llegó con la visita del presidente italiano, Sergio Matarella, quien sostuvo que el acuerdo ya estaba en instancias “casi resolutivas”. A fines de noviembre una ronda de negociación sirvió para pulir cuestiones en relación a competencia, comercio y cooperación aduanera. Quedan temas sanitarias, servicios y otros temas que desde el Gobierno consideran «próximos a concluir».
De todas formas, Macri supone que si no logra anunciarlo ahora, el pacto se sellaría en Brasilia, en la próxima cumbre del Mercosur, que se realizará el 21 diciembre.
La contracumbre
Múltiples organizaciones realizarán del 7 al 13 de diciembre la Semana de Acción Fuera OMC, que constará de diversas actividades políticas y culturales para visibilizar el rechazo a la globalización neoliberal en aras de los peligros que significan para el desarrollo regional, los recursos naturales, la manipulación de datos, y la industria.
La Marcha de la Resistencia de este jueves fue la actividad de inicio, que continuará el domingo 10 con el Festival Fuera OMC, de 15 a 23 en la Plaza Congreso; el lunes, martes y miércoles con la Cumbre de los Pueblos, de 9.30 a 22 en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA; y finalizará con una marcha el martes a las 18 frente al Congreso nacional.
La reunión de la OMC ocurrirá sin la presencia de las 63 ONGs cuyas acreditaciones ya aprobadas fueron revocadas por el Gobierno nacional alegando “razones de seguridad”. En la gran mayoría de los casos, se trata de dirigentes y referentes sociales reconocidos a nivel internacional que ya venían participando de estos encuentros a lo largo y ancho del planeta hace más de diez años.
“Macri busca tildar de violentos a quienes se organizan contra su agenda”, expresó la semana pasada Bettina Müller, de la plataforma “Fuera OMC”, en diálogo con Canal Abierto.